Pocas quejas tengo de KDE neon, pero he aquí una de nuevo cuño: las «actualizaciones fuera de línea» o «actualizaciones sin conexión«, una traducción literal pero poco representativa del ‘offline updates’ original, que no es una ocurrencia de los desarrolladores de KDE, sino que se trata de una directiva estándar de freedesktop.org para la actualización de los sistemas basados en systemd. Una directiva que ya se aplica en la versión estable de la distribución.
Esto de las actualizaciones fuera de línea, sin embargo, no tiene nada de nuevo: hablamos del método de actualización clásico de Windows, en el que primero descargas las actualizaciones y después reinicias el sistema para aplicarlas. No tiene nada de nuevo y tampoco de malo, pues lo que pretende es evitar problemas derivados de conflictos con aplicaciones o bibliotecas que se actualizan con procesos que siguen ejecutándose.
«Esto tiene la tremenda ventaja de que ya no necesitas interrumpir lo que estés haciendo para actualizar el sistema«, se puede leer en el blog de KDE neon, a lo cual solo sabe responder un «como si antes no se pudiera hacer exactamente igual». «También evitan que el sistema entre en un curioso estado de inconsistencia, lo que resulta en una mayor probabilidad de errores y fallas justo después de la actualización«, explican, y esto es de los que se trata en realidad.
«Antes, es posible que Firefox te mirase con enojo, que Dolphin se bloqueara o incluso que se bloqueara la sesión porque la pantalla de bloqueo saltó al vacío tras aplicar una actualización. La razón de esto es que la mayoría de las piezas de software complejas realmente no funcionan bien si los archivos esenciales cambian por debajo de ellas. Las actualizaciones fuera de línea resuelven este problema simplemente moviendo la etapa de instalación a un momento en el que el sistema se encuentra en un estado menos vulnerable«, añaden.
Siendo honesto, todo eso que cuentan me ha sucedido en contadas ocasiones y muy aisladas entre sí, pero entiendo la mayor y me parece correcto el cambio. Ahora bien, con mesura, porque una cosa es que te pida reiniciar el sistema al actualizar componentes base del sistema como el kernel o las bibliotecas del escritorio, pero ¿aplicaciones sueltas que ni están en ejecución? Por ejemplo, que te llegue la actualización de qBittorrent, instalada desde su propio repositorio y sin que ningún paquete sea utilizado por otra aplicación y te pida reiniciar… Para mí es excesivo.
Pero la gota que colma es vaso es que no solo tienes que reiniciar para aplicar la actualización: una vez reinicias, se instala la actualización y se vuelve a reiniciar el sistema… incluso aunque se trate, como en el ejemplo -cien por cien real- de una aplicación independiente como qBittorrent cuyo único potencial problema es que te fuese mal esa aplicación en concreto. Por no mencionar que esos dos reinicios, cuando usas cifrado de disco, no gustan nada.
Repito que entiendo que este es un mejor método de hacer las cosas, pero se tiene que pulir un poco para que no sea tan engorroso. Hasta psicológicamente resulta mucho más molesto y acuciante el ver el icono de «necesita reiniciar el sistema» al de «tiene actualizaciones pendientes», o así lo veo yo.
En todo caso, esto de las actualizaciones fuera de línea no atañe solo a KDE neon, sino que apunta a requisito para prácticamente todo el escritorio Linux, y de hecho hace varias versiones que se aplica en Fedora a través de GNOME Software, como lo hace ahora en KDE neon a través de Discover. La actualización por terminal aún no está afectada y salvo que se realice con dicha intención (en el artículo enlazado más arriba dan el comando para KDE neon), se puede seguir utilizado para actualizar aplicaciones específicas que no van a dar problemas.
Fuente: muylinux