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La Asociación de Empresas de Software Libre de Euskadi (ESLE) celebra desde hoy su congreso anual en Bilbao con un sector cuyas empresas operativas en el País Vasco facturaron en 2015 cerca de 80 millones de euros y que mantienen más de 1.500 empleos, con un incremento anual del 7% desde su surgimiento hace una década, muy ligada a la evolución de la pyme vasca. Su presidente desde 2014, el guipuzcoano Eneko Astigarraga (Eibar, 1960), cabeza visible de la firma Codesyntax, explica las claves del sector de cara a su futuro.

¿La gente tiene claro lo que es el software libre?

-Si no lo tiene claro, sí que lo está usando en su vida cotidiana. En su móvil, su coche o su ascensor hay software libre. En Google, cuando hace las búsquedas, está en software libre. A la gente le importa que funcione, no les importa tanto si es una tecnología abierta o cerrada. Y en eso trabajamos, en que lo sepan.

-Las soluciones abiertas, hoy día, ¿en qué medida están tirando o se abren paso dentro de la evolución de las Tics?

-Es una de las innovaciones disyuntivas más importantes que está viviendo el sector. Si nos damos cuenta, hoy esos sistemas están presentes desde sectores como la agricultura a los servicios, la administración, las finanzas, la robótica....

-¿Por qué la denomina disyuntiva? ¿hay que tomar ese camino u otro, invariablemente?

-Es una solución disyuntiva porque cada vez más la sociedad se enfrenta a aspectos como la innovación abierta y colaborativa o la simplemente cerrada. Pero una empresa sola es complicado hoy que abarque a todo lo que se enfrenta en su segmento de negocio. Y la colaboración ahí es fundamental.

-¿Cuáles cree que son las principales ventajes que recibe una pyme vasca si aplica soluciones abiertas a su negocio?

-Todos no pueden saber de todo, es una realidad. Y las pymes vascas son conscientes de ello. Un coche actual tiene más tecnología dentro que el primer cohete a la Luna. Aspectos como la prevención, las localizaciones, el seguimiento, todo eso es software. Incluso las grandes firmas ven que pueden compartir determinados aspectos y que luego ya le darán cada una su valor añadido correspondiente. Tal y como está el mundo, las empresas ven que no es incompatible trabajar algo por tu cuenta con trenzar alianzas. Sería un error estratégico si no manejas un mismo lenguaje.

-¿Se trata entonces de en vez de competir, de compartir?

-De hecho ya se ha acuñado un nuevo término que es 'coopetir'. Esa va a ser la realidad a medio plazo porque tiene sentido tanto desde la competitividad de las empresas como a nivel social. La gente quiere ver en su realidad que los avances aunque resulten imperceptibles, va a merecer la pena gastarse dinero en algo que te das cuenta que mejora respecto a lo que ya tenías.

-Afirman que los puntos clave de este congreso que hoy comienza van a ser mirar hacia la Industria 4.0 y hacia la evolución del sector financiero y la banca, ¿son sus nichos de futuro?

-Partamos de que este es un sector transversal y esos dos ejes temáticos están hoy dando pasos cruciales. La banca está inmersa en una transformación que la gente comienza a vislumbrar que es lo que viene. Ellos aspiran a nuevos modelos de negocio y de gestión que van a ser centrales en el plazo inmediato y que van a redundar en cuanto a empleos y a las formas de dirigirse a sus clientes.

-Los robos online van al alza, los hackers perfeccionan sus técnicas. ¿En qué medida empresas de su dimensión garantizan la seguridad de las operaciones o evitan la usurpación digital de personalidad, el espionaje?, ¿el software libre es seguro a la hora de afrontar esos retos respecto a la fiabilidad que le ofrece al cliente un grande?

-El software abierto es incluso más seguro. Hay un chequeo mayor y muy superior en el día a día porque están activos más programadores que buscan poner parches de seguridad a todos esos niveles que reclama el cliente.

-Las empresas de software cerrado suelen ser gigantes tecnológicos ¿en qué medida ven a su sector como una china en su zapato?

-Microsoft o IBM han cambiado de estrategia de unos años para aquí y están introduciendo ya el software libre porque desarrollan soluciones que les vienen al pelo en su nivel de servicios incorporados al cliente.

-¿Cuánto calculan que se puede ahorrar una pyme vasca apostando por el software abierto?

-Hace 5 años se buscaba más el precio y abaratar, pero hoy en día la elección del software abierto se hace más buscando el camino de la innovación adaptada a las necesidades del cliente desde una reacción más flexible. Y aún y todo, creemos que sigue también resultando más barato para la pyme. Hay ahorro y rapidez de reacción, que hoy día es una política de gestión fundamental de cara a tu cliente personalizado.

-Y a nivel de Euskadi, ¿qué creen necesario mejorar?

-Tenemos que pasar de soluciones de gestión a la creación en aras a exportar producción propia. Tenemos que ser capaces de coger innovaciones externas pero también de producirlas, buscar el mantenimiento preventivo, visión de calidad, rendimientos, otros servicios que el cliente demande. Ahí van a desaparecer, y ya lo están haciendo, empleos tradicionales, pero se crearán otros en esos aspectos cada vez más ligados a temas relacionados con realidades como la nube, el seguimiento a distancia, el control digital.

-Llegó a la presidencia en 2014, ¿cómo se están cumpliendo los objetivos del plan estratégico a 2017?

-Trazamos unas grandes líneas a tres años y ahora mismo estamos revisando el plan de cara al periodo 2017-2020. Lo importante va a seguir siendo reforzar el sector y potenciar y optimizar la colaboración con otros sectores estratégicos productivos de Euskadi.

-¿Es inevitable la entrada del software libre a todos los niveles, viene a sustituir, a complementar?

-Yo diría que van a convivir igual que estamos conviviendo con la tablet, el ordenador de sobremesa y el tocadiscos o la fotografía artesanal.

-¿Qué debe mejorar el sector de cara a su evolución dentro de la industria vasca?

-Aspectos como la internacionalización, la colaboración intersectorial y hacer producto propio que diera lugar a generar un polo de tecnologías abiertas potentas que hiciera de Euskadi un referente internacional. El usuario o el cliente, en último término, no se está parando a pensar o a analizar si lo que a él le resulta útil es una solución abierta o cerrada, sino si le es útil.

 

Fuente: diariovasco | somoslibres

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