Unity (Parte 5): La delgada línea entre el amor y el odio

Ubuntu 11.04, el análisis

Tras comenzar el análisis de Ubuntu y completar la importante sección dedicada a Unity, debo aclarar cuál es mi visión de este desarrollo. En pocas palabras, no lo veo del todo claro.

En realidad no lo vi claro desde el principio. Unity nació como un entorno visual para netbooks, y esa vocación se ha mantenido en esta versión teóricamente más pendiente de los usuarios tradicionales de PCs y portátiles. Esta impresión inicial ha condicionado mi propio análisis de Ubuntu 11.04 y de Unity, pero también es importante señalar que aunque mi impresión de Unity es aún agridulce (y mejora a medida que pasan los días), tengo claro que aún es muy pronto para tener un criterio definitivo.

De hecho y como decía, hay muchos detractores de Unity -en MuyLinux unos cuantos habéis expresado vuestras dudas-, pero al mismo tiempo quienes lo defienden lo hacen con mucha firmeza: Unity es para quienes llevan tiempo usándolo el paso más acertado en entornos de usuario en mucho tiempo, así que como ya dije en su día, hay que darle tiempo al tiempo y dejar que Unity madure.

 

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