Fedora 15, el análisis

La distribución ‘comunitaria’ Fedora es uno de los proyectos más solidos que existen en la actualidad en el mundo GNU/Linux. Su esponsorización por parte de Red Hat, la empresa más importante -con diferencia- del panorama Linux ha hecho que el desarrollo de Fedora se vuelva cada vez más interesante. De hecho, muchas de las características de Fedora acaban llegando a Red Hat Enterprise Linux, una distribución empresarial que sigue demostrando su validez en el entorno de la gran empresa.

Así pues, Fedora se convierte en un campo de pruebas perfecto para los ingenieros de Red Hat, que nos brindan junto a una nutrida comunidad de desarrolladores y usuarios una serie de versiones de una distribución que se sigue caracterizando por un aspecto: su apuesta por las tecnologías punta. Fedora 15, que se lanzó hace muy pocos días, no es una excepción, y de hecho ha sido la primera de las distribuciones del mercado GNU/Linux en dar el salto al entorno de escritorio GNOME 3 y a su interfaz de usuario, GNOME Shell.

Esta es sin duda la gran novedad de una distribución que aporta otras mejoras significativas que trataremos de explorar en un análisis que tiene una conclusión clara: Fedora 15, creemos, es un gran paso en la dirección adecuada, sobre todo teniendo en cuenta el radical cambio que ha sufrido la interfaz de usuario.

 

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