A diferencia de series como “Bones”, que derivó en una autoparodia o de CSI que se inventa su propia medicina legal con aparatos futuristas y resultados forenses instantáneos, The Good Wife suele bucear en la realidad para construir sus historias. Y en este caso le tocó al código abierto.
No es la primera vez que la serie de los esposos King toca el tema, alguna vez se habló del costo abusivo que los proveedores de software privativo cobraban por el almacenamiento en la nube y lo superior de las alternativas libres. También hubo episodios dedicados a la privacidad, al bitcoin y a las patentes de software.
En este capítulo, el caso gira en torno a un arma construida por una impresora 3d que causa la muerte de una persona. Los abogados discuten la responsabilidad del autor del diseño original que lo subió a Internet y uno de los argumentos de la defensa es que al ser un diseño Opensource el autor original no es responsable de las modificaciones que se hagan. También es muy interesante la reflexión de uno de los testigos sobre que la discusión no iba sobre la segunda enmienda (derecho a portar armas) sino sobre la primera (derecho a la libertad de expresión) es decir que equipara al código (o en este caso a un diseño) con un artículo de opinión.
Finalmente el caso se termina resolviendo en base a la responsabilidad del autor del diseño de advertir o no sobre condiciones ideales del funcionamiento de un producto.
Sin dudas un tema de debate con el que deberemos tratar en el futuro.
Fuente: planetadiego
