Un grupo de investigadores en ciberseguridad ha desarrollado un rootkit avanzado para Linux, denominado Singularity, que logra evadir por completo los sistemas de detección de Elastic Security EDR (Endpoint Detection and Response).
El experimento demuestra fallas críticas en los mecanismos de monitoreo y defensa a nivel kernel, utilizando técnicas sofisticadas de ofuscación, fragmentación de módulos y evasión de comportamiento.
Un rootkit que expone las debilidades del EDR en Linux
Un equipo de investigadores ha creado un rootkit para Linux que elude con éxito los mecanismos de detección del EDR de Elastic Security, una de las soluciones más avanzadas del mercado para la protección de endpoints.
El experimento pone en evidencia que incluso las plataformas de detección conductual y de firmas más sofisticadas pueden ser engañadas mediante técnicas de ingeniería bien planificadas.
El rootkit, bautizado como Singularity, demuestra cómo la combinación de ofuscación, aleatorización y carga dinámica puede derrotar los mecanismos de seguridad tradicionales, comprometiendo la integridad del kernel y la visibilidad del sistema operativo.
Elastic EDR: una barrera superada
Normalmente, el marco de detección de Elastic Security genera más de 26 alertas diferentes al detectar un rootkit típico.
Sin embargo, Singularity logró pasar desapercibido, evidenciando vacíos en los modelos de defensa actuales.
El rootkit implementa una serie de cuatro técnicas principales de evasión:
- Ofuscación de cadenas.
- Aleatorización de nombres de símbolos.
- Fragmentación modular y carga cifrada en memoria.
- Evasión de comportamiento y manipulación de llamadas del sistema.
Ofuscación de cadenas y aleatorización de símbolos
🔹 Estrategias de camuflaje en el código fuente
Singularity utiliza ofuscación en tiempo de compilación, dividiendo cadenas sensibles como "GPL" o "kallsyms_lookup_name" en constantes fragmentadas que el compilador reensambla automáticamente durante la compilación.
Esto impide que escáneres de firmas como YARA detecten cadenas maliciosas continuas, manteniendo la funcionalidad intacta.
Además, emplea aleatorización inteligente de nombres de símbolos, reemplazando etiquetas predecibles —como hook_getdents o hide_module— por nombres genéricos similares a los del kernel: sys, kern, dev, etc.
👉 Este camuflaje hace que el código malicioso se mezcle perfectamente con procesos legítimos del sistema operativo.
Fragmentación de módulos y evasión de comportamiento
🔹 Un módulo invisible para los escáneres
La tercera técnica consiste en fragmentar el módulo principal en partes cifradas, que solo se reconstruyen en memoria durante la carga.
Cada fragmento se codifica con XOR y se ejecuta mediante descriptores de memoria creados con memfd_create(), evitando que el módulo completo aparezca en el disco.
De esta forma, los escáneres estáticos nunca detectan el archivo real.
La cuarta técnica modifica el comportamiento del sistema mediante la ofuscación de funciones ftrace, que suelen ser monitoreadas por los EDR.
Por ejemplo, funciones como fh_install_hook son renombradas aleatoriamente, conservando su funcionalidad pero rompiendo las reglas de detección basadas en patrones.
Evasión avanzada del comportamiento del sistema
El rootkit evita las rutas de carga tradicionales usando syscalls directas en ensamblador, esquivando las llamadas a bibliotecas estándar (libc) que los EDR suelen vigilar.
También logra burlar la detección de shells reversos, escribiendo primero los payloads en scripts temporales y ejecutándolos sin comandos sospechosos visibles en la línea de ejecución.
Este nivel de evasión demuestra una fragilidad estructural en los métodos actuales de defensa que dependen únicamente de la detección por firmas o comportamiento.
Lecciones y medidas de mitigación
El estudio deja claro que las defensas actuales basadas en EDR no son infalibles, especialmente frente a ataques a nivel de kernel.
Los expertos recomiendan:
- Monitorear la integridad del kernel mediante herramientas dedicadas.
- Adoptar estrategias de defensa en profundidad (defense-in-depth), combinando varios niveles de detección y control.
- Actualizar las bases de firmas y modelos de comportamiento de forma continua.
- Evitar la dependencia exclusiva de soluciones EDR.
El rootkit Singularity marca un nuevo desafío para la ciberseguridad en entornos Linux.
Su capacidad para burlar tanto el análisis estático como el monitoreo dinámico demuestra que la ingeniería ofensiva sigue superando las defensas tradicionales.
Este caso es una advertencia: los equipos de seguridad deben evolucionar hacia modelos híbridos de detección, centrados en la integridad del kernel, el análisis contextual y la correlación de eventos en tiempo real, si quieren mantener a raya las amenazas del futuro.
Fuente: somoslibres

