Las últimas y desalentadoras noticias sobre Mint Linux ha resucitado cierta desconfianza que creímos haber enterrado sobre el futuro del software libre. Sin embargo, ¿hay razones para preocuparse?
GNU/Linux dirige el mundo de la informática en muchos planos, tanto en lo relacionado con redes hasta en los dispositivos de TV o de tu coche. Es, con mucho, el sistema operativo más utilizado en los servidores y quizás el único sistema operativo en los superordenadores. Se ha hecho con gran parte del mundo móvil gracias a Android y está de adquiriendo una participación mayoritaria en la educación a través de Chrome OS que aunque no es ciertamente GNU, es Linux.
El único área en la que tiene dificultades para expandirse año tras año es el escritorio. No porque sea un sistema terrible, sino porque necesita algunas piezas que le faltan para que el dichoso año del escritorio de GNU/Linux deje de ser una broma.
Es verdad que GNU/Linux se encuentra en una posición única que lo hace tan diferente de cualquier otro sistema operativo de escritorio. Aparte de BSD, con quien comparte una herencia común, UNIX ¿qué otro sistema operativo te permitiría elegir tu interfaz de usuario y personalizarla hasta la saciedad? Sin embargo, las diferencias son más profundas que las de la interfaz de usuario.
También está la elección de distribuciones y, a un nivel aún más profundo, de sistemas de gestión de paquetes. Es casi más exacto decir “escritorios GNU/Linux” debido a la pluralidad de combinaciones.
Es una espada de doble filo que a menudo se pinta bajo una luz negativa. Sí, la elección a veces puede ser paralizante y, sí, podría parecer que es un desperdicio de recursos humanos, lo cual es una falacia en sí misma. Pero también significa que no hay un único punto de fallo (aparte del propio núcleo de Linux) ni una sola entidad que dicte la dirección del sistema operativo, incluso si esto significa privar de derechos a sus propios usuarios.
Parece que la escena del escritorio GNU/Linux siempre se ha caracterizado por las rivalidades. Debian vs Red Hat vs Canonical, KDE vs GNOME vs XFCE, y, ahora, Flatpak vs Snap vs AppImage. El creador del núcleo de Linux, Linus Torvalds, ha sido criticado por haber abandonado el frente y mirar hacia Chrome y Android para el futuro de su Kernel Linux en ordenadores de sobremesa y móviles.
Estar preocupado sólo por el núcleo, que podría ser un enfoque pragmático a tomar, y Torvalds es un hombre pragmático entre otras cosas. Es, sin embargo, una solución a corto plazo para un problema a largo plazo, y una solución que pone el destino de los escritorios y móviles Linux en manos de una empresa que, en algún momento en el futuro, podría simplemente hacer su propio núcleo y dejar Linux como parece que hará Google con Fuchsia.
Hay algo de verdad en las críticas de Torvald sobre el estado actual del escritorio GNU/Linux, particularmente en lo que se refiere al desarrollo e implementación de software. Hay demasiadas distribuciones, versiones de paquetes y configuraciones diferentes que hacen que la implementación adecuada del software, incluso en las más populares, sea una gran molestia. Pero esto es mucho más complicado. No se puede poner puertas al campo.
Hay tecnologías emergentes como Flatpak y Snap pero, como siempre, el problema es que estas tecnologías rivales están respaldadas por empresas y comunidades rivales. También está el factor de que algunos están completamente en contra de estos nuevos sistemas y prefieren apegarse a los probados y verdaderos gestores de paquetes.
Poner los huevos en la cesta de Chromebook y Android es una posible solución, pero no es necesario que uno se una a un solo proveedor para tener esa unidad. Durante años, la comunidad GNU/Linux ha desarrollado estándares que hacen posible la interoperabilidad.
Puede que haya llevado un poco de tiempo, pero ha demostrado que la gente puede ponerse de acuerdo sobre un terreno común sin tener que renunciar demasiado a sus posiciones. Es hora de volver a examinar los esfuerzos para potenciar a los desarrolladores de aplicaciones y servicios que la gente utiliza ahora en sus escritorios.
Algunas personas no creen que los escritorios GNU/Linux valgan tanto la pena. Lamentablemente, algunos de los que tienen esa opinión son los que tienen el dinero y la influencia para dirigir el desarrollo de GNU/Linux en la dirección que quieren. Hablo de defensores de Windows y macOS: los ricos. Y donde hay ricos es más que probable que haya corrupción y suciedad.
Estas son las grandes empresas como Red Hat, Canonical y SUSE, y probablemente no les importen en absoluto los escritorios GNU/Linux, ya que sus negocios prosperan en el espacio de los servidores, porque ahí es donde está el dinero.
GNU/Linux reina en los servidores y superordenadores porque la facilidad de uso de Microsoft Windows es terrible en estos casos. A Apple, por otro lado, le importa poco ese tipo de computación. Es un caso en el que el código abierto y la naturaleza diversa de GNU/Linux han trabajado en su contra.
Si puedes obtener el software y el soporte de forma gratuita, ¿por qué molestarse en pagarlo?
No se trata realmente de competencia ni de conseguir más cuota de mercado. Se trata de hacer que el escritorio GNU/Linux sea relevante en una época en la que la informática se está alejando lentamente del control de los usuarios. La cara de la informática personal está cambiando, y no sólo porque más personas están haciendo su trabajo en teléfonos inteligentes y tabletas.
El software comercial se está moviendo hacia un modelo de “como servicio”. Aunque esto libera a los usuarios de tener que preocuparse por la potencia de computación, los requisitos, la configuración, etc, también elimina gran parte de su control sobre la forma en que utilizan el software.
Así pues, si Mint Linux cayese podrían haber varios escenarios. Es obvio que no es lo mismo que tenga problemas Sabayon como Mint Linux ya que ésta última distribución es de suponer que tenga varios millones de usuarios pero también los tenía Mandriva y aunque murió, nacieron otras en su nombre. Ahora bien, también es cierto que algunas distribuciones que salieron de Mandriva apenas tienen usuarios, como Openmandriva y PCLinux.
En fin, personalmente creo que Mint Linux pude seguir adelante con y sin Clément Lefèbvre. ¿Os habéis preguntado que quizás Clément ha abusado de los desarrolladores hasta el punto de estresarlos?
GNU/Linux sigue avanzando y seguirá haciéndolo porque su excepcional idiosincrasia es la innovación. Y en esto no hay quien le supere.
Fuente: maslinux