El sector de la inteligencia artificial tuvo un momento de inflexión con el lanzamiento de ChatGPT. La herramienta de OpenAI puso patas arriba a toda la industria tecnológica con un chatbot que se encontraba a leguas de todo lo conocido hasta la fecha, ya que la interacción era lo más cercano a chatear con una persona. En tan solo un par de años, la herramienta ha evolucionado considerablemente, ofreciendo ahora múltiples capacidades que van más allá de la interacción por texto.
Su lanzamiento propició que muchas empresas se pusieran las pilas a la hora de incluir también tecnologías de inteligencia artificial generativa en su catálogo de productos y servicios. Actualmente, OpenAI, junto a Microsoft, se encuentran en la cresta de la ola de esta revolución, seguidas de Google, Meta, e incluso Apple con su reciente Apple intelligence.
Las leyes para el uso de la IA están en constante cambio
La salida de ChatGPT, junto a otras herramientas de generación de texto, imágenes o vídeo, también supuso una serie de cambios, modificaciones y actualizaciones en las leyes vigentes sobre el uso de la inteligencia artificial. De esta manera, los organismos reguladores de cada región han participado activamente en un debate sobre cómo debe utilizarse este tipo de tecnologías y qué mecanismos se deben implementar para garantizar la seguridad y privacidad de los usuarios.
Uno de los organismos más rígidos en lo que respecta a permitir el uso de tecnologías basadas en inteligencia artificial es, precisamente, la Comisión Europea, ya que antes de que este tipo de productos y servicios aterricen a los países miembros, las empresas deben cerciorarse de que cumplen con las leyes establecidas por la Unión Europea, leyes que siguen en evolución debido a la época de transición tecnológica que estamos viviendo actualmente.
ChatGPT no está en China, y las alternativas del país no convencen
Hoy día, ChatGPT es mundialmente conocido, aunque hay países donde los usuarios tienen restringido el acceso a esta herramienta. Uno de estos países, para sorpresa de nadie, es China. Este país lleva años abrazando el uso de tecnologías basadas en inteligencia artificial a un nivel mucho más profundo en la sociedad. Desde hace poco supimos de la existencia de un superordenador desarrollado únicamente con componentes chinos que no dependen de Estados Unidos y que ha sido ideado para entrenar sus modelos de lenguaje.
Estados Unidos se encuentra por delante en lo que respecta a herramientas de inteligencia artificial generativa. Sin embargo, ya supimos recientemente que China lidera la investigación en este campo con múltiples artículos científicos publicados sobre avances en inteligencia artificial. Además, desde la llegada de ChatGPT, China se ha puesto las pilas con el desarrollo de múltiples modelos de lenguaje y herramientas de IA generativa creadas por conglomerados como Baidu, Alibaba, Tencent, y otras tantas.
Cuando le pedimos algo "delicado" a Kimi AI, la IA nos responde con que cambiemos de tema
La disputa comercial y geopolítica entre Estados Unidos y China dificulta la llegada de herramientas tales como ChatGPT a dicho país. No solo eso, sino que para que esta herramienta aterrice en China, debe alinearse con la ideología política de su gobierno y cumplir una serie de leyes en las que se adopta un estado de censura. Angela Zhang, profesora e investigadora en la Universidad de Hong Kong, explica al medio El País por qué ChatGPT no está disponible en China:
“No quieren estar sujetas a la regulación china. China introdujo medidas para regular la inteligencia artificial en 2023. Esto obligaba a las empresas a cumplir con muchos requisitos de transparencia. No creo que OpenAI o Microsoft quieran divulgar ese tipo de información a los reguladores chinos,” afirma Zhang.
Los modelos de lenguaje chinos aún están muy por detrás de lo que se ofrece en muchos otros territorios.
Es evidente que el país es muy reacio a integrar tecnología estadounidense en su sociedad. Para ello, las empresas deben de adaptar sus productos de manera estricta para cumplir con la legislación china.
“Creo que ninguna de estas empresas estará interesada en ofrecer este tipo de servicio público porque tendrían que cumplir con este requisito: necesitas estar alineado políticamente con los valores socialistas. Es la misma historia de por qué Google salió de China. Ninguna gran empresa de redes de EE UU ofrece servicios en China por los requisitos de censura de información”, continúa Zhang.
“Para obtener la licencia del regulador de Internet chino, necesitan hacer una prueba con mil preguntas. Y luego deben asegurarse de que la tasa de precisión supere el 90% o algo así”, asegura esta investigadora.
Los modelos de lenguaje chinos aún están muy por detrás de lo que se ofrece en muchos otros territorios. Esto principalmente es así debido a las volteretas burocráticas y técnicas que tienen que hacer para cumplir con la legislación del país.
“Algunos dicen que las capacidades de sus modelo de lenguaje han alcanzado 3.5 o casi 4. Pero si preguntas a usuarios comunes cómo se sienten, la experiencia del usuario definitivamente no es tan buena como usar ChatGPT porque muy a menudo no obtienes ninguna respuesta”, afirma Zhang. “No es solo porque la forma en que escriben puede sonar como una computadora o un robot, y no como un humano. La calidad de las respuestas no es tan buena.
Muchos de los productos similares que se ofrecen en China tienen un enfoque más empresarial que para el consumo de los usuarios. De hecho, hasta hace poco, OpenAI permitía utilizar la API de sus modelos de lenguaje en China. Sin embargo, recientemente avisó a los desarrolladores que este mismo mes de julio bloquearían el acceso a su API en este país, ya que quieren limitar su acceso únicamente en aquellos países donde ChatGPT y el resto de sus servicios tengan soporte oficial.
Esta noticia fue bien recibida para las empresas especializadas en IA de China, ya que era la oportunidad perfecta para atraer a desarrolladores a probar sus modelos de lenguaje propio mediante descuentos y ofertas de tokens de uso.
Microsoft, una de las más beneficiadas en esta carrera de fondo por la conquista de China
Microsoft es una de las pocas empresas estadounidenses que ha sobrevivido a la estricta legislación de China curiosamente, y todo por una razón: Windows. A día de hoy, sigue siendo el sistema operativo más utilizado del país debido a que lleva años perdurando allí. Evidentemente, las versiones de Windows que se lanzan en China son sustancialmente distintas a las que conocemos, ya que se encuentran limitadas en determinadas características para cumplir con la legislación.
Imagen: StatCounter
A pesar de los esfuerzos de China por dejar de depender de este sistema operativo, es un proceso más complicado de lo que parece, ya que se estima que la tasa de ordenadores que tienen Windows en China puede alcanzar hasta el 80%. Una alternativa china a este sistema es OpenKylin, que es, a grandes rasgos, un Linux muy personalizado, que tiene el propósito de reducir la dependencia de Windows.
Sin embargo, El desarrollo de sistemas operativos locales aún no ha alcanzado la madurez y popularidad necesarias para competir con Windows. Microsoft lleva muchos años adaptando sus productos y servicios en China bajo sus estrictas leyes, leyes que han impulsado que muchas otras grandes tecnológicas abandonen sus operaciones en el país. De esta manera es como una carrera de fondo tecnológica ha acabado beneficiando ampliamente a Microsoft.
Fuente: genbeta