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El lunes pasado se celebró el Día Internacional del Podcast, una fecha sacada de la manga hace unos años que, no obstante, otorga reconocimiento a una forma de comunicación que vive actualmente su momento álgido. Mi intención era publicar un artículo especial con un título muy similar al de este, pero sin interrogantes y en plural…, o sea, el típico en el que de vez en cuando recogemos las aplicaciones más destacadas de su categoría. Me fue imposible. Por eso publico este otro, para el cual me gustaría contar con vuestra participación si es que como yo sois aficionados a los pódcast.

En realidad, no es que yo sea aficionado a los pódcast; es que soy un ávido oyente de este tipo de formato desde hace años, como lo era antes de la radio tradicional. En todo este tiempo he pasado por numerosas aplicaciones, aunque desde que di el salto a los smartphones mi manera de consumir pódcast cambió bastante por temas de comodidad. Es decir, me gusta tener una sola colección con mis suscripciones sincronizada entre los PC y el móvil, saber a primera vista qué he escuchado y qué no, poder dejar en un punto la reproducción para continuarla en otro momento sin importar dónde me encuentre… Todo lógico, ¿no?

Total, que a partir de 2012 o 2013, no lo recuerdo con precisión, me pasé a iVoox, la plataforma de pódcast más importante aquí en España, en la que llevaba registrado un tiempo y que se quedó como mi casa cuasi definitiva. Sé que hacía muy poco que se había lanzado la app para Android y por aquel entonces no había -o no conocía- nada mejor. Así fue como me despedí de aplicaciones como Amarok o Clementine, al menos para escuchar pódcast. Pero ha llovido mucho desde aquel entonces y el boom que ha tenido el formato ha hecho florecer servicios y aplicaciones geniales.

Las ventajas de iVoox con respecto a la competencia son varias y en conjunto hacen que se me haga difícil cambiar de servicio. La principal, ofrecer el mayor catálogo de contenidos en español de Internet y también en las diferentes lenguas españolas, algo imprescindible para mí; aunque encuentras casi cualquier programa medio conocido en inglés y de no hacerlo, puedes suscribirte mediante la URL. Por otro lado, tanto en el móvil como en la web tiene prácticamente todas las opciones que le puedes exigir a una aplicación de pódcast y alguna más; facilita salir del círculo habitual y además de recomendaciones de acuerdo a tus gustos, permite buscar por contenidos y no solo por programas.

Y todo eso gratis, sufragado con publicidad que dependiendo de la plataforma es más o menos intrusiva. En la página web se pasan un poco con los banners, mientras que en la app móvil apenas hay uno y, eso sí, un anuncio de audio antes de cada capítulo, lo cual me parece correcto. También se puede pagar para eliminar la publicidad del sitio, pero por si alguien se lo pregunta, no, yo no pago. La razón es que casi todos los programas que sigo son de radio comercial e incluyen su propia publicidad que según me pille -por ejemplo, yendo en bici o en coche- me voy a tragar sí o sí, por lo que un anuncio más o menos no me importa.¿Cuál es la mejor aplicación de pódcast para Linux?

Otra de las, más que ventajas, exclusividades de la plataforma, son los iVoox Originals, una novedad de este año que, fiel a su denominación, se refiere a programas originales que por lo general solo están disponibles ahí y que de vez en cuando publican capítulos de pago, lo cual también me parece bien como incentivo, dado que hay gente que le dedica mucho tiempo y esfuerzo a preparar los temas y merecen que se les apoye. Y de nuevo por si alguien se lo pregunta, en este caso la respuesta es sí, ocasionalmente he apoyado a alguno, aunque como os digo lo que más escucho es radio comercial.

Pero no vengo a venderos las bondades de iVoox, que seguro que muchos ya conocéis. De hecho, publico esta entrada porque estoy un poco hasta las narices de iVoox y no desde hace poco. Por dos motivos: la aplicación web y móvil tienen un diseño y usabilidad horrorosos en comparación a lo que hay por ahí… y van y comienzan la renovación de las apps con la de iOS, donde menos usuarios tienen y con esa excusa además. ¿Acaso no tienen una versión beta para Android? Se supone que estaría lista para este año, pero de eso hace seis meses, así que no me quiero imaginar lo que van a tardar en renovar la web.

El segundo motivo es que llevo dos o tres años al menos intentando dejar de lado servicios de este tipo cuando no los necesito -aun a costa de perder algunas de las ventajas que he comentado- y para escuchar pódcast solo hace falta un reproductor con soporte, de los cuales hay para Linux y para Android además como software libre, que sería lo ideal. En este camino me he topado con una de las trampas de iVoox: no permite exportar las suscripciones en un único archivo; hay que ir de una en una y eso me mata, porque significa darse la paliza simplemente para probar otro servicio o aplicación.

Sea como fuere, a lo que no estoy dispuesto a renunciar es a la sincronización entre dispositivos, que es donde se complica la cosa. Por eso no voy a mencionar más que ahora clientes de pódcast bastante apañados como GNOME Podcasts o Vocal de elementary OS, que se pueden usar sin problemas en cualquier escritorio.

La única solución de sincronización que conozco y no requiere de liarse la manta a la cabeza y montarse un servidor por ejemplo con Kodi, es gPodder, del que ya hemos hablado aquí en nuestra web. Le dediqué un artículo en 2015 con la combinación que estaba probando entonces y que a día de hoy sigue siendo la más interesante a mi modo de ver, con variaciones. A saber, AntennaPod para Android y un cliente compatible para el escritorio, porque el de gPodder solo vale para gestionar las suscripciones, no para reproducirlas.

Y sí, clientes con soporte de gPodder hay varios; alguno más de los que figuran en esa página. El más interesante que me he encontrado es CPod, uno de los más recientes que han salido y que a pesar de estar hecho con Electron, está muy bien optimizado. Al contrario de otros como Poddr, sin embargo, el diseño de la interfaz es mejorable, pero tiene soporte para gPodder y con eso para mi era suficiente. Pero el problema no son los clientes, sino gPodder, cuya configuración por dispositivos es un rollo e incluso cuando funciona, lo hace de pena.

Tras tanta prueba fallida -que he repetido en las últimas semanas con la idea de publicar el especial que comentaba al principio- acabé cayendo en Spotify, pensando que así mataba dos pájaros de un tiro: música y pódcast en la misma aplicación. La oferta de programas es buena -está casi todo lo que sigo- y la sincronización entre dispositivos exquisita, pero si iVoox lo pone complicado para importar y exportar suscripciones, Spotify lo pone directamente imposible. Una vergüenza en toda regla… y vuelta a Deezer e iVoox.

Termino como empecé, parece, al menos por ahora. No desisto en mi empeño por cambiar, pero será a futuro y probablemente con algún invento que monte en mi propio servidor. Quien haya leído hasta aquí esperando un descubrimiento, o un artículo tipo Las mejores aplicaciones para escuchar la radio en Linux… No hay nada de eso. Lo he advertido desde el principio. Mi verdadero interés llegado a este punto se reduce a los comentarios que podáis dejarme explicando cómo os lo montáis vosotros con el tema pódcast, a ver si alguien me ilumina.

 

Imagen: Pixabay

Fuente: muylinux

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