Mandriva 2011: el análisis

Hace una semana que Mandriva 2011, Mandriva Desktop en su denominación oficial, vio la luz. No fue un lanzamiento más. La compañía francesa parecía jugar sus cartas a un todo o nada, y es que los altibajos sufridos en los últimos tiempos han sido constantes.

Otrora, Mandrake fue la reina de las distribuciones GNU/Linux, la gran puerta de entrada para los usuarios de otros sistemas. Su cambio de nombre tras la adquisición de la brasileña Conectiva no dio los frutos esperados, la marcha de su líder y fundador Gael Duval tampoco ayudó y la aparición en escena de Ubuntu remató la jugada: Mandriva sigue jugando en primera división, pero ya no brilla tanto.

Desprecios para con su propia comunidad de usuarios y una dirección un tanto dudosa en lo comercial llevaron este último año a una debacle en toda regla al proyecto. Asistimos al nacimiento del primer fork comunitario a lo grande de Mandriva Linux (Mageia), mientras que Mandriva empresa acariciaba la bancarrota. Toda esta odisea la hemos seguido en MuyLinux de cerca y ya es parte del pasado.

El camino hacia Mandriva 2011 se convirtió, pues, en la catarsis que necesitaba el proyecto, y lo que se jugaba a dos bandas entre Francia y Brasil ha concluido en un triángulo de desarrollo completado por la nueva división rusa de Mandriva, ROSA Lab, que no es tal, aunque sí parte fundamental del nuevo camino tomado.

En resumen, la nueva Mandriva 2011, Mandriva Desktop en su denominación oficial, es el fruto de un intenso trabajo con un fin muy concreto: volver a ser la mejor distribución GNU/Linux de escritorio y, todavía más ambicioso, ofrecer el mejor KDE del mercado. ¿Se ha conseguido?

Características técnicas

Mandriva 2011 está gobernada por un kernel Linux 2.6.38, el mismo que introdujo el famosos parche de las 200 líneas de código que aumentaban el rendimiento exponencialmente pero que a su vez parece que introdujo entre los problemas del núcleo unas regresiones más o menos graves a nivel de la duración de la batería en los dispositivos móviles, aunque no hay nada confirmado oficialmente.

Los desarrolladores de la distribución anunciaron una actualización a la nueva versión de Linux 3.0 que más tarde declinaron. A falta de otro anuncio oficial, Mandriva 2011 seguirá con la misma versión del núcleo con la que fue lanzada, y puede durar mucho tiempo, porque hay planes para hacer de este lanzamiento una versión de soporte extendido. Se sabrá a finales de año.

Para el arranque del sistema se ha dado el salto a Systemd como reemplazo a Sysvinit y para la gestión de paquetes llega la nueva versión del estándar RPM5. Estos dos son posiblemente los cambios a nivel técnico más audaces de todo el sistema. Por lo demás, el software más básico se actualiza con Bash 4.2, glibc 2.13 y gcc 4.6.1, X.Org 7.6 y X.Org X Sever 1.10.3. Como único entorno de escritorio soportado desde la instalación, KDE SC 4.6.5.


Medios e instalación

Aunque la puerta se ha dejado abierta a la aparición de las tradicionales ediciones de Mandriva, a saber, One, Free y Powerpack, de momento todo se ha reducido a una única edición, Mandriva Desktop en formato Live DVD (no instalable desde el escritorio) para arquitecturas de 32 y 64 bit.

La instalación de Mandriva no ha cambiado apenas, sigue siendo fácil, rápida, y se completa en unos 15-20 minutos dependiendo del equipo. Pero sí se han perdido varias opciones de personalización por el camino. Por pasos, sería así (consejos a pie de imagen):

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Selección de idioma

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Licencia de uso

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Huso horario

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Si hay error en la hora es mejor configurarlo al concluir la instalación

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Distribución de teclado

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Particionado automático o personalizado, muy sencillo

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Cuidado con las opciones del GRUB que pueden dar problemas

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Si hay más sistemas instalados y no salen, hay que agregarlos manualmente

A partir de este punto comienza la instalación y se acomete el primer y único reinicio de todo el proceso, para terminar de configurar las cuentas de usuario y root o administrador del equipo, tal y como sigue:

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Así se ve el GRUB de Mandriva 2011

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Selección de país

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En Avanzado se puede habilitar la cuenta de invitado

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Creando un usuario

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Iniciando sesión en el escritorio

En cuanto a la postinstalación y la puesta a punto de Mandriva 2011, en MuyLinux publicamos hace unos días una guía de ayuda apoyada en artículos externos de calidad que os puede ayudar a completar este proceso de instalación.

Antes de pasar al escritorio, hay que fijarse en la nueva pantalla de identificación de usuario, tan plástica y vistosa como fallida en sus opciones:

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La nueva pantalla de login de Mandriva 2011

Con una estética minimalista, sencilla pero bastante pulida, la nueva pantalla de identificación de Mandriva 2011 se muestra elegante y útil. El gran fallo y primer punto negro del sistema lo encontramos en las opciones típicas de sesión y apagado de las que disfruta cualquier otra distribución GNU/Linux, que simplemente desaparecen y para iniciar con otro escritorio (con el que solo es posible hacerse una vez instalado el sistema;a elegir entre GNOME 2, XFCE y LXDE) hay que acudir al Centro de control. El botón rojo apaga y el naranja reinicia. Imperdonable.


 

ROSA Desktop

Principalmente, el “escritorio ROSA” es lo que los usuarios de la distribución van a tomar como Mandriva 2011. Un KDE ligeramente modificado a nivel práctico y estético que se presenta al mismo tiempo como nueva seña de identidad y valentía y, desgraciadamente, como principal fallo en toda la experiencia de usuario.

Es un acto de valentía a tener en cuenta el esfuerzo que han hecho en ROSA Lab para modificar KDE, porque nadie se había atrevido a ir tan lejos, pero el resultado, al menos según mi opinión -y ya se sabe que para gustos, los colores-, no es del todo satisfactorio.

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Así se presenta el escritorio

El apartado visual se ha basado en el conocido tema Elementary, del que muchas distribuciones GTK disfrutan desde hace bastante, con especial mención al proyecto de mismo nombre. No es original, aunque en un esfuerzo por diferenciarse se han creado nuevas imágenes de animación del arranque de la máquina, pantalla de identificación, de carga del escritorio, un nuevo tema de Plasma, de cursor, de iconos e incluso de los botones de las ventanas.

Básicamente son, a excepción del tema de iconos, modificaciones artísticas ya existentes o fuertemente influenciadas en el mismo. El resultado es una elegante pero un tanto impersonal mezcla de Mac OS X (Elementary) con algo más.

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Dolphin modificado

El mismo tema de Plasma es una mezcla de varios existentes, como Slim Glow o Sabre-Toothed Tiger, que incluyó un panel al estilo Mac OS X del que ROSA Lab se han servido para crear el suyo propio, que curiosamente viene maximizado por defecto (minimizarlo un poco crea un efecto mucho más adecuado).

Los retoques del escritorio no se han quedado en lo visual, y por ejemplo Dolphin, el navegador de archivos, viene con una configuración que ha causado debates en las listas de correo de Mandriva, por “capar” lo que no se debe (la barra de menú entre otras cosas), en un intento por presentar una sencillez “elemental”.

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Capado y a medio traducir…

Uno de los errores más feos de Mandriva 2011 es el que se puede observar en la imagen anterior: muchos pequeños retazos de texto en las opciones del escritorio no vienen traducidos. Sin tener una importancia vital, sí desmorona un poco esa apariencia profesional. Por el contrario, el usuario disfrutará desde el primer momento de un espectacular suavizado de fuentes tipográficas.

Dejando aparte la traducción del escritorio, de todo lo anterior surgen inconvenientes y contradicciones.

Por ejemplo, el cambio a Dekorator como decorador de las ventanas en lugar del predeterminado de KDE, Oxygen, hace perder funcionalidades tan interesantes como añadir botones para mantener la ventana sobre el resto o habilitarla para estar en todos los escritorios virtuales, todo de una manera rápida (se puede seguir haciendo con el menú contextual).

Y, definitivamente, el hack del equipo ROSA a Dolphin es algo en lo que se tienen que echar atrás, porque debe ser el usuario quien elija cómo usar sus herramientas, aunque una primera presentación invite a hacerlo de la manera que crean adecuada los desarrolladores y diseñadores del sistema.

En cuanto a las contradicciones, la presentación del panel del escritorio dista mucho de ser elemental; más bien es confusa y, más extraño aún, por defecto hay cuatro escritorios virtuales en funcionamiento, pero ningún applet paginador que indique nada.

La nueva experiencia de escritorio de Mandriva 2011 se completa con los añadidos propios de ROSA Lab, comenzando por el mismo panel, llamado RocketBar, la mejor adición de todas y no por su estética. La razón es que se trata del un panel modificado que capta cualquier icono de aplicación y lo iconiza como lanzador (esta es la genial novedad), al más puro estilo de Windows 7. Además su funcionamiento es muy fiable, aunque desgraciadamente tiene un pero: la configuración de plasmoides en el panel al gusto del usuario está también capada, se pueden poner pero mover…

Por contra, el nuevo lanzador de aplicaciones, menú principal, dash o como se le quiera llamar (‘Simple Welcome‘ es su nombre oficial), está muy verde. A pesar de lo molesto de que se inicie a pantalla completa sin posibilidad de redimensión u otras opciones a configurar, es algo que por el momento se le puede perdonar. Lo que no está tan claro es su rendimiento, pesado y no demasiado fluido.

Las opciones de Simple Welcome incluyen una vista principal desde la que acceder a las opciones de apagado de la máquina, las últimas aplicaciones utilizadas, archivos y lugares recientes y un cuadro de búsqueda.

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¡Bienvenido!

Su segunda vista es la de aplicaciones, mostradas todas en conjunto pero separadas por categorías.

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Aplicaciones

Su tercera y última vista es la más interesante de todas y la de mejor proyección de futuro: la mejor integración visual con Nepomuk, el motor semántico del escritorio, hecha hasta la fecha. Siempre que Nepomuk y Strigi, su indexador, estén activos, la vista de Línea de tiempo se presenta como una forma comodísima de encontrar archivos por tipo en el escritorio, algo muy similar a lo que se está integrando para el lanzamiento de Ubuntu 11.10 con sus lenses (lentes).

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Conviene activar Nepomuk,el resultado es muy vistoso

Otro añadido, fallido, cabe añadir, de ROSA Lab, son los llamados Stackfolders, unos plasmoides cuya principal y única virtud frente a propuestas bastantes asentadas como Quick Access se reducen a redimensionar su tamaño automáticamente y ser navegables si se posicionan en el escritorio. Dos características realmente interesantes de no ser por lo incompleto de su puesta en funcionamiento: se redimensionan sin tener en cuenta los elementos que ya hay en el escritorio, creando un poco de confusión, y carecen de opciones de configuración o menú contextual, todo un engorro. Su rendimiento, además, no es óptimo. En el siguiente vídeo se muestra su funcionamiento:

Click sobre la imagen para ver el video

Antes de pasar a las aplicaciones del escritorio, es posible que ese pequeño icono rojo en forma de nube haya llamado la atención de alguien. Es el nuevo cliente del servicio de almacenamiento y sincronización de archivos en la nube de Mandriva, con hasta 2 GB de espacio gratuitos por usuario. Por lo poco que lo hemos podido probar, se muestra fiable y razonablemente completo de opciones, aunque siempre se le puede pedir más. Un extra muy de agradecer.

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Mandriva Sync, y sincroniza tu escritorio

Y aquí concluye la “experiencia ROSA”. No hay duda de que se ha puesto toda la carne en el asador, pero se ha quedado cruda. Toca esperar, pues, a la siguiente versión de la distribución, porque si todos los añadidos mencionados se mejoran al nivel que merece Mandriva, la cosa promete mucho.


Aplicaciones

La selección de aplicaciones predeterminadas en Mandriva 2011 es realmente completa, el usuario medio no va a echar en falta nada una vez instalado el sistema y los repositorios están bien cargados con las más recientes versiones del software más demandado.

La navegación web se deja en manos del Firefox 5.0.1 modificado por openSUSE, con los diálogos y notificaciones de escritorio nativas de KDE, todo un acierto. El correo electrónico por su parte recae en Thunderbird 5.0.1, una gran opción también. El fallo a destacar en ambas aplicaciones es que no están debidamente actualizadas a su versión 6.0.1 actual, un desliz que puede afectar a la seguridad de las mismas y que se debería tener en cuenta.

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Firefox, perfectamente integrado pero sin actualizar

Respecto al resto de aplicaciones, LibreOffice 3.4.2 se encarga de las labores ofimáticas (integrado con el tema visual Oxygen), Kopete es el mensajero instantáneo multiprocolo, Clementine ocupa el lugar de Amarok en las tareas de reproducción de audio y gestor de la colección musical y SMPlayer es el reproductor de vídeo predeterminado.

Hay algo curioso en la selección de software, y es que a pesar de querer basarse en KDE como escritorio, se incluyen aplicaciones GTK+ como Shotwell para manejar las colecciones fotográficas o PiTiVi como editor de vídeos, además de las mencionadas Firefox y Thunderbird.

En el caso de PiTiVi puede haber un razonamiento válido tras su elección, pero que una aplicación tan pobre como Shotwell, que no llega al nivel de Gwenview (instalada por defecto como visor de imágenes) y muchísimo menos de digiKam (en los repositorios), haya sido incluida por defecto, es todo un misterio para quien escribe.

Herramientas de sistema

Uno de los orgullos de siempre de Mandriva es su completo Centro de control, desde donde poder configurar los apartados del sistema cómoda y visualmente. En la transición hacia esta nueva versión se han perdido algunos módulos, pero se han ganado otro nuevos que sin estar instalados por defecto sí se encuentran en los repositorios.

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El Centro de control de Mandriva

Las razones para este cambio fueron la huida de mantenedores de sus famosos drakes, y un paso de futuro en pos de abandonar tecnologías desfasadas como  Perl + GTK+ por Python + Qt, en sintonía con el escritorio. Se anunció un nuevo gestor de paquetes, más rápido y completo que el actual, un nuevo módulo de gestión de usuarios y otro de servicios del sistema, todos integrados en las Preferencias del sistema de KDE, pero no ha llegado ninguno, aunque es posible probarlos ya que se encuentran en los repositorio.

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El nuevo gestor de paquetes

Para la gestión de la red se hace uso de Plasma NetworkManager, con el que no hemos tenido problemas para conectarnos a redes WiFi ocultas o 3G mediante lápiz USB.

En general, el Centro de control de Mandriva y sus herramientas pueden resultar un poco toscas visualmente, pero su funcionalidad sigue intacta, y después del YaST de SUSE Linux es el centro de administración de sistema más completo y potente de GNU/Linux. No hay problema por esperar a que los nuevos desarrollos estén listos.


 

Rendimiento y estabilidad

A grandes rasgos, se podría decir que Mandriva se ha ganado la confianza de los usuarios durante todos estos años con un trío de ases muy concreto. Sus pilares son la facilidad de uso para con los nuevos usuarios, además de ofrecer un sistema rápido y confiable. Esto no ha cambiado del todo, como tampoco ha cambiado su gran compatibilidad de hardware.

Su accesibilidad sigue muy presente, su rendimiento es más discutible. Es decir, el sistema funciona de forma bastante fluida salvo en los puntos destacados y de hecho ofrece uno de los KDE más rápidos que se pueden encontrar ahora mismo.

Mandriva 2011 también ofrece la que posiblemente es la gestión más rápida de paquetes de cuanta distribución RPM existe ahora mismo. ¿Será por RPM5? Es difícil asegurar nada, pero en una comparación con Fedora o openSUSE, ambas palidecerían. Incluso en una comparación con sistemas famosos por su rapidez en la gestión de software como Debian o Arch Linux, las diferencias son mínimas, apenas apreciables. Excelente trabajo que como contrapartida solo tiene a Urpmi y su manejo, aunque ésto dependerá del usuario (por no decir que solo los usuarios de Mandriva pueden preferir Urpmi a APT, Zypp, Yum e incluso Pacman). La gestión de repositorios también pide un cambio a gritos.

Siguiendo con su rendimiento y a falta de unos requisitos técnicos mínimos o recomendados oficiales, Mandriva 2011 exige una máquina “actual” para funcionar como es debido, sin configuraciones de hardware descabelladas: un dual-core y 2 GB de RAM son una base perfecta sobre la que correr, aunque se puede apurar la experiencia a 1 GB de RAM, o ampliarla a lo que se quiera. Todo esto a falta de pruebas exhaustivas que en muchos casos pueden conducir a error, debido al tipo de gestión de memoria de Linux y KDE.

Dos pilares de tres cumplen objetivos, el último, la estabilidad del sistema, es más travieso. Los errores mencionados a lo largo de este análisis son prueba de ello, y sin contarlos, pequeños glitches con los controladores de vídeo o Flash Player (especialmente en 64-bit, algo a achacar al software de Adobe como suele ser habitual) no cierran una experiencia redonda, pero sí lo suficientemente aceptable como para tener confianza en el futuro.

Conclusión

Es más que posible que se hayan quedado en el tintero cosas que contar acerca de Mandriva 2011, pero, respondiendo a la pregunta con la que concluía la introducción de este análisis, ¿ha llegado Mandriva 2011 a lo esperado, a ser la mejor alternativa actual en el escritorio GNU/Linux o la mejor distribución KDE? La respuesta es un no rotundo.

Es un poco doloroso se tan tajantes, después del grandísimo esfuerzo demostrado por todos los implicados en este lanzamiento, el cual convirtió el rechazo, primero en curiosidad, más tarde en ilusión. Pero, simplemente, no se ha llegado. Se ha sacrificado en parte la fiabilidad de siempre arriesgando por un nuevo camino y, como se suele decir, el que no arriesga no gana.

Mandriva no ha ganado esta vez, pero mucha parte del camino ya está hecho y a buen seguro su siguiente versión, con todos los nuevos conceptos -y los que vendrán- ya pulidos, tenga las suficientes papeletas como para dar el campanazo. Es similar a lo que fue el lanzamiento de Ubuntu 11.04 y su Unity y lo que se espera para Ubuntu 11.10 y su Unity. Las cosas buenas requieren tiempo.

Por ahora Mandriva 2011 queda como una opción más en lo que a distribuciones GNU/Linux (basadas en KDE, se podría añadir) ser refiere, jugando en primera división pero sin liderar la clasificación. Aunque, de nuevo, todo podría cambiar para su próxima versión.

Lo único seguro es que Mandriva ha resurgido de sus casi cenizas y lo ha hecho con ganas. Ya no se trata del todo o el nada que se parecía percibir de unos meses a esta parte. Con los pies en la tierra, la realidad sigue su curso.

 

Fuente: muylinux

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