Con mucha tristeza veo algunas distribuciones que no merecen la pena desaparecer, se van languideciendo hasta quedar en un recuerdo. Y de OpenStage tengo muy buen sabor de boca.
Vale, no voy a hablar como si la distribución estuviese muerta. Me gusta ser optimista y pensar que pasa por un momento transitorio de descanso. Además, nunca podemos decir de una distro basada en Arch que se hable de una muerte absoluta. No olviden nunca que sea cual sea el color, sabor o nombre de una distribución GNU/Linux Arch, puede continuar con vida propia hasta el infinito, ya que usa los inmensos repositorios del Arco. Así que, tanto OpenStage, AntergOS o cualquier deciden parar el desarrollo, se detiene la personalización, no el sistema operativo.
OpenStage nació hace dos años en España y para mi, era (y de momento es) el sabor de Arch que gráficamente más me gusta. Es verdad que siempre vino algo inflada y las primeras imágenes ISO eran algo inestables. Pero más tarde sacaron versión mínima de Plasma y ediciones de XFCE y Cinnamon. Mucho trabajo y poco reconocimiento.
El aspecto de OS es único y tiene personalidad, elegancia. Cada detalle del escritorio es tratado con delicadeza y gusto. En un primer momento sólo sacaban imágenes ISO con KDE Plasma, y mucho más tarde aparecieron otras opciones. Resulta curioso que optaron por alternativas como XFCE y Cinnamon y no GNOME ni MATE. GNOME no, pero pienso que una edición MATE hubiera sido de escándalo (de atractivo).
Tampoco hay que olvidar que OpenStage tiene una opción libre de Systemd, con openRC. Lo digo por aquellos Systemd haters.
Yo la he tenido instalada muchas veces, y lo primero que hacía era compilar el kernel-libre, pues me gusta tener una experiencia lo menos dependiente de lo privativo. Hablo de la edición Systemd, con la openRC no pude nunca instalar el núcleo libre.
Hoy en día es difícil descargar una imagen para grabar/instalar. Los enlaces están caidos, el espejo igualmente está caído y a menudo da fallo la descarga. La opción torrent es torpemente lenta. Si tienes suerte y una buena conexión a la red, te descargas la ISO en tres minutos antes de que empiecen los cortes.
Arriba, una imagen general del escritorio y la información del sistema. La última imagen ISO de Plasma fue de agosto del 2020, con la versión de KDE Plasma 5.19.4. Mi Debian tiene la 5.20.5 así que tampoco es que la de OpenStage sea antigua. Además, nada que Pacman no pueda hacer en unos segundos para pasar a la versión más reciente de Plasma y de todos los entornos posibles.
Por eso recalcaba en un principio que de momento, OpenStage puede estar herida, pero no muerta. No me he puesto en contacto con sus desarrolladores, pero tampoco hace falta porque es evidente que han paralizado el desarrollo. Ahora bien, no se si tienen planes para relanzar el proyecto o dejarlo.
Toda esta situación me recuerda mucho al caso similar de Chakra pero no es el mismo caso. Chakra es independiente, no comparte los repositorios de Arch y OpenStage sí.
Desde aquí he hecho lo que he podido. Le he dado bastante feedback, pero hay que tener en cuenta de que hablamos de más de 500 distribuciones disponibles de GNU/Linux y puede abrumar al usuario. A eso hay que añadir el boom de distros que se están basando en Arch, en detrimento de las que se basan en Ubuntu (y no vean cómo lo agradezco).
Aprovecho esta entrada y estas líneas finales para agradecer a los creadores de OpenStage su trabajo y decirles que he disfrutado muchísimo su distribución. Que aunque sea distro-hopper se muy bien apreciar las cosas buenas y no olvidarlas.
Fuente: maslinux
