Las distintas distribuciones Linux incluyen normalmente todo tipo de alternativas a la hora de editar textos: desde los editores preferidos por muchos de vosotros -gedit, Kate, Geany (todo un descubrimiento)- hasta los editores clásicos -emacs, vi/vim, nano- pasando, por supuesto por las suites ofimáticas como OpenOffice.org, KOffice o programas específicos como AbiWord.
Sin embargo a la hora de escribir algunos usuarios quieren prescindir de todo lo “supérfluo”, no ver menús ni los marcos de una ventana o la forma de un folio: solo quieren escribir, sin distracciones.
Por eso han aparecido diversas alternativas que precisamente proponen entornos de escritura sin distracciones que simplemente ofrecen un fondo plano en el que plasmar todas nuestras ideas sin más. Estos entornos son perfectos por ejemplo para aquellos que se dedican a escribir novelas, relatos y artículos de todo tipo, y en este campo destacamos cuatro opciones.
Textroom
Esta aplicación propone una interfaz en la que es posible aplicar incluso ciertos estilos al texto (negritas, cursivas, tamaños de las tipografías) y que por supuesto es posible personalizar para tener con el color de fondo y de texto que más nos guste.
También podremos tener presente el contador de caracteres y palabras (muy útil para los que trabajan en revistas y que necesitan controlar cuántas palabras o caracteres llevan escritos).
Entre sus opciones más interesantes está la opción de establecer objetivos, con fechas límite de entrega, tamaños de textos que debemos alcanzar, e incluso cuánto debemos escribir en tanto tiempo.
La corrección ortográfica está disponible únicamente en inglés y turco por ahora a través de hunspell, y tenéis varios paquetes disponibles para distribuciones DEB y RPM, además de contar con el código fuente.
JDarkRoom
Esta herramienta (programada en Java) es muy similar a TextRoom y de nuevo se caracteriza por la posibilidad de personalizar el entorno de escritura con los colores que más nos gusten gracias a las preferencias a las que podemos llegar rápidamente con la tecla F6. El contador de palabras, líneas y caracteres está presente, y además hay soporte para el scroll con la rueda del ratón.
Una de sus opciones más destacadas es el guardado automático de los ficheros cada cierto tiempo para no perder cambios que llevemos realizados en el texto, y también es posible aplicar al antialiasing del texto para mejorar su legibilidad en ciertas tipografías y escenarios.
No parece que exista un corrector ortográfico -lástima, algo importante- pero también permite establecer objetivos y además el programa recuerda cuál fue el fichero en el que estábamos trabajando para abrirlo en la próxima sesión en el punto en el que lo dejamos.
RubyRoom
Este clon de JDrakRoom está programado en Ruby -necesitaremos el paquete ruby-gnome2 y también Ruby para poder ser ejecutado-, y es otra alternativa a la hora de escribir textos sin distracciones.
Este cliente permite ser ejecutado en ventana o en pantalla completa, ofrece el recuento de palabras y también hace un fundido del texto de estado que ofrece información sobre cada parámetro de la aplicación.
La pequeña lista de atajos de teclado permite acceder al cambio de la tipografía, además del color de fondo de y de la tipografía, y además hay un complemento original aunque probablemente poco útil: las galletas de la fortuna, integradas para “darnos ideas” en el caso de que nos quedemos sin inspiración.
PyRoom
La cuarta y última de las aplicaciones de las que hablaremos es PyRoom, que como su nombre indica está programada en Python -por tanto lo necesitaremos instalado- y que hace posible la escritura de múltiples documentos al mismo tiempo (texto principal, borrador en paralelo, etc.).
Es posible controlar PyRoom mediante una serie de atajos de teclado y disponemos de un autoguardado automático, además del recuento de palabras.
Contamos también con varios diseños predefinidos y también podremos crear el nuestro propio, incluso modificando el espaciado entre líneas, los bordes, los mágenes y otros apartados de otra aplicación sencilla pero curiosa.
Conclusiones
Como veis, las opciones a la hora de escribir sin distracciones son variadas, aunque casi todas tienen la misma limitación: no disponer de un corrector ortográfico. Ese hándicap se puede solucionar con un procesador de textos convencional, pero lo ideal sería tenerlo todo integrado en estos paquetes.
Fuente: muylinux