Adiós GNOME 3, que te vaya bonito

Como muchos sabéis, con motivo de tener una experiencia MuyLinuxera me embarqué en GNOME 3 hace más de un mes… y hasta aquí llegué. Es hora de dar por concluida la primera etapa de mi viaje, no sin antes hacer un breve balance de lo acontecido, así como dar unas explicaciones, todo va junto.

Lo primero a decir es que no he comentado nada de las extensiones de GNOME Shell, parte fundamental que poco a poco es seguro que van a ir creciendo en número, aportando nuevas funcionalidades y recortando carencias a una experiencia bastante limitada por defecto. Hablaremos de las extensiones y os iremos trayendo las mejores que encontremos por la red, pero no será como parte de UEML.

También se echará en falta un artículo comparando rendimientos, aportando cifras y demás, pero tampoco va a pasar por una cuestión muy concreta (o a lo mejor no tanto): bajo mi punto de vista GNOME Shell no está preparado para trabajar en producción, todo a causa de la tan resabiada “usabilidad”. Ya lo dije en los artículos de sobrevivir a GNOME Shell (1, 2 y 3) y lo mantengo con firmeza. Este es un punto curioso de analizar por varias razones.

La primera es que muchísimas aplicaciones no han sido portadas todavía a GTK3, con lo que se crea un batiburrillo extraño en el sistema, quedando solo GNOME Shell como objeto de análisis. La segunda es que el soporte de gráficas de GNOME Shell es limitado y da problemas (en las pruebas realizadas sobre openSUSE 11.4 y Ubuntu 11.04, ambas con tarjetas NVIDIA, no hubo problemas a este respecto, mientras que en Fedora 15 no puede hacer valer los controladores propietarios de ATI). La tercera razón es más curiosa si cabe por lo que conviene explicarla con detenimiento.

La comparación de GNOME Shell con Unity en cuanto a usabilidad/rendimiento es rocambolesca, porque donde falla uno sobresale el otro. La propuesta de Canonical, aún con aristas a pulir, se nota a primera vista y al poco de tiempo de uso que cuida más de la experiencia de usuario que del rendimiento, en cambio GNOME Shell funcionará casi sin problemas en cualquier equipo que pueda razonablemente con GNOME 2… con peros.

Pruebas realizadas en la misma máquina (Dual Core, 4 GB de RAM) con GNOME 3 y KDE 4.6 muestran de primeras a un GNOME 3 más ágil y responsivo, más ligero. La diferencia no es grande, pero se nota. Sin embargo, la situación cambia con una carga de trabajo mayor. Por ejemplo:

  • GNOME 3/Shell con Firefox (20 extensiones y unas 20 pestañas), Evolution, Empathy, Gwibber, Liferea, Terminal, Gedit con varias pestañas, GIMP con varias imágenes de gran tamaño, Banshee…
  • KDE SC 4.6.5 con (20 extensiones y unas 20 pestañas), Kontact, Kopete, Choqok, Akregator, Konsole, Kate con varias pestañas, GIMP con varias imágenes de gran tamaño, Amarok…

En una comparación nada científica, sin cifras de por medio y con diferentes configuraciones de software en cada sistema, la experiencia es que GNOME 3/Shell se atranca un poco y KDE aguanta mejor el tirón, con mayor fluidez. Es por ello que hablar del rendimiento de GNOME 3/Shell se hace algo extraño: va bien pero hay mucho por pulir todavía.

Entonces, si la usabilidad del entorno condiciona la experiencia de usuario al límite y el rendimiento es extraño, ¿cómo hacer pruebas de nada? Sería injusto para GOME 3/Shell compararlo con alternativas listas para producción como KDE 4 o el mismo GNOME 2, aunque en parte se lo mereciera por decir que han sacado un producto terminado. De terminado nada, queda mucho por hacer.

Algunos lectores de MuyLinux os habéis quejado por mis apreciaciones sobre GNOME Shell, con una (mi) opinión bastante negativa del entorno. Es cierto, por lo limitado del mismo principalmente, cosa que a buen seguro cambiará con sucesivas versiones, también mejorará su soporte gráfico y su rendimiento, no tengo la menor duda de ello. Pero entre tanta oscuridad, hay una luz brillante.

Hay ideas del concepto GNOME Shell que me han parecido acertadas e interesantes, pero si hay un factor de vital importancia en el que GNOME 3 en general destaca con soltura, su punto fuerte, es la estabilidad. El entorno y su shell son muy estables, y aunque a veces su rendimiento pueda ocasionar los tirones comentados más arriba, es extremadamente difícil encontrar un crash que lleve al traste lo que se está haciendo en el escritorio. En este punto los usuarios pueden estar tranquilos: los desarrolladores han hecho los deberes.

Así, con la certeza de que lo mejor de GNOME 3 está por llegar me despido del entorno. No es para mí. Pero seguro que sí lo es para muchos de vosotros y vosotras, de manera que os animo a continuar apoyando al proyecto, uno de los más importantes dentro del software libre.

Dentro de no mucho se espera el lanzamiento de GNOME 3.2, que acompañará a distribuciones como Fedora 16 o openSUSE 12.1, el cual vendrá cargado de novedades que con mucho gusto os contaremos en MuyLinux. Hasta entonces, da igual el escritorio que utilicéis, pero ¡usad GNU/Linux!

Próxima víctima: Mandriva 2011.

 

Fuente: muylinux

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