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Hay tormentas tropicales que duran un fin de semana y lo mismo ocurre con algunas de las discusiones en el mundo de Linux y el Open Source, que se encienden y apagan en apenas un par de días, a la espera de que una chispa reavive las ascuas. Es lo que ha pasado después de que Canonical anunciase que planea definitivamente el soporte de 32-bit en Ubuntu, comenzando a partir de la siguiente versión del sistema.

Como sabéis, ya no es posible instalar Ubuntu o cualquiera de sus derivadas oficiales en máquinas de 32-bit, salvo utilizando imágenes específicas de la última Ubuntu 18.04 LTS, cuyo soporte llegará en algunos casos hasta 2023. Sin embargo, la arquitectura de 32-bit se mantiene disponible en los repositorios de la distribución para quien la necesite, pues todavía hay aplicaciones que se basan en ella, por ejemplo Steam.

Una polémica de 32-bit

En Canonical fijaron el principio del fin del soporte de 32-bit para la próxima Ubuntu 19.10… y saltaron las alarmas entre ciertos desarrolladores, a destacar los de Wine y Steam, dos proyectos para los que la vieja arquitectura sigue siendo un bien imprescindible. En el caso de Wine, la postura fue más conciliadora, planteándose incluso crear paquetes de 64-bit para Ubuntu, a pesar de mucho del potencial de la aplicación se perdiese por el camino.

En el caso de Steam no ha habido ninguna respuesta oficial, pero el tuit de uno de sus desarrolladores desató la preocupación.

«Ubuntu 19.10 y futuros lanzamientos no estarán soportados oficialmente por Steam o recomendados para nuestros usuarios. Evaluaremos formas de minimizar la ruptura para los usuarios actuales, pero también cambiaremos el enfoque a una distribución diferente, aún por determinar«, comenta este desarrollador. Y se lió parda, claro, aun cuando no se trata de un comunicado oficial, ni se sabe siquiera si este desarrollador tiene la potestad para imponer una medida de tal calibre. No obstante, la respuesta al tuit fue profusa y no tardaron en aparecer usuarios de diferentes distros a recomendar la suya, e incluso hicieron lo propio responsables y desarrolladores de distribuciones tan importantes como openSUSE o Fedora, aunque por el momento se puede resumir todo lo que ha pasado con mucho ruido y pocas nueces.

Cabe recordar que SteamOS se basa en Debian y que si en las especificaciones técnicas de los juegos de Steam para Linux se recomienda a Ubuntu no es porque sí, sino porque Ubuntu es por mucho la distribución más utilizada en el escritorio de PC y en Steam, así como la primera y muchas veces la única en la que los desarrolladores prueban sus juegos. Eliminar eso de un plumazo no es tan sencillo como quiere hacer creer el desarrollador de Valve.

Pero sus palabras han tenido eco y respuesta por parte de uno de los desarrolladores de Canonical encargados del soporte de 32-bit, uno de los que mencionaron que había otras posibilidades para mantener dicho soporte sin seguir manteniendo la arquitectura en los repositorios. Ahora se desdice en parte en las listas de discusión de Ubuntu: «Lamento haber dado a todos la impresión de que estamos «eliminando el soporte para las aplicaciones i386». Eso simplemente no es el caso. Lo que estamos eliminando son las actualizaciones de las bibliotecas i386, que se congelarán en las versiones 18.04 LTS. Pero hay toda la intención de garantizar que las aplicaciones i386 (incluidos los juegos) se pueden ejecutar en Ubuntu a partir de la 19.10«, comenta.

Es más, en Canonical no han sido ajenos a la problemática del movimiento que pretenden, y llevan tiempo discutiendo la mejor solución, que ahora parece que es congelar repositorios, pero no prescindir del soporte de 32-bit. La cuestión es, ¿será suficiente esta medida para aplacar los ánimos de proyectos como Wine o Steam? Lo sabremos sobre la marcha.

El doble filo de los 32-bit

Pero, ¿por qué es tan importante el soporte de 32-bit para Wine y Steam? Con Wine, es evidente: casi todo lo que viene de Windows, especialmente el software heredado, es de 32-bit. Y lo mismo sucede con Steam, al que en ocasiones hemos criticado -a Valve, más bien- por la parsimonia con la que se está tomando el desarrollo de su cliente para 64-bit. Pero el problema en ambos casos no es el cliente, sino el software. Una enorme cantidad de los juegos que hay en Steam, muchos de ellos clásicos, solo están disponibles para 32-bit, y sería una pérdida imposible de reemplazar, simplemente, los usuarios perderían para siempre y, por lo tanto, se perdería también mucho del valor que tiene Steam.

Por el otro lado, mantener la arquitectura de 32-bit en Ubuntu es una labor considerable aun cuando el nicho se va estrechando exponencialmente, y requiere de unos recursos que en Canonical quieren reducir. No se trata solo de empaquetar y subir las bibliotecas de turno, sino de comprobar que todo funciona como debería en las nuevas versiones de Ubuntu, así que habrá que ver si la decisión de congelar es suficiente o no.

A todo esto, han surgido voces dentro del ecosistema de Ubuntu asegurando que todo va a seguir igual, por ejemplo desde System76 y Pop!_OS, que se basa en Ubuntu. Pero, ¿cómo lo van a hacer si Ubuntu es, a la hora de la verdad, la encargada de mantenerlo todo? ¿De verdad alguien espera que si Ubuntu realmente se deshiciese de la arquitectura de 32-bit en los repositorios, distribuciones como Pop!_OS van a mantenerla por su cuenta? O fuera del tema juegos, ¿alguien espera que si Ubuntu elimina totalmente los 32-bit, habrá Linux Mint 20 para 32-bit?

Parece pues que el primer capítulo de esta historia termina en un quién sabe, a la espera de que las partes se pongan de acuerdo, porque el tema de la congelación podría no ser suficiente. Una posibilidad de resolver esta situación sin grandes perjuicios para nadie sería que actores como Ubuntu, pero también como Pop!_OS -ya que han levantado la voz- y otros se unan para echar una mano en el mantenimiento de los 32-bit, pero… quién sabe.

 

Imagen: Pixabay

Fuente: muylinux

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