Nuevo capítulo en la historia que esta semana ha removido las aguas de la supuesta comunidad del Software Libre y que tal y como está el panorama, no parece que vaya a dar mucho más de sí. Porque Stallman está sentenciado y la Free Software Foundation (FSF) también. Esta es mi opinión y, por si a alguien se le nubla la vista, este es, como el anterior, un artículo de opinión…, pero con mucha información.
Recapitulando: la noticia de la vuelta de Richard Stallman a la Junta Directiva de la FSF ha generado una serie de reacciones a lo largo y ancho del mundo del código abierto que resumí de manera escueta en el artículo -también de opinión- No hay perdón para Richard Stallman, en el que me centré en el fondo del asunto, que no es otro que la censura ideológica más inclemente por parte de quienes se rclaman defensores de la libertad.
Mi postura el respecto creo que quedó patente en el artículo citado, así que no me voy a repetir, pero sí me voy a disculpar por seguir machacando un poco más con el tema.
Pero he aquí un dato incuestionable: cuando todos están contra ti, no hay nada que hacer. Y por todos, me refiero a todos los que importan; porque las dos mil y pico personas que firmaron el comunicado a favor de Stallman son solo eso, personas independientes que no importan nada en el cuadro que se está dibujando, y en el que las grandes organizaciones tienen la última palabra. El comunicado de repulsa a Stallman también lo han firmado mas de 2.500 personas, pero los apoyos que cuentan son los de compañías como Mozilla o SUSE, de organizaciones como GNOME Foundation o Creative Commons… y así hasta una cincuentena y subiendo.
La última en sumarse al linchamiento ha sido el gran referente del código abierto, Red Hat, y lo ha hecho sin medias tintas, anunciando que «suspenderemos de inmediato todos los fondos que Red Hat destina a la FSF y a cualquier evento organizado por la FSF. Además, muchos colaboradores de Red Hat nos han dicho que ya no planean participar en eventos dirigidos o respaldados por la FSF, y nosotros los respaldamos».
Red Hat hace mención también a otro comunicado que lanzó la FSF y que recogía a su vez la postura del proyecto KDE, que -al menos por ahora- no se ha sumado a la petición de cancelación de Stallman, pero que pide una reestructuración en el modelo de gobernanza de la organización para hacerlo más «democrático», por resumirlo de algún modo. Petición extendida en otros grupos que la FSF ha dicho que llevará a cabo y que contempla procesos de elección más transparentes.
Sin embargo, Red Hat no confía en que la FSF cumpla con su palabra, pues ya les pidieron lo mismo en 2019, cuando estalló el escándalo que terminó con la renuncia de Richard Stallman a su puesto en la organización. Lo curioso del caso es que la demanda de Red Hat es «la transición hacia una membresía de junta más diversa e inclusiva», y esto lo exige una compañía cuya junta directiva está compuesta por 21 miembros entre los que solo hay dos mujeres y un hombre de ascendencia india. El resto son hombres blancos.
La observación que hago es triste, pero obligada dada la tesitura sobre la que gira todo este lío. Claro que también conviene remarcar que Red Hat es una empresa y la FSF una organización sin ánimo de lucro, que además depende de los fondos que la anterior y muchas otras destinan a su mantenimiento.
Pero no solo organizaciones externas se han posicionado en contra de la FSF y la posibilidad de que Stallman recupere un puesto en la junta. La misma Free Software Foundation Europe ha publicado un comunicado rechazando la máxima, pero añadiendo un factor al que hice mención en mi artículo del otro día y que creo que es, como mínimo, de decencia humana: «Desaprobamos este paso, que llegó sin ningún mensaje de remordimiento o voluntad de cambiar», indican.
Como se suele decir, el pescado está vendido y difícilmente Stallman pueda retomar su posición sin llevarse por delante a la FSF al completo. Al mismo tiempo, la FSF lo tiene complicado para salir de una pieza si se mantiene firme, y de lo contrario demostrará ser solo un títere en manos de los que subvencionan su existencia. Luego Stallman está sentenciado, pero la Free Software Foundation también lo está, repito.
A falta de que la FSF lance un comunicado oficial y final (y ya veremos el proyecto GNU, porque numerosas partes están incluso amenazando con repudiar licencias como la GPL), no hay mucho más que hablar. Quizás y solo quizás, si todas esas personas que se han afanado en firmar a favor de Stallman, empezasen a rascarse el bolsillo y hacer donaciones, el proyecto podría conservar su dignidad y mantenerse a flote sin la participación de las compañías que ahora lo sustentan.
Siendo realistas, no va a pasar… y el mundo va a seguir girando.
Imagen: Unsplash
Fuente: muylinux