Un poquito de minimalismo, por favor

Había pensado que ya es hora de mostrar algunas de las capturas de pantalla que nos enviasteis en el que ya es con diferencia el hilo con más participación de la historia de MuyLinux, incluso después de hacer un poco de limpieza (que falta le hacía y le sigue haciendo, por comentarios repetidos, por fallos, etc).

Pero, ahora, mientras escribo esta introducción, me doy cuenta de que no voy a poder resistirme a no comentar muchas de las cosas que me vienen a la cabeza. Que no es que las acabe de descubrir, pero se han vuelto a confirmar. Vais a ver cómo sois bastantes los que coincidís conmigo, a pesar de que esto del diseño, el espacio personal de trabajo y manías de cada uno, o como queráis definir esta actividad de tunearse el escritorio, no puede ser más subjetivo: lo que a unos encanta, a otros horroriza.

Sin embargo, es evidente que incluso en algo tan subjetivo hay tendencias que se imponen. A mi modo de ver, la imperante es el minimalismo, lo del menos es más (si es verdad que es así, claro), lo de concéntrate en el contenido, no en el continente, etc. Por eso se me hace difícil digerir el tipo de escritorio con decenas de iconos en pantalla (ya sabéis…) o, en general, cualquier escritorio recargado (aunque el desastre se vista de seda, desastre se queda). Sinceramente, no se me ocurre nada menos armonioso o productivo.

Con alguna honrosa excepción que comentaré más adelante, para mi disgusto me doy cuenta de que los usuarios que más abusan de las malas practicas mencionadas son los del escritorio que más modificaciones permite por defecto, KDE. Demasiado elemento en pantalla, demasiado panel, demasiado iconazo y demasiada reiteración innecesaria… Aunque esto último no pasa solo con KDE.

Un ejemplo de reiteración es el de los relojes. Se ha puesto de moda tener el reloj en pantalla simulando un smartphone, con la fecha y algún detalle más. Queda chulo, no lo vamos a negar, pero es redundante: si ya tienes un reloj en el panel, ¿para qué más? Si casi nunca lo vas a ver y aunque sea poco, algo consume… Igual que tener varios paneles para lanzar aplicaciones, a veces, con las mismas aplicaciones.

Otro caso curioso pero muy gráfico de la realidad ‘escritoril’ en GNU/Linux se puede encontrar fácilmente en muchísimas de las capturas que los usuarios de Unity y GNOME Shell dejan allí por donde pasan. Tras verlas, suelo pensar “sí, Unity y GNOME Shell, conceptos increíbles e innovadores… pero el dock de abajo que no te lo quiten, y el menú de toda la vida, si puede ser, tampoco”. ¿En qué quedamos? La reiteración en estos casos es interesante porque del panel del escritorio clásico, en el que siempre ha cabido todo (menús, lanzadores, tareas, aplicaciones en segundo plano, reloj…), se ha pasado a utilizar tres paneles para hacer lo propio (dos en el caso de Ubuntu/Unity), con la consiguiente pérdida a efectos prácticos.

Por el uso que hace de su panel principal (el de arriba), el planteamiento de Unity me parece más coherente que el de GNOME Shell, pero ambas propuestas decepcionan en su fin último, pues a pesar de haber convertido a muchos usuarios, son bastantes (no me atrevo a decir mayoría, aunque a veces lo parezca) los que han acabado relegando en componentes externos al escritorio que utilizan para hacer cosas básicas (por ejemplo, docks o plugins adicionales): la funcionalidad básica que no les da su escritorio, la buscan el otro lado.

Por lo rígido en la personalización de Unity y GNOME Shell y lo iguales (a la fuerza) que son estos escritorios entre diferentes usuarios, me llama más la atención las virguerías que hace alguna gente con entornos ligeros como Openbox. Por esto y aunque como he dicho, no sea la norma, me ha sorprendido bastante que entre las capturas que más me han gustado haya varias de escritorios KDE, aunque sean minoría.

En fin. Había pensado que ya es hora de mostrar algunas de las capturas de pantalla que nos enviasteis (¡podéis seguir publicando, eh!) pero después de la chapa que acabo de soltar, no me parece tan buena idea. Así que lo dejamos para la próxima, para que las imágenes sean las protagonistas del artículo, y no mi opinión que, muy seguramente, no sea compartida por muchos.

Porque eso es otra: cada cual hace con su escritorio lo que le da la gana, faltaría más; esa es una de las ventajas que tenemos en GNU/Linux. Y, por supuesto, viendo una simple captura de pantalla no se comprende realmente cómo utiliza un usuario su escritorio. Hay muchas cosas que no se ven que pueden suponer un factor importante en la interacción con el sistema (sin ir más lejos, atajos de teclado, para llamar a una simple aplicación, o lanzar una navaja suiza como KRunner). Y es que nadie se conoce mejor que uno mismo, ni UI es lo mismo que UX.

No obstante, un poquito de minimalismo, por favor. O, si lo prefieres, un poquito de KISS.

 

Fuente: muylinux

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