Durante los últimos cinco años, el mercado tecnológico ha experimentado un fenómeno llamativo: las contrataciones de becarios y perfiles junior se desplomaron. Así, tanto las startups en crecimiento como las grandes tecnológicas optaban por fichar profesionales sénior, capaces de aportar valor inmediato sin necesidad de costosos procesos de formación.
Y la llegada de la inteligencia artificial generativa parecía empeorar aún más el panorama: ¿para qué invertir en jóvenes con poca experiencia si la IA podía cubrir gran parte de las tareas rutinarias?
Sin embargo, a lo largo de este año ha ido emergiendo una tendencia inesperada: varios directivos y responsables de contratación empiezan a reconocer que los juniors no solo se adaptan mejor al uso de la IA, sino que en muchos casos la aprovechan con más creatividad y productividad que sus colegas sénior.
El péndulo de la contratación
Gergely Orosz, un ingeniero y divulgador muy seguido en la comunidad tecnológica sostuvo recientemente durante un debate en X que se dio "una sequía en la contratación de becarios y recién graduados durante los últimos cinco años".
Las empresas buscaban perfiles curtidos que pudieran navegar arquitecturas complejas y sistemas críticos; así, el talento joven quedaba relegado a roles marginales, o directamente fuera de la industria.
Pero esa misma dinámica ha empezado a invertirse, y algunas de las startups más grandes han retomado la contratación de juniors porque, entre otras cosas, saben utilizar las herramientas de IA de forma sorprendentemente eficaz.
Becarios + IA, la nueva fórmula
Simon Willison, otro referente del mundo del software, señalaba en el mismo hilo algunos casos concretos: empresas como Shopify y Cloudflare han aumentado sus cifras de incorporación de becarios. ¿La razón?
"Un becario con IA puede producir valor mucho más rápido que un becario de años anteriores".
Lo que antes era un perfil en formación con una curva de aprendizaje lenta, ahora es alguien que, armado con ChatGPT o similares, puede generar prototipos, redactar documentación, depurar errores y hasta explorar arquitecturas de software con una agilidad inusitada.
En otras palabras: la IA ha reducido la distancia entre la falta de experiencia y la capacidad de entrega. Donde antes hacía falta un senior para producir resultados aceptables, hoy un junior con la mentalidad adecuada puede llegar al mismo nivel en menos tiempo.
El factor bagaje
Esto no significa que los perfiles experimentados hayan dejado de ser necesarios: la IA acelera la construcción de 'andamios' de software, pero la arquitectura sigue requiriendo criterio, experiencia y una visión a largo plazo.
Lo interesante es que muchos seniors se encuentran anclados en flujos de trabajo pre-IA. Están acostumbrados a resolver problemas con procesos manuales, depuración tradicional o frameworks probados. Los juniors, en cambio, tratan a la IA como una extensión natural de su pensamiento: preguntan, iteran, corrigen y avanzan sin el 'bagaje' de cómo se hacían las cosas antes.
En resumen, estamos ante un caso excepcional en el que la falta de bagaje no es algo necesariamente malo: los juniors llegan sin prejuicios, listos para absorber nuevas formas de trabajar.
El factor económico
No se puede obviar la cuestión del coste, claro: contratar juniors es más barato que contratar seniors, y algunas voces críticas argumentan que el repunte en contrataciones responde más a una búsqueda de ahorro que a una convicción sobre el talento joven.
Pero la realidad es más compleja. Empresas como Shopify o Cloudflare pagan a sus juniors salarios comparables a lo que otras compañías ofrecen a perfiles sénior de menor nivel. El incentivo económico existe, pero no explica por sí solo el cambio
¿Moda pasajera o transformación duradera?
Queda abierta la incógnita de si este auge en la contratación de juniors es una moda coyuntural o una tendencia que marcará el futuro del sector. Algunos observadores advierten que la verdadera prueba será dentro de seis meses, cuando estos juniors empiecen a enviar código a producción: la clave estará en combinar la rapidez de los juniors con IA y la experiencia de los seniors, construyendo equipos híbridos donde unos aprendan de los otros.
Fuente: genbeta