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Ahora viene y dicen en Canonical que están dispuestos a hablar y mostrar una postergada humanidad hacia los usuarios que no pueden permitirse el lujo de comprar un PC de 64 bits. En un intento de apaciguar a la comunidad, Canonical ha decidido comerse sus comentarios sobre sus planes de abandonar el soporte de 32 bits en la próxima versión 19.10 de Ubuntu, así como en la versión 20.04.

En respuesta al anuncio de Valve y de los desarrolladores de Wine, Canonical no ha tenido otra opción que retirar sus planes más cercanos. Steam necesita el soporte de 32 bits e igualmente Wine.

Sin embargo, Canonical ha recibido la frustración de la comunidad con buen tono y ha optado por mostrar respeto por las necesidades de sus usuarios. Canonical ha hecho un movimiento del que muchas empresas pueden aprender.

Esta es una buena noticia para la comunidad ya que el abandono de los paquetes i386 habría dejado a todos los que dependían de la funcionalidad de Wine, que incluye todo el ecosistema de Proton en el que Valve ha encabezado el desarrollo, colgando en seco y en posición vertical. Dado que la relativa falta de juegos en GNU/Linux, es uno de los mayores factores disuasorios para la adopción de GNU/Linux por parte de los jugadores/usuarios de Windows, de haber seguido con la decisión de abandonar los 32 bits, esto sería un increíble fracaso a la hora de apoderarse -o mantener- del mayor mercado de usuarios de escritorios GNU/Linux.

Algunos han descrito el comportamiento de Canonical como un retroceso, pero creo que esto es un insulto a la comunidad de código abierto. Muchos proveedores de sistemas operativos GNU/Linux se mueven muy rápidamente, en contraste con sus contrapartes propietarias, trayendo más características y actualizaciones a varias plataformas, además de prepararse para los próximos lanzamientos. La capacidad de moverse tan rápido mientras se adapta a las necesidades del mercado y de la comunidad es una de las piedras angulares del software libre. Y eso no excluye tomar en cuenta la retroalimentación de la comunidad con mucha consideración, incluso hasta el punto de abandonar los esfuerzos en los que se han invertido incontables horas. Como lo que pasó con Unity.

Yo, personalmente, siento que Canonical no lo pensó bien, en la comunicación de sus planes originalmente anunciados. Cuando escribí el artículo Que los humildes se jodan, estaba muy indignado con Canonical porque cometió un error que luego rectificó en lugar de poner excusas e incluso se comprometió a ayudar en el desarrollo de alternativas y soluciones para estas bibliotecas heredadas. Pero mi indignación no iba por el motivo técnico de Valve o Wine porque sinceramente, ni me gustan los juegos, ni que se corran programas privativos de Windows en GNU/Linux sino porque se le cerrara la posibilidad ni de instalar ni actualizar Ubuntu en los equipos de 32 bits. Se que hay mucha gente que piensa que ya es tiempo de darle de lado, pero lo piensa gente que le es fácil adquirir un equipo de 64 bits, cuando aún hay tantísima gente que no le da el sueldo ni para comer. Así que ni hablamos para comprar una computadora nueva.

 

Fuente: maslinux

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