Definitivamente, la producción musical en GNU/Linux, no es el punto más fuerte en lo que respecta a soluciones de calidad. Sin embargo, existen algunas excepciones realmente potentes capaces de sustituir, en algunos puntos, al software comercial.
He aquí una selección de aquellos que he usado y han satisfecho mis necesidades:
Audacity
El archiconocido programa de edición de audio multiplataforma que puede servir como sustitución de algún editor multipista (aunque no sea del todo sofisticado) o simplemente para cortar, unir, convertir y/o alterar alguna pista de audio.
Cuenta con una lista de efectos interesante, tanto para experimentar con sonidos (generando y alterando ondas) como para ayudar al momento de la composición desplazando la tonalidad, reduciendo ruidos, amplificar el sonido, etc.
Soporta multipista, es decir, puede trabajar con diferentes archivos de sonido en paralelo y unirlos en un archivo final, facilitando en mucho la composición a cargo de una sola persona. Otra característica a destacar es la reproducción durante la grabación, es decir, durante la grabación se reproducen las otras pistas y así poder mantenerse a ritmo y tono.
En resumen: herramienta perfecta para el compositor amateur sin necesidad de saber sobre partituras.
LMMS
Linux MultiMedia Studio es un clon del popular FruityLoops. Cuenta con una interfaz bastante similar en lo que respecta al uso.
También tiene plugins y samples para lograr componer con una cantidad razonable de sonidos. Especialmente uno me llamó la atención: un sintetizador de sonidos de Gameboy (el cual lamentablemente no me sonaba para nada bien).
Soporta plugins del tipo LADSPA y VST/VSTi (aunque de éste último el soporte no es del todo bueno, además de requerir WINE instalado).
En resumen: un compositor simple para quienes sepan poco de música o una poderosa herramienta para quienes prefieren sonido más realista frente al MIDI.
Rosegarden
Rosegarden es un completo estudio de composición para varios instrumentos sea por MIDI o pistas de audio. Es bastante intuitivo para usar aunque bastante potente a la hora de trabajar con piezas extensas de gran complejidad.
Cuenta con la opción de importar archivos MIDI, lo cual es muy útil pues, al separar cada instrumento por pistas, se puede estudiar una pieza más fácilmente. Sin embargo, el editor de partituras no es del todo cómodo para trabajar ya que según la posición en donde se cliquee es la duración de la nota a introducir y, a veces, es incorrecto.
Por otro lado, se puede decorar la partitura con las anotaciones de dinámica y digo decorar ya que el sonido no cambia en absoluto, aunque es muy útil para luego exportarla en formato Lilypond.
En resumen: un compositor enfocado a un músico más avanzado. Por la cantidad de pistas y la capacidad de edición de la partitura, podría decirse que está orientado a la transcripción y composición de música de orquesta.
TuxGuitar
Es un proyecto escrito en Java que parece estar congelado desde hace unos cuantos años. Es el reemplazo por excelencia de Guitar Pro. Al igual que Rosegarden, puede manipular múltiples pistas MIDI con sus respectivas partituras y, además, las muestra como tablaturas, fácilmente legibles para interpretar en instrumentos de cuerdas.
En resumen: una gran utilidad para músicos de Rock/Pop para transcribir composiciones y reproducir tablaturas.
MuseScore
Si se puede comparar con algún otro programa, se podría decir que éste es la versión musical de los procesadores de texto.
El editor de partituras es, justamente, una partitura donde se le pueden agregar anotaciones e indicaciones de una manera muy cómoda, eligiendo entre una variedad de opciones divididas en categorías. Además, a medida que se uno va armando la partitura, la puede reproducir en tiempo real. El sitio oficial lo define como un programa “lo que ves es lo que obtienes”.
En resumen: la misma idea que Rosegarden pero enfocada en la estética más que en la funcionalidad.
Denemo
De todos los compositores MIDI, por el momento, me pareció el más cómodo. Cuenta con una interfaz muy sencilla y orientada a usar con teclado de PC. Un aspecto muy interesante son los menús que, al lado de cada opción, remarcan en rojo el atajo del teclado correspondiente (y si no es el más adecuado es posible cambiarlo ahí mismo).
De esta manera, uno puede memorizar las combinaciones más fácilmente y emplearlas todo el tiempo. Más allá de eso, se puede personalizar completamente la partitura y visualizar al mismo tiempo el código de Lilypond.
En resumen: un compositor completamente sencillo y funcional. Personalmente, debido a los atajos de teclado, me ha sido el más rápido a la hora de transcribir partituras.
Bonus profesional: Bitwig Studio
[Nota de Picajoso] Aparte de las excelentes opciones que ha mencionado Rodrigo, quería añadir otra propuesta que en este caso está más orientada a profesionales del sector.
Se trata de Bitwig Studio, un desarrollo que tiene sus raíces en Ableton Live -una herramienta profesional de creación musical muy reputada- pero además de ofrecer una evolución sobre ese desarrollo, en Bitwig Studio tendremos soporte Linux, algo que puede interesar a los más devotos de este segmento. Podéis apuntaros a la beta -con invitaciones que irán mandando a los afortunados- en la página del producto, aquí.
Conclusiones
Concluyendo, los programas enumerados, en mi opinión, serían un resumen de las capacidades para editar y crear audio que tenemos dentro de GNU/Linux (que por cierto no son pocas).
Una aclaración antes de cerrar: excluí de la lista dos grandes como JACK y Lilypond (a pesar que a éste último lo mencioné un par de veces) ya que son herramientas complementarias en lo que respecta a la producción de sonido.
Sin mucho más que agregar, espero sus comentarios sobre sus experiencias con los programas mencionados y aportar sus experiencias con programas fuera de esta lista.
Fuente: muylinux