Hay muchas formas de comprimir una imagen, esto es, de reducir su tamaño sin modificar sus dimensiones, una tarea habitual para cualquier que se dedique a la edición para la web, y las hay más y menos recomendables según la necesidad. Hoy hablamos de una muy, muy sencilla, pero realmente potente: Squoosh, un compresor de imágenes que puedes usar sin salir del navegador.
Conste que si sois de aplicaciones nativas y no de webapps, en la tienda de aplicaciones de vuestra distribución encontraréis diferentes alternativas, por lo general, vía Flathub o Snap Store, aunque aún quedan las que empaquetan estas pequeñas utilidades o algunas viejas glorias de las que echar mano cuando se las necesita. Por supuesto, también hay cosillas en formato AppImage, sobre todo lo que viene de Electron.
Sin ir más lejos, hace tiempo que recomendé en estas páginas una alternativa de ese tipo: Imagine, la cual sigo usando cuando necesito comprimir imágenes en lote sin afinar en extremo. Está como Snap, pero a mí me resulta más cómodo en AppImage porque no siempre estoy en Ubuntu.
Sin embargo, si se trata de afinar con una imagen, prefiero Squoosh por el tipo de interfaz que ofrece. En ambos casos se trata de software de código abierto y a modo de aplicación web, aunque Squoosh lo es al cien por cien. Pero no tengas reparos, porque todas las operaciones se realizan en local; la conexión se precisa para enviar los datos básicos al visitar cualquier sitio web, el porcentaje de compresión obtenido y el tipo de instalación (si es PWA, por ejemplo).
Para más datos, o para hacerse con todo el código de la aplicación y montárselo por cuenta propia, la página del proyecto en GitHub.
Por lo demás, Squoosh cuenta con las funciones que puedes ver en la imagen de muestra y alguna otra oculta en los menús desplegables. A grandes rasgos se permite la utilización del formato original de la imagen o su conversión a alguno de los soportados (AVIF, JPEG, MozJPEG, PNG, WebP y variantes de estos), el escalado de la imagen, la barra de calidad y otras opciones avanzadas para retocarlo todo hasta el más mínimo detalle.
Ahora bien, con las opciones básica, incluyendo arrastrar y soltar la imagen, elegir el formato deseado y la barra de calidad, junto a la ventana partida con la previsualización del resultado en tiempo real, la gran mayoría de usuarios tendrá más que suficiente.
Por cierto, la aplicación está en squoosh.app.
¿Hay mejores alternativas por ahí y yo no me he enterado? A los comentarios, por favor, y así nos enteramos todos.
Fuente: muylinux