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He leído hoy tres artículos sobre KDE y GNOME que me han dejado un poco… no sabría cómo calificarlo, porque aunque los protagonistas eran los mismos, cada uno hablaba de una cosa de aquella manera. Lo único en común entre los tres es que sus respectivos autores son gente de un nivel. De ahí que con algunas cosas alucine. Tómate por lo tanto esta entrada como un mero entretenimiento sin más fuste que su lectura.

El primer artículo me lo encontraba en TechRepublic, lo firma todo un veterano como es Jack Wallen y solo con su titular ya me hacía fruncir el ceño, porque este tipo de sentencias huelen raro: KDE Plasma será pronto el mejor escritorio de Linux del mercado. A lo cual, mi reacción es pensar «KDE Plasma ya es el mejor escritorio del mercado»… aunque tú opines lo contrario, sí.

Es decir, por equilibrio entre funcionalidad, consumo y rendimiento, lo es. Otra cosa es que tú prefieras otro escritorio por el motivo que sea, siempre respetable, o que haya otro escritorio que haga determinadas cosas mejor que Plasma, que también. Todo esto no es incompatible con que KDE Plasma, con todos sus problemas, que los tiene, sea la mejor opción ahí fuera, hablemos de Linux, Windows o Mac.

Pero ¿ a qué se refiere Wallen exactamente? «La última versión del escritorio KDE Plasma tiene un truco genial bajo la manga, uno que podría hacer que desees cambiar tu escritorio actual.» la versión de la que habla es KDE Plasma 5.24 y el truco bajo la manga, un nuevo modo de vista llamado ‘resumen’, similar al implementado por GNOME 40, que no un invento de este.

Yo mismo mencioné en la nota de lanzamiento de Plasma 5.24 la similitud entre la nueva función de Plasma y la de GNOME, por cercanía; pero de ahí a decir que «KDE se gnomifica» por implementar algo que macOS y Windows tenían de hace mil años (Windows 10 fue el último en hacerlo, pero con la disposición que már tarde emplearían GNOME y KDE, pero cambiando la parte superior por la inferior para mostrar los escritorios virtuales)… Pues va un trecho.

El resto del artículo no es tan desafortunado, pero carece de interés para cualquier que ya estuviese al tanto de las novedades de Plasma 5.24, que al fin y al cabo es de lo que trata.

El siguiente artículo es un tutorial de un empleado de Red Hat llamado Seth Kenlon en Opensource.com, un sitio patrocinado por la compañía del sombrero rojo en el que suele haber un poco de todo, incluyendo información muy interesante y otra… Como es el caso, un seudotutorial que explica cómo hacer que KDE se parezca a GNOME en Linux, en cuyo desarrollo no voy a entrar porque no merece la pena.

Con todos mis respetos, el resultado de viaje que propone Kenlon es muy mejorable y lo que es más importante, muy evitable. A toda costa. Cuenta él que GNOME «tiene el honor de ser el primer escritorio libre que ha provocado admiración vocalizada de alguien que mira por encima del hombro mientras uso Linux». Y a mí me parece muy bien. Si algo bueno tiene GNOME en su estado actual, es un estilo elegante y característico del que, las cosas como son, KDE podría tomar nota en ciertos aspectos.

Sin embargo, transformar KDE en GNOME, aunque sea solo en apariencia, no es buena idea, porque para que quede bien de verdad le tienes que dedicar un rato a la personalización que Kenlon no le ha dedicado, tienes que ser consciente de que vas sufrir penalizaciones en el rendimiento del escritorio por usar motores de temas externos y otro tipo de componentes, y aceptar que siempre habrá detalles sin pulir que chirríen.

Lo mismo sucede a la inversa, ojo. Como mucho, puedes asimilar la funcionalidad de GNOME en KDE Plasma, pero igualmente le vas a tener que dedicar tiempo para obtener un resultado que no alcanza al original. Para eso, usa el original.

El tercer artículo que he leído sobre GNOME y KDE hoy se titula es normal y funciona y lo ha publicado en su blog el desarrollador de KDE Nate Graham, conocido por el reporte semanal sobre el desarrollo del escritorio, This week in KDE. ¿A qué se refiere? a un comentario que ha leído en Phoronix y que le recordó por qué ama KDE Plasma.

Porque KDE Plasma «es normal y funciona», sí.

El comentario en cuestión se enmarca en una discusión que el usuario que lo lanza está manteniendo con un usuario de GNOME (la típica discusión de entusiastas del uno y del otro). Comentario con el que, por cierto, no estoy de acuerdo. Es decir, sí, KDE Plasma es normal y funciona… muy bien, se podría agregar; pero GNOME también es normal y funciona muy bien. La discusión, sin embargo, no trata de si uno funciona mejor que el otro, sino de otorgar a GNOME un estatus de revolución que no existe.

De hecho, hay cosas que sí me gustan de ese comentario, que resalta lo ridículo de posturas del tipo «me estresan ver iconos en el escritorio», y no me refiero a tener el escritorio lleno de iconos a lo Windows XP, sino de ver un puñado de iconos bien ordenados en un panel que ni llega a duplicar el tamaño del de GNOME. Con lo que no estoy de acuerdo es con atribuir a GNOME una suerte de especialidad que no tiene, aunque sobr eestos derrotes ya me he expresado en más de una ocasión desde hace años.

Por ejemplo, en el artículo (también de opinión, como este) GNOME Shell: innovación la justa, solvencia. No le busques tres pies al gato, que no no hay gato. Lo que sí que hay son usuarios como mi compi Eduardo, que con un GNOME pelado están en la gloria, y los que necesitan instalar alguna que otra extensión para recuperar funcionalidades básicas que no ofrece GNOME.

¿Qué dice Graham al respecto? Nada en particular. Se queda con lo general más bien, que es que KDE Plasma es normal -entendiendo por normal que su disposición y funciones son las normales que cualquier usuario de escritorio de PC de toda la vida, léase Windows, puede esperar encontrar- y que funciona… como cabe esperar que funcione. Ni más, ni menos. Y con eso sí que estoy totalmente de acuerdo. Solo añadiría que GNOME es normal y funciona. Igual.

¿Que GNOME dificulta más su uso porque deja atrás alguna convención bien establecida para intentar -solo intentar, porque las existen las extensiones- que el usuario asimile las formas que los gurús que lo diseñaron consideran las correctas? También, pero no hay nada malo en ello siempre y cuando no se pasen de listos, que alguna vez ocurre.

Ahora, que haya dos soluciones del nivel de las de KDE y GNOME en el escritorio Linux, cada una evolucionando a su manera es positivo. Y no son las únicas. Con mayor o menor influencia y dependencia tenemos también a Cinnamon, elementary OS, Deepin… Si no se diferencian entre sí, que se fusionen, porque lo contrario es lo de siempre: tocar los cojo… fragmentación.

Imagen: Pixabay

 

Fuente: muylinux

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