A lo mejor sigue siendo pronto como para pedirle a Ubuntu lo que ya tienen Android o iOS… pero tras haber probado el Aquaris E5 y Aquaris E4.5 Ubuntu Edition, las mismas sensaciones se han repetido en mi vuelta a Android; se resumen en una frase: el tiempo no espera por nada ni por nadie.
Sí, Ubuntu sigue verde. Pero no tanto como para no considerarlo una alternativa. Las mayores reticencias, ya lo sabemos, no vienen por el sistema, sino por la falta de las killer apps que sí están en las plataformas dominantes. Para aquellas personas que no puedan prescindir de alguna de esas aplicaciones -siempre se nombra a WhatsApp, pero habrá mil circunstancias- Ubuntu nunca será una alternativa. Para muchas otras personas, sin embargo, sí puede serlo.
No, las scopes no son la respuesta, pero tampoco son el problema; el esfuerzo en ese área puede llegar a dar resultados muy interesantes. El problema de Ubuntu ahora mismo es tanto la ausencia de ciertas aplicaciones como el enfoque de Canonical en la materia: no pueden obligar a ninguna empresa a portar su aplicación, o encargarse de desarrollar aplicaciones propias de los servicios de terceros que facilitan una API pública, aunque lo están haciendo a baja escala; pero pueden centrarse de una vez y cubrir con excelencia al menos las necesidades básicas que cualquier usuario esperaría encontrar.
Para no liar en demasía la madeja he creído oportuno reducir los “problemas” que observo en Ubuntu con respecto a las aplicaciones disponibles, en función de lo que Canonical sí tiene el poder de resolver. A grandes rasgos:
1. Aplicaciones básicas pulidas cuanto antes, por favor
O sea, aplicaciones básicas nativas. La impresión de encender un teléfono nuevo y que el cliente de correo electrónico sea una webapp… Fail. Hay un intento que apunta maneras en la tienda de apps, pero la solución debería haberla proporcionado Canonical desde el principio. Otra carencia en los días que corren es la de no ofrecer algún tipo de almacenamiento en la nube, aunque ya hay pasos de la comunidad en este sentido -Dropbox, por ejemplo- y como decía, tampoco es labor de la compañía rellenar ese hueco.
Lo que es imprescindible es que las aplicaciones nativas básicas se pongan al frente con todas las de la ley: el gestor de archivos, en su sencillez, cumple; el reproductor de música y vídeo o la galería de imágenes cumplen igualmente. Por otro lado está el calendario, bien planteado pero con un soporte limitado de CalDav que rompe la experiencia al usar calendarios externos; Telegram, uno de los orgullos del sistema y a la vez que uno de los agujeros a remendar con las características y la estabilidad que le faltan; o las notas, un buen ejemplo de cómo hacer las cosas bien, a pesar de que solo sincroniza con Evernote, por lo menos de momento (y no pasa nada, pero que aclaren si se trata de una aplicación para tomar notas o un cliente de Evernote).
En definitiva, todo lo mencionado y más debería estar listo para ayer.
2. Menos webapps y mejor navegador web
Personalmente me resulta terrorífico pensar en una webapp por cada servicio existente en Internet, y aún es peor cuando ni siquiera se integran con las cuentas en línea de Ubuntu y hay que andar insertando credenciales una y otra vez. Salvo casos muy particulares, son un desperdicio de esfuerzos y se traducirán a la larga en toneladas de basura.
El navegador web puede con todo eso, o debería, por lo que solo necesita mejorar en compatibilidad y características: una buena pantalla de inicio con marcadores visuales a lo Opera, Firefox o Chrome, sincronización de datos o un mejor y más completo desempeño con los contenidos multimedia. Así se matarían muchos pájaros de un tiro (pájaros que nacieron muertos, lágrimas ni una).
El navegador de Ubuntu utiliza el motor Blink que desarrolla Google para Chromium, base de Chrome, Opera, Maxthon, Vivaldi… Y si Firefox no entra en la ecuación a medio plazo, que es lo que parece, ¿a qué espera Canonical para hacer un verdadero fork de Chromium? En Ubuntu móvil el navegador es actualmente una de las piezas clave, pero necesita mejorar más rápido o tomar una bifurcación que lo ayude a avanzar.
Por lo demás Canonical tiene a su favor una comunidad bastante entregada a la que corresponde, porque una cosa no quita la otra, y las actualizaciones de las aplicaciones son constantes, muestra de dónde se ha puesto el foco de atención, pero también de que se trabaja a marchas forzadas.
Fuente: muylinux