Si sigues aferrado a Windows 10, hay una mala noticia: cambiar de antivirus no solucionará los riesgos de seguridad.
El fin del soporte deja un vacío de seguridad
Tras el fin del soporte oficial, millones de equipos han quedado expuestos a vulnerabilidades críticas.
Aunque muchos piensen que basta con instalar un antivirus de terceros, el verdadero problema no está en Microsoft Defender, sino en el sistema operativo.
Un antivirus actualizado no puede reemplazar las actualizaciones de seguridad del sistema, que son las que realmente cierran brechas críticas.
Microsoft seguirá actualizando Microsoft Defender Antivirus (MSDA) durante un tiempo, pero la única forma de tener protección total es actualizar a Windows 11.
Microsoft mantendrá Defender en Windows 10 por un tiempo
El mes pasado, Microsoft aclaró qué ocurrirá con Defender tras el 14 de octubre de 2025, fecha del fin del soporte oficial.
Según la compañía, Defender seguirá recibiendo actualizaciones de detección y protección “en la medida de lo posible”, al menos durante el período del programa Extended Security Updates (ESU), que finaliza en octubre de 2028.
Esto significa que, aunque uses Windows 10 con Defender, seguirás desprotegido frente a vulnerabilidades del sistema operativo si no pagas por el soporte extendido o no lo obtienes por otras vías, como los programas europeos o Microsoft Rewards.
🔹 Un antivirus protege de amenazas conocidas, pero sin parches del sistema, el riesgo sigue ahí.
Por qué un antivirus no basta
Incluso si instalas un antivirus avanzado, no servirá de nada si Windows 10 no recibe los parches de seguridad críticos.
Cada mes se descubren nuevas fallas que los ciberdelincuentes pueden aprovechar, y sin actualizaciones del sistema, tu equipo quedará expuesto a ataques dirigidos y ransomware.
“Sin soporte extendido, tu sistema es vulnerable a la explotación a nivel de sistema operativo”, advierten los expertos.
Millones de computadoras con Windows 10 sin protección completa se convertirán en objetivos prioritarios para los atacantes.
La solución más simple: pasar a Windows 11
Quizás no te guste Windows 11, pero es la opción más segura y directa.
Actualizar desde una licencia válida de Windows 10 es gratuito, y recibirás todas las mejoras y parches automáticos a través de Windows Update.
Aunque muchos usuarios criticaron su diseño o la recopilación de datos, Windows 11 ha mejorado considerablemente desde su lanzamiento y ofrece una experiencia más estable y moderna.
Incluso puedes instalarlo en equipos no compatibles utilizando herramientas como Rufus o Flyoobe, que permiten omitir los requisitos del sistema y personalizar la instalación.
🔹 Actualizar a Windows 11 garantiza la seguridad total del sistema, además de un rendimiento gráfico y de energía mejorado.
¿Y si cambias a Linux? Una alternativa cada vez más popular
Si prefieres abandonar el ecosistema de Microsoft, Linux se presenta como una opción libre, segura y estable.
Distribuciones como Linux Mint, Fedora KDE Plasma o Pop!_OS ofrecen entornos familiares para usuarios de Windows y una curva de aprendizaje sencilla.
Linux Mint, por ejemplo, funciona con fluidez en equipos antiguos, permite usar muchos programas de Windows mediante Wine y ofrece una interfaz clásica y ligera.
🔹 Linux es gratuito, personalizable y, sobre todo, mucho más seguro frente a vulnerabilidades del sistema.
Aceptar el cambio: una transición inevitable
Muchos usuarios sienten nostalgia por Windows 10, un sistema que marcó una era de estabilidad y simplicidad.
Sin embargo, seguir usándolo hoy es arriesgarse.
Actualizar a Windows 11 o dar el salto a Linux no solo significa adaptarse al futuro, sino mantener la seguridad y el control de tus datos.
“He disfrutado Windows 10 durante una década, pero es momento de avanzar. El cambio es inevitable… y necesario para seguir protegido.”
Fuente: somoslibres

