KDE Plasma 6.1 ya está disponible para perfeccionar la experiencia ofrecida a través de la última versión mayor del escritorio, cuya andadura fue iniciada el pasado mes de febrero con un lanzamiento que estableció unos potentes cimientos para afrontar de manera definitiva la transición hacia Wayland y otros desafíos que siguen pendientes en el escritorio Linux.
Si bien las distribuciones tienen la última palabra, Wayland se ha convertido en la tecnología de despliegue de gráficos predeterminada en KDE Plasma 6, así que no es de extrañar que el protocolo centre desde hace unos meses buena parte de los esfuerzos de los desarrolladores. Volviendo a KDE Plasma 6.1, nos encontramos con dos avances importantes que según los responsables mejoran enormemente la experiencia: la sincronización explícita (Explicit Sync), que se encarga de eliminar fallos gráficos como el flickering y los glitches que todavía experimentan los usuarios de NVIDIA con el driver oficial, y el triple buffering para hacer que las animaciones y la renderización de los gráficos en la pantalla vayan más suaves.
La sincronización explícita se ha mostrado como una solución necesaria para que el driver privativo y oficial de NVIDIA pueda por fin ofrecer una experiencia realmente buena y limpia en sesiones de Wayland. Como ya sabrán nuestros lectores a estas alturas, al gigante verde no le va mucho eso de cumplir con las especificaciones acordadas por el resto, entre ellos Intel y AMD, así que ha requerido de un trato especial para garantizar el correcto funcionamiento de su controlador sobre Wayland, incluso después de que la compañía claudicara en los aspectos más espinosos.
Por otro lado, y aunque en el anuncio oficial de KDE no se menciona a NVIDIA en este aspecto, el triple buffering ha sido algo necesario para que el driver del gigante verde pueda uncionar de mejor manera en la sesión de Plasma sobre Xorg. La solución funciona, pero puede derivar en un retraso que se percibe sobre todo a través del cursor del ratón.
Adentrándonos en las nuevas características, la primera cosa interesante de KDE Plasma 6.1 es la capacidad de iniciar una sesión de escritorio en remoto a través de las Preferencia del sistema (la aplicación de configuración del escritorio). Esta herramienta va dirigida principalmente a aquellos administradores que quieran ofrecer soluciones a los usuarios en remoto o trabajar con un ordenador compatible con Plasma que está fuera de su alcance. Una vez habilitado, es posible acceder a un escritorio remoto con un cliente como KRDC.
Linux siempre ha sido y sigue siendo una calamidad en lo que a soporte de luces RGB se refiere. KDE Plasma 6.1 ha traído la posibilidad de colorear un teclado retroiluminado con RGB de manera que coincida con el color de acento del escritorio. Este detalle sabrá a poco a los jugadores entusiastas de la iluminación RGB, pero al menos es algo interesante que más de uno agradecerá. Eso sí, es importante tener en cuenta que esta característica no funciona con todos los teclados RGB, y si este es monocolor, pues obviamente no se puede colorear.
La personalización forma parte del alma del software de KDE, así que no debería sorprender que la última versión del escritorio haya introducido mejoras en este sentido. Aquí nos encontramos con una personalización que se ha vuelto más ágil gracias a que el aspecto visual del Modo de Edición ha sido revisado y ahora se muestra una animación elegante cuando es activado.
Como última novedad potente está la característica de aplicaciones persistentes sobre la sesión de Wayland. Esto quiere decir que la sesión de Wayland tiene la capacidad de “recordar” lo que el usuario tenía abierto en la sesión anterior de una manera similar a como es capaz de hacerlo Xorg. Esta característica todavía se encuentra en desarrollo, por lo que es posible encontrarse con errores, pero es de agradecer la presencia de algo que es utilizado por un número significativo de usuarios y que para ellos es una de las razones que les impiden dar el salto a Wayland.
Un detalle pequeño a tener en consideración es que las confirmaciones de los procesos de apagado, reinicio, suspensión, hibernación y cierre de sesión solo muestran la acción seleccionada y la posibilidad de cancelarla. Hasta ahora, cuando el usuario seleccionaba apagar, podía ver en la confirmación el resto de opciones. Si bien esto permitía rectificar sobre la marcha, daba una sensación un tanto extraña.
El bloqueo de la pantalla da a partir de este lanzamiento la opción de configurarlo como un salvapantallas tradicional, pudiendo el usuario establecer que no se requiera de una contraseña para desbloquear. Además, hay dos cambios a nivel de accesibilidad visual para facilitar el uso del cursor del ratón: agitar el cursor, que hace que el cursor crezca cuando es agitado con el fin de hacerlo más fácil de encontrar, y barrera de borde, que resulta útil en configuraciones con varios monitores y se desea acceder a elementos desde el borde de uno de ellos.
Y estas son las principales novedades de KDE Plasma 6.1. Los que quieran conocer todos los detalles los tienen a su disposición a través del anuncio oficial y el registro de cambios, mientras que el escritorio, si no se quiere pasar por el tortuoso proceso de compilación, debería llegar a KDE neon y distribuciones rolling release y bleeding edge como Arch Linux u openSUSE Tumbleweed.
Fuente: muylinux