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El 16 de abril, el presidente de EEUU, Trump, firmó una orden ejecutiva que restringe a los operadores de redes móviles de EE.UU. el uso de tecnología de “adversarios extranjeros” que se considera que plantean “riesgos inaceptables” para la seguridad nacional. Al mismo tiempo, el Departamento de Comercio colocó a Huawei -el tercer mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo- en una lista negra que impedía a las empresas estadounidenses trabajar con Huawei y sus filiales.

Como resultado de esta lista negra, compañías de todo el mundo han roto los lazos con Huawei, incluyendo Google, que trabaja con Huawei para proporcionar servicios de Google Play (las partes propietarias de Android que no se lanzan como software de código abierto) en teléfonos inteligentes y tabletas que se venden fuera de China. (Los servicios de juego no están incluidos en los dispositivos Android en China, debido a una disputa en curso). Poco después del anuncio de la lista negra, se concedió una exención que permite a Google (y a otras empresas) seguir trabajando con Huawei durante 90 días, aunque funcionalmente sólo permite a Google implementar parches de seguridad para los teléfonos existentes.

Huawei ha mantenido un sistema operativo alternativo internamente desde 2012 en el caso de que esto ocurra, aunque sin componentes para fabricar dispositivos, la existencia de un sistema operativo “Plan B” no sirve para nada. Según se informa, Huawei también ha almacenado al menos tres meses de chips de otros proveedores, aunque la viabilidad de esa estrategia plantea muchas dudas.

Por el momento, los principales fabricantes de componentes están dando la espalda a Huawei.

En términos de hardware, Huawei está lejos de ser autosuficiente. Su división HiSilicon licencia el Arm ISA para su uso en las CPUs de los smartphones Kirin SoCs y servidores Kunpeng. HiSilicon ya posee la información necesaria para fabricar chips basados en esta tecnología, y pueden seguir diseñando chips con tecnología ARMv8 sin la participación de Arm Holdings, que ha cortado los vínculos con Huawei. La producción real de estos es manejada por TSMC, que es una de las pocas organizaciones que continúan trabajando con Huawei.

Hasta la fecha, los informes indican que Intel, Qualcomm, Broadcom, Qorvo, Xilinx, Infineon, Lumentum, Micron, Western Digital, Toshiba y Panasonic han roto sus vínculos con Huawei, al menos temporalmente. En particular, no todas estas empresas tienen su sede en EE.UU., como Infineon, con sede en Alemania, que, según se informa, ha interrumpido temporalmente los envíos para evaluar los requisitos de cumplimiento, lo que deja la puerta abierta a la reanudación de la cooperación en el futuro.

Dicho esto, todavía hay opciones para Huawei, con Ars Technica analizando los desmontajes de iFixit y EE Times para identificar los componentes utilizados en los teléfonos. Samsung, LG y BOE son proveedores potenciales de pantallas, y Sony y Leica pueden proporcionar lentes y sensores para cámaras. El almacenamiento Flash y la RAM pueden ser un problema, ya que se utilizan Toshiba y Micron, aunque SK Hynix proporciona RAM en algunos dispositivos, y Samsung también puede suministrar ambos.

Mientras que las ventas de teléfonos Huawei de los operadores de telefonía móvil de los Estados Unidos se han evaporado, ya que el lanzamiento del Mate 10 Pro por parte de los operadores de los Estados Unidos se ha visto frustrado por la presión del Congreso, los operadores de telefonía móvil japoneses dependen en gran medida de los lanzamientos de marca compartida (en comparación con Europa, que ve más teléfonos sin contrato y sin bloqueo).

Según ZDNet, SoftBank y KDDI (que opera la red au en Japón) han detenido las ventas de P30 Lite, cuyo lanzamiento estaba programado para el viernes. NTT Docomo también ha dejado de hacer pedidos anticipados, al igual que Chunghwa Telecom y Taiwan Mobile.

El “arma humeante” reportada por Bloomberg se articula en una interfaz Telnet expuesta que fue descubierta por un contratista contratado por Vodafone Italia, aunque esta vulnerabilidad tiene una sorprendente similitud con las vulnerabilidades de los routers Cisco y D-Link.

Todavía no hay pruebas de que Huawei espiara, y aquí no valen excusas como las armas químicas de Irak.

El mundo sirve con pleitesía al peor imperio de todos los tiempos.

 

Fuente: maslinux

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