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Cuando Microsoft compró Skype los usuarios de GNU/Linux nos temimos lo peor, y es que por entonces la visión que se tenía de nuestro sistema desde el gigante de Redmond era muy diferente a la de ahora, con un CEO que llegó a llamar cáncer a Linux.

Hay que reconocerlo, Skype continuó ahí y funcionando, aunque un tanto limitado comparado con las versiones de OS X y Windows, siendo un poco más feo y sin soporte para 64 bits desde que Ubuntu y Debian añadieron el soporte multiarquitectura.

Nada de lo malo que muchos pensamos entonces ocurrió, sino todo lo contrario. Bajo Microsoft el soporte de Skype para GNU/Linux aparentemente mejoró, y se le dio un pequeño lavado de cara en algunas facetas, aunque sin nada de 64 bits en el horizonte y las limitaciones con respecto las versiones de Windows y OS X seguían. Pese a todo la cosa fue funcionando de forma más o menos correcta hasta hace poco, cuando desde el pasado 22 de febrero los usuarios de Skype sobre GNU/Linux dejaron de poder unirse a las llamadas a través del servicio de VoIP.

Lo peor de esta situación es que Microsoft pasa de dar respuesta a las quejas de los usuarios, provocando un gran enfado entre la comunidad y los usuarios de GNU/Linux. ¿Veremos Skype enderezado para nuestro sistema o bien estamos ante algún tipo de boicot? Lo peor es que Skype es software privativo y no tiene ninguna API pública, volviendo su implementación en GNU/Linux imposible si no es a través de una aplicación oficial, dejando como única alternativa la utilización de Wine y PlayOnLinux.

Sinceramente, me parece un movimiento muy torpe por parte de Microsoft, que solo sirve para resucitar fantasmas que se creían enterrados. Por otro lado no viene mal recordar mi opinión sobre el software que nos merecemos, porque Skype para GNU/Linux se ajusta a la perfección a lo que expuse ahí.

 

Fuente: muylinux

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