Libertades del software libre
Para que pueda decirse que tiene esta LIBERTAD, tiene que proveernos al menos de unas determinadas libertades de forma explícita. Éstas estarán explicadas en su licencia que nos dirá si somos de libres en el uso, distribución, y modificación de nuestros programas.
La FSF (Free Software Fundation) fue la pionera en definir cuales son las libertades necesarias para garantizar la libertad del software. Siguiendo ese criterio, mantiene una lista actualizada con todas las licencias que pueden ser consideradas libres y ha creado varias licencias libres (GPL, LGPL y otras) que garantizan la libertad del software en distintos escenarios.
Otros definen el softwar libre de otra forma, como la OSI (Open Source Initiative). La definición de la OSI está relacionada con lo que Debian considera libre a la hora de aceptar nuevas aplicaciones. La diferencia se puede resumir en que detalla más las condiciones pero no tiene el requisito del copyleft. (ver explicación sobre el copyleft en el apartado sobre las realizaciones)
Las libertades de USO indican que la licencia no puede impedir que se utilice en cualquier ordenador, o el tiempo que se quiera, o para lo que se desee. Estas libertades suelen ser restringidas en el software privativo (definido por contraposición como el que no es libre, el que nos priva de estas libertades).
El poder realizar una MODIFICACIÓN en un programa es esencial para ir añadiendo mejoras y que progrese en comunidad. Así al software libre se le pueden añadir mejoras, adaptaciones a situaciones concretas, actualizaciones al paso del tiempo y cambio de las necesidades, y diversificaciones para poder satisfacer simultáneamente las diferentes necesidades (un buen ejemplo es añadir pluguins que permitan usar un sofware genérico de una forma especifica).
Una vez desarrollado un programa se le da, o no, una DISTRIBUCIÓN, que es pasárselo a alguien para que lo pueda usar. Si ha de ser libre y es distribuido, debe permitir que se pueda reaprovechar copiándolo, modificándolo, y darle una redistribución una vez modificado. Es sorprendentemente sencillo y barato, y ésta es una de las señas propias de la era digital. La misma forma de distribución puede convertirse en un valor añadido más, como pasa con los live-CDs, que son CDs con un sistema operativo y un amplio abanico de aplicaciones que funcionan directamente desde el CD sin necesidad ni de tener disco duro. "No solo puedes copiarlo a un amigo, sino que puedes añadir detalles o darle funcionalidades claves o cambiarle el idioma."
Naturalmente hacer todo ese trabajo no tiene que ser siempre sin remuneración. Se puede cobrar por una amplia variedad de aportaciones resultado de su trabajo desarrollando software libre, como es natural. Por ejemplo: si una entidad quiere una funcionalidad y no existe, no le queda más remedio que pagar a alguien para que la haga, eso es siempre así tanto en software libre como en software privativo. Es más, usar simplemente el software libre durante mucho tiempo y no aportar nunca nada a cambio, aunque sea en la medida de las propias posibilidades, puede ser mal visto.