Raspberry-Pi-3

Las personas que tienen varios dispositivos ya han descubierto las ventajas de tener un NAS en casa, ya que este sólo se tiene que encenderse y podrás acceder desde tu ordenador, portátil, smartphone o Tablet a todos tus archivos sin la necesidad de estar pasando de un dispositivo a otro. De hecho, al configurarse correctamente podrás acceder a todos tus archivos estando lejos de casa y de tus dispositivos.

Uno de los puntos negativos de un NAS es que puede llegar a ser costoso y representar un consumo de energía considerable, pero si tienes un disco duro que ya no estés utilizando tienes la posibilidad de convertirlo en un NAS usando una Raspberry Pi. Incluso puedes utilizar un pendrive o un disco SSD, según las necesidades o el hardware que tengas a tu disposición.

Ten en cuenta que también necesitarás tener una Micro SD con una capacidad mínima de 8 GB para poder instalar el sistema operativo de la Raspberry Pi sin complicaciones. Una gran ventaja es que este sistema es compatible con absolutamente todos los modelos de Raspberry Pi, por lo que en este aspecto no deberías de tener ningún problema.

Otro detalle que debes de recordar es que estarás limitado por una velocidad Ethernet de 100 Mbps y USB 2.0, por lo que la transferencia de datos no será la más rápida que hayas visto. Sin embargo, es una velocidad suficiente para que puedas pasar una gran cantidad de contenido multimedia y documentos de todo tipo.

Pasos para convertir un disco duro en un NAS

1.- Comienza instalando el sistema operativo

Si tienes una Raspberry Pi que no tenga preinstalado un sistema operativo, o que no quieras utilizar NOOBS, tendrás que encargarte de la instalación del sistema operativo.

Específicamente, necesitarás OpenMediaVault, el cual puedes descargar desde este enlace. Después tendrás que formatear la tarjeta MicroSD en el formato FAT32, luego extrae la ISO usando 7zip y escribe en la imagen que has descomprimido en la SD usando Win32 Disk Imager.

Una vez que hayas hecho lo anterior puedes continuar con la configuración.

2.- Configurar tu Raspberry Pi

Para comenzar el proceso de configuración tienes que conectar tu Raspberry Pi a un teclado, a un monitor y a un cable Ethernet para poder realizar la configuración. Ten en cuenta que esto sólo tendrás que hacerlo la primera vez, así que no creas que será un proceso que tendrás que hacer en repetidas ocasiones.

Cuando hayas completado el primer boot tendrás la posibilidad de acceder desde la web de forma remota usando tus credenciales de admin para tu usuario y usando openmeiavault como password.

Cuando hayas accedido con tus credenciales obtendrás la dirección IP de tu Raspberry Pi, por lo que ya podrás desconectar el monitor y el teclado para dejar sólo el cable Ethernet y el cable de alimentación.

Lo siguiente es conectar tu disco duro a la Raspberry Pi, una vez que lo hayas hecho dirígete al ordenador desde el que accederás por medio de la dirección IP que sacaste de la configuración de OpenMediaVault. Aquí tendrás que usar las mismas credenciales de acceso que usaste anteriormente una vez que hayas agregado la dirección IP en el navegador de tu ordenador. Al hacerlo se cargará la interfaz que utilizarás.

3.- Empezar con el montaje de unidades

Para tener acceso a los discos duros es necesario que los montes. Para hacer esto debes dirigirte a File System dentro del panel de navegación, en donde verás las unidades de almacenamiento que hay disponibles.

En este caso debes de seleccionar la unidad que quieres utilizar y seleccionar la opción Mount. Después sólo tienes que seleccionar la opción Apply y la unidad ya habrá sido montada.

Raspberry-Pi-3-montar-unidades

4.- Crear carpeta compartida

Este es uno de los pasos más importantes, así que es importante que se haga correctamente para que puedas utilizar la función de NAS de una forma efectiva y sin complicaciones.

La carpeta compartida en red es la que se encarga de permitirte acceder a tus archivos desde cualquier dispositivo, pudiendo modificar los archivos que se encuentran dentro de esta carpeta.

Para crear esta carpeta tienes que dirigirte a Shared Folder dentro del panel de navegación y seleccionar la opción “Add”, tendrás que darle un nombre a la carpeta que estás creando. Luego selecciona la unidad de almacenamiento dentro del menú desplegable que aparecerá a un lado de “Volume”. Para finalizar tendrás que especificar una ruta y luego simplemente guardas los cambios.

Raspberry-Pi-3-carpeta-compartida

5.- Activar SMB/CFIS

Es necesario activar la opción de compartir usando SMB/CFIS para poder acceder a las carpetas y archivos compartidos por red.

Para hacer esta parte del proceso tienes que ir a la opción de “Services” que está en el panel izquierdo y lo activas eligiendo la opción “Enable”. Ahora sólo tienes que guardar y aplicar los cambios.

Dirígete a la pestaña de “Shares” y agrega la carpeta que acabas de crear seleccionando la opción “Add”.

Raspberry-Pi-3-habilitar-smb-cifs

6.- Acceder a los equipos dentro de la red

Cuando hayas completado los pasos anteriores ya podrás acceder por medio de los dispositivos que estén conectados a la red.

Esto se hace desde el Explorador de archivos de Windows haciendo clic en “Red” y seleccionar “Conectar a una red”. Aquí tendrás que elegir una letra que no esté siendo utilizada para darle un nombre a tu nueva unidad. En la carpeta sólo debes de seleccionar “RASPBERRYPI”, en la que debería aparecer la carpeta que has creado.

Seleccionar “aceptar” e introduce las credenciales necesarias para el acceso”. Recuerda, el nombre usuario por defecto es “pi” y la contraseña “raspberry”.

Al hacer esto ya podrás ver tu unidad compartida como si fuera un disco duro más en tu ordenador, por lo que podrás acceder a los archivos de forma muy sencilla.

Como puedes ver el proceso es realmente sencillo y no debería de tener mayores complicaciones con él.

 

Fuente: lignux

¿Quién está en línea?

Hay 8844 invitados y ningún miembro en línea