Munich

Ya es una realidad: tras 14 años de existencia y salvo que unos resultados diferentes en las elecciones permitan un giro brusco de los acontecimientos, Múnich abandonará el Proyecto LiMux para volver a Windows.

A partir de 2020 la administración muniquesa empezará a implementar Windows 10 en los más de 20.000 ordenadores que posee, un cambio que lleva años orquestándose desde Microsoft, empresa que desde los comienzos ha ejercido influencia para que el Ayuntamiento de Múnich volviese a sus soluciones. Sin embargo, la compañía no consiguió convencer hasta la llegada de la actual coalición gubernamental, compuesta por el SPD y la CSU, y de un alcalde, Dieter Reiter, que nunca ha sido entusiasta de LiMux a pesar de ser el del mismo partido que Christian Ude, gran valedor del proyecto con el apoyo de Los Verdes.

Todo esto ya lo sabíamos y como os comentamos en el último PING, el tema de Múnich se acaba en estas páginas por razones obvias. Pero antes, por darle punto y final, ¿cuáles han sido las razones del cambio? Según recogen en TechRepublic, el principal motivo fue el informe de Accenture, una consultora tecnológica ligada a Microsoft a través de la subsidiaria Avanade del que ya os hablamos a principios de este año, respuesta de Free Software Foundation Europa incluida.

En dicho informe se apuntó hacia varios problemas encontrados en la estructura informática de la localidad, cuyo software era “obsoleto, parcialmente inseguro y con una estructura IT engorrosa, lo que lleva a la pérdida de tiempo y productividad”. El informe pecó de ser algo genérico, no apuntando de forma explícita a LiMux ni a LibreOffice, sin embargo, aquello no impidió que fuera usado para poner en cuestión el modelo del Open Source para la administración pública, cuando en realidad el origen del problema está en que la gestión de la infraestructura IT de Múnich se encuentra dividida en más de 20 organizaciones separadas. Yendo más allá, el problema del “software obsoleto e inseguro” también afecta a las pocas máquinas Windows presentes por motivos de compatibilidad, siendo la verdadera raíz del problema la carencia de una gestión centralizada, no a la presencia de LiMux y de LibreOffice.

En una encuesta realizada en 2015, la mayoría de los empleados de la administración respondieron que tuvieron problemas intermitentes con el software. El 85% respondió que los problemas del software interfirieron al menos una vez al mes en su trabajo, mientras que un 55% comentó sobre problemas de hardware. ¿Son malos números para el proyecto LiMux? Aparentemente sí, pero sorprendentemente, un estudio similar realizado tiempo atrás mostró una mayor cantidad incidencias utilizando Windows, por lo que el sistema de Microsoft no parece ser panacea que muchos intentan vender.

Sobre los distintos departamentos también ha habido opiniones variadas. Por ejemplo el de Recursos Humanos (RR.HH.) reportó que desde 2006 su experiencia con LiMux ha sido insatisfactoria, sobre todo cuando se ha tratado de temas visualización y edición de documentos, además de la impresión, cosas que fueron mostradas en un comunicado diciendo que el cambio a las soluciones Open Source “hizo disminuir de forma notable la eficiencia y la productividad de los lugares de trabajo de RR.HH.”, haciendo referencia a cuelgues, fallos en el despliegue de gráficos y errores en la impresión. También reportó errores a la hora de hacer funcionar Oracle y SAP con LiMux y problemas a la hora de visualizar documentos PDF con visores de código abierto.

Lo descrito en el párrafo anterior choca con la postura del jefe de IT de Múnich, quien comenta que “no hay razones técnicas para volver a Windows”, argumentando que desde la administración pública se “han resuelto los problemas de compatibilidad e interoperabilidad” relacionadas con LiMux. Esto puede casar con unas declaraciones del mismo Dieter Reiter, quien reconoció en 2014 el ahorro que supuso el proyecto basado en Linux y Open Source. Además, informaciones procedentes de personas relacionadas con el departamento de IT de la ciudad comentan que los problemas han sido exagerados, ya que había soluciones para ejecutar aplicaciones incompatibles, con especial mención a Wine.

Los críticos de LiMux dicen que casi el 40% de los ordenadores de la administración de Múnich funcionan con Windows y que su convivencia con LiMux es insostenible, mientras que entre los encargados de la infraestructura IT de la ciudad sitúan el porcentaje de ordenadores Windows en un 20%, aun reconociendo que algunos departamentos consiguieron que se les volviera a instalar el sistema de Microsoft debido al “limitado control central”.

Aunque Windows acapara mucho protagonismo, no es el único software que va a reemplazar a otro, ya que posiblemente el verdadero gran sacrificado sea LibreOffice, la suite ofimática. Desde la CSU han insistido durante mucho tiempo en las “grandes dificultades” que hay a la hora de comunicar documentos entre LibreOffice y Microsoft Office, pero fuentes del ayuntamiento dicen una vez más que los problemas se han exagerado, sobre todo desde la migración a LibreOffice, cuya compatibilidad con OOXML ha mejorado de forma notable a lo largo del tiempo. Además “los departamentos que necesitaron comunicarse con partes externas han tenido mucho acceso a terminales de servidor con una versión de Microsoft Office, por lo que los documentos externos podían ser editados en Microsoft Office”. De hecho, la cantidad de ordenadores con problemas en este sentido no parece haber superado los 60.

Tras todo lo dicho, ¿se puede decir que LiMux ha fracasado como proyecto? Es obvio que el 100% de satisfacción es algo muy difícil de conseguir y en muchos casos una imposibilidad por la naturaleza del ser humano. Por otro lado, hay encuestas diciendo que solo una minoría quería regresar a Windows y Microsoft Office. Italo Vignoli, uno de los fundadores de The Document Foundation, dice que LiMux no ha sido un fracaso y no hay mejor prueba de ello de que ha estado funcionando durante más de 10 años.

 

Fuente: muylinux

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