KDE Plasma cumple cinco años y… ¿parece que fue ayer? La verdad es que no, porque aunque el arranque de la nueva etapa del escritorio no fue ni de lejos tan traumática para como la vivida en los tiempos de KDE 4, sí tardó un poco en estar lista para la acción, a tenor del nivel de madurez que presentaba entonces su anterior versión.
De hecho, si un 15 de julio de 2014 recogíamos la noticia del debut de Plasma 5, unos meses después, en octubre, mi opinión era que valía la pena esperar a que mejorase, antes de dar el salto. Hay que tener en cuenta que Plasma no es un ente independiente, sino que funciona en conjunto con los KDE Frameworks, las bibliotecas que le otorgan al escritorio su funcionalidad, y las KDE Applications, muchas de las cuales aún se encontraban en proceso de actualización.
Un año más tarde repetí el ejercicio y a pesar de que Plasma todavía no había alcanzado su punto álgido, la sensación ya era muy distinta. Y así, versión tras versión, el escritorio del proyecto KDE ha ido mejorando de manera impresionante, siendo hoy en día la alternativa más avanzada y equilibrada en opciones de personalización, herramientas, rendimiento y consumo, pero también estabilidad.
Por supuesto, KDE Plasma, tal y como lo llamamos ahora, no es perfecto y tiene mucho por mejorar; y tampoco tiene por qué ser la elección de todo el mundo, o la que mejor se adapta a los gustos y necesidades de todo tipo de usuarios. Pero es un placer contar con un proyecto comunitario de software libre que al margen del amparo directo y proporcionado de las grandes compañías de Linux, mantiene este nivel.
La comunidad KDE ha celebrado este primer lustro de KDE Plasma con un sencillo vídeo en el que se repasa brevemente la evolución que ha tenido el escritorio, el más popular entre nuestros lectores por varios años consecutivos.
Fuente: muylinux