Hace unas fechas que vio la luz Netrunner 13.06, una distribución muy particular de la que apenas hemos hablado aquí en MuyLinux. Se trata de un sistema desarrollado por Blue Systems, empresa alemana afín al entorno KDE: es la que paga el sueldo a los dos desarrolladores de Kubuntu, además de patrocinar otros proyectos como Linux Mint KDE, KWin o rekonq. A su vez, Netrunner se basa en Kubuntu.

Como veis, Netrunner es algo distinto a lo habitual. Por una parte podría parecer que estamos ante otro refrito de Ubuntu con KDE como bandera, pero es difícil decir eso cuando Blue Systems contribuye de tal manera. Así, vamos a dejar aparte a la empresa, su estrategia y motivaciones, para centrarnos en lo que sí podemos comprobar de primera mano, el producto. Netrunner 13.06. O, simplemente, Netrunner.

En esencia, Kubuntu y Netrunner son lo mismo, por lo que no es necesario explicar el proceso de instalación, las aplicaciones disponibles, el tiempo de soporte, etc. De hecho, este último punto, al igual que sucede con Linux Mint KDE, es el motivo por el que no recomiendo ni una ni otra, con la excepción de sus versiones LTS.

La principal diferencia entre Kubuntu y Netrunner es que el segundo viene con varios añadidos -muchos, en realidad-, como códecs multimedia, software privativo instalado o preinstalado, cambios en el tema visual, etc. Además de servicios adicionales -cual Ubuntu- de los que hablaremos más adelante. De nuevo “en esencia”, Netrunner es un Kubuntu vitaminado y maquillado.

Primera impresión

Lo primero que salta a la vista de Netrunner es el tema visual, que en conjunto no es nada afortunado. Salvando los fondos de escritorio por defecto, normalmente dibujos de temática fantástica, la experiencia ofrecida por Netrunner se basa en el estilo Qt e iconos Oxygen, un esquema de color propio clavado a Oxygen y un tema de ventanas, FormaN, que no está mal como pieza independiente, pero… Por decirlo suave, destruye la armonía.

Lo que tiene el tema visual de Oxygen al completo, te guste o no te guste, es que es sólido y, valga la redundancia, muy completo. Hay muchas horas de trabajo detrás, de diseñadores profesionales, y no basta con cambiarle un elemento para que parezca otra cosa. Porque te lo cargas, que es lo que ha pasado aquí. Ese borde gigantón y horroroso no ayuda a crear una buena primera impresión (por supuesto esta es una apreciación totalmente subjetiva, como todas las que tocan el diseño).

Lo curioso viene cuando quieres cambiar el tema de las ventanas y te das cuenta que Netrunner ha modificado las opciones de “Preferencias del sistema” de KDE. No es que cueste encontrar lo que se busca, pero ahí queda ese detalle. También es curioso observar como decoración de ventanas a los habituales Oxygen o Plastik, junto a otros como Seven o MetroDark, al estilo de Windows 7 y 8 respectivamente (suponemos que están ‘por si acaso’, para facilitar la transición).

Para terminar con este apartado, el tema de Plasma es el popular Glassified y en las opciones del escritorio -donde cambias el wallpaper- es posible elegir una disposición basada en Homerun, el lanzador a pantalla completa de KDE. En conjunto, como decía, hay bastante margen de mejora.

Software

Otro de los sinsentidos que encuentro en Netrunner es la elección de aplicaciones por defecto, por varios motivos: en apariencia estamos ante una distro pro-KDE que tiene al usuario básico como objetivo, pero esta descripción no se corresponde plenamente con la realidad.

Netrunner viene con Skype, códecs privativos, un montón de juegos -incluso un emulador-, módulos para instalar controladores privativos… Todo instalado por defecto, o con la posibilidad de instalarlo de un clic -es el caso de Steam. Al mismo tiempo, el panel de KDE muestra un icono para lanzar Yakuake. Yo no lo entiendo.

En cuanto a las aplicaciones, el batiburrillo es llamativo: Firefox, Thunderbird, GIMP, Krita, Karbon, Pidgin, KDE Telepathy, Qtransmission, Qmmp, VLC, LibreOffice, Calligra Flow… Synaptic… Y no es menos llamativo cómo presenta esas aplicaciones, en un menú clásico y ordenado “a su manera”. Tampoco lo entiendo. ¿Qué pinta ahí Pidgin? ¿Por qué están GIMP y LibreOffice pero no está Inkscape? ¿De verdad no basta con Muon, que también está?

El punto prometedor a la par que chafardero lo ponen, como pasa en Ubuntu, las webapps. En serio, menuda chapuza. Si lanzas alguna con Firefox abierto, se abre en una nueva pestaña y puedes proceder; pero si la lanzas con Firefox cerrado, se abre una ventana sin ningún tipo de “control”: botones, barras, etc; solo queda el borde de la ventana y, ojo, así es como debe ser. El problema es que cuando lo haces así, las webapps no reconocen la sesión y hay que volver a introducir el nombre de usuario y contraseña. Una asignatura pendiente, esta de las webapps en el escritorio Linux.

Servicios

Siguiendo con la comparación que hacíamos antes con Ubuntu, Netrunner también dispone de un asistente para integrar las cuentas en línea en el escritorio. Los servicios disponibles son Google, Facebook, ownCloud y Runners-ID, del que hablaremos un poco más abajo. Este “detallito”, ofrecer un módulo de configuración sencillo y visible donde pones una única vez tu nombre de usuario y contraseña y te olvidas, es algo en lo que llevan trabajando un tiempo la gente de Ubuntu, GNOME y KDE. En lo que respecta a Netrunner, hace uso de los avances de KDE, pero presentándolo todo de una forma… idónea.

Lo malo es que forma y fondo no están equilibrados. He probado a sincronizar mi cuenta de Google, incluyendo correo electrónico, calendario, contactos, tareas y chat, y esto es lo que me he encontrado:

  • Como clientes de correo electrónico por defecto está Thunderbird, al que no afecta la configuración de ese módulo (es decir, hay que configurar Thunderbird aparte). Será cuestión de instalar KMail, ¿no? Pero KMail ya está instalado, aunque no es posible hallarlo en el menú de aplicaciones. Una vez lo lanzo mediante KRunner, entonces sí veo que mi cuenta está configurada, y no es hasta ese momento en el que me avisa de que tengo mensajes sin leer. ¿Hace falta desmigar esta chapuza?
  • Por su parte, Kontact (KOrganizer y KAdressBook) se hace cargo inmediatamente de mi calendario y tareas, así como de mi lista de contactos. Solo es necesario acceder a esas aplicaciones y activar la casilla correspondiente.
  • En cuanto al chat, este queda en manos de KDE Telepathy, que a pesar de algunas carencias, cada vez funciona mejor.

En resumen, podemos decir que Netrunner lo intenta, pero no llega. Lo más curioso es que son errores tontos, decisiones equivocadas, las que chafan lo que podría ser una gran experiencia.

Llegados a este punto, a mí personalmente me ha quedado claro que detrás de Netrunner hay buenas intenciones, mal enfocadas, lo que denota lo verde del proyecto. Pero, como no podía ser de otra manera, me he dejado la guinda para el final, y esa guinda se llama Runners-ID.

Cual Ubuntu One, Netrunner ofrece Runners-ID, con 2 GB de espacio gratuito de almacenamiento en la nube con la posibilidad de sincronizar tus archivos. Pero eso por si solo no llama ni la atención, ¿verdad? ¿Y si te digo que la nube de Netrunner se basa por completo en ownCloud? Ahí ya cambia la cosa, y mucho. Porque ahí estamos hablando del primer proveedor de ownCloud directamente incrustado en el sistema.

Así, puedes elegir sincronizar con el escritorio tu cuenta de Google, de Facebook o de ownCloud, pero también puedes utilizar tu Runners-ID, donde tienes almacenamiento, calendario, contactos, visor de archivos, reproductor de música… Es una instancia básica de ownCloud la que ofrece Netrunner, pero con muchas posibilidades. De hecho, puedes utilizar el cliente de ownCloud para sincronizar tus archivos en otra distribución, en Windows o Mac OS X, utilizar la app para Android, etc. Y aún más: puedes escuchar en streaming tu colección de música -siempre que la tengas en la nube- con Superampify, un reproductor para Android hecho a medida.

Espero que, después de tanto claroscuro, el final os haya dejado un buen sabor de boca. No comento nada del rendimiento del sistema porque lo he estado probando en una máquina virtual, pero no es algo que me preocupe, viniendo de donde viene. Y por supuesto, son muchos -pero muchos- los pormenores que se han quedado por el camino. Este artículo pretende ser tan solo un acercamiento a una distribución que podría llegara destacar a lo grande, si sus desarrolladores se centran un poco. Habrá que darles algo de margen para madurar, porque Netrunner apunta maneras.

Aun así, no le deseo ningún triunfo a Netrunner. Mis anhelos van más allá y lo que me encantaría ver en esta vida y no en la otra es cómo Netrunner, Kubuntu y Linux Mint KDE se unen en un único proyecto. ¡Sería la bomba!

 

Fuente: muylinux

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