Ubuntu 11.04, el análisis

El pasado 28 de abril de 2011 llegaba al mercado la versión final de Ubuntu 11.04 Natty Narwhal, una distribución que ya de por sí ha marcado un antes y un después en la historia de Canonical por una decisión muy polémica: la de relegar el escritorio clásico de GNOME a un segundo plano y a utilizar por defecto un desarrollo singular. Hablamos, cómo no, de Unity.

De hecho, Unity es con mucho la característica más relevante de una distribución que no dio demasiadas sorpresas con Ubuntu 10.10 Maverick Meerkat, y cuyos usuarios se sentían (nos sentíamos) bastante a gusto con una forma de trabajar que concíamos y de la que presumíamos abiertamente.

Eso, mucho me temo, cambiará para bien o para mal a partir de esta nueva versión de Ubuntu. Unity es un gestor de ventanas -ahora lo llaman “shell”- para GNOME que en ningún caso provoca indiferencia. Yo diría más: o lo amas, o lo odias. Y el problema está en que la recepción por parte del gran público ha sido muy fría, y eso podría ser muy perjudicial para el futuro de Ubuntu.

En este análisis prestaremos especial atención a Unity, desde luego, pero también exploraremos otras áreas de una distribución que tenía una vocación: la de dar un cambio radical al escritorio para acercar aún más la informática a los usuarios noveles. Si lo han conseguido o no es algo que podremos comprobar en unos meses.

Contenidos del análisis

  • Parte 1: Introducción
  • Parte 2: Instalación
  • Parte 3: Unity (Parte 1): Una revolución llamada Unity
  • Parte 4: Unity (Parte 2): Menos es más
  • Parte 5: Unity (Parte 3): Ayudas prácticas
  • Parte 6: Unity (Parte 4): En la práctica
  • Parte 7: Unity (Parte 5): La delgada línea entre el amor y el odio
  • Parte 8: Las tripas del narval
  • Parte 9: Todo un mundo de (nuevas) aplicaciones
  • Parte 10: Un centro de software para gestionarlos a todos
  • Parte 11: Cada vez más en la nube
  • Parte 12: Conclusiones: Ubuntu 11.04 apunta maneras

 


 

Instalación

Ubuntu 11.04, el análisis

El proceso de instalación de Ubuntu no se diferencia demasiado de versiones anteriores, aunque edición tras edición vamos viendo como pequeñas mejoras ayudan a completar este proceso con mayor control y mayor facilidad.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Es lo que demuestra de nuevo Ubuntu 11.04, que para empezar presenta una bonita pantalla que nos permite elegir entre “Probar Ubuntu” e “Instalar Ubuntu”. Si elegimos la segunda opción se pondrá en acción un asistente que refleja más cambios visuales que por ejemplo se presentan en la pantalla inicial, en la que si ya teníamos Ubuntu 10.10 instalado se nos da la opción de actualizarlo o bien de borrar las particiones que usaba esa versión para usarlas en Ubuntu 11.04.

Ubuntu 11.04, el análisis

El particionamiento manual -más avanzado, y recomendable solo para usuarios experimentados- es también factible para los usuarios que prefieran controlar esta delicada etapa, y si ya contábamos con un sistema Windows podremos estar tranquilos, ya que como ha ocurrido con anteriores ediciones el gestor de arranque se encargará de ofrecer las opciones de arranque dual.

Ubuntu 11.04, el análisis

Una vez elegidas las particiones comenzará el proceso de copia de ficheros, una idea inteligente que ya se puso en marcha en la pasada edición y que permite que mientras se van copiando esos ficheros a la partición de sistema se nos vayan preguntando algunas cuestiones de configuración. Para empezar, la zona horaria, que ahora nos permite introducir directamente un nombre de ciudad -en la que vivimos, o cerca de la cual vivimos- para que el sistema nos sitúe en la zona horaria adecuado si la ciudad está registrada en la lista cubierta por el asistente. Si no es así, podremos probar con alguna de las grandes capitales, que sí funcionarán.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

A partir de ahí solo quedarán un par de pasos, que consisten en la selección del teclado -como siempre, pudiendo probar la introducción de teclado de forma inmediata- y la introducción de los datos de la cuenta del usuario inicial del sistema. En este último apartado hay algo importante que destacar: se nos permitirá cifrar nuestro directorio raíz, pero no el sistema de ficheros por completo.

Ubuntu 11.04, el análisis

Este es precisamente uno de los puntos diferenciales de la versión “Desktop” del CD de instalación Ubuntu, que se diferencia claramente del CD “Alternate” que ya muchos conocerán y que ofrece una instalación en modo texto (viva ncurses) y que añade unas cuantas opciones muy interesantes a los que prefieran esta versión. Por ejemplo, en esta imagen de instalación sí se contempla el cifrado completo del disco duro -y no solo del directorio raíz-, pero además también hay soporte LVM.

Ubuntu 11.04, el análisis

Otro de los puntos de interés para todos los que estén considerando instalar Ubuntu 11.04 -en cualquiera de sus imágenes ISO de instalación- consiste la posibilidad de activar desde el primer momento algunos repositorios de terceras partes que harán que los usuarios puedan contar con códecs MP3 o los plugins Flash instalados y listos para ser usados una vez iniciemos la sesión por primera vez.

La instalación de Ubuntu 11.04 no lleva más de 20 minutos, pero eso no significa que todo esté perfecto tras ese proceso. De hecho recomendamos seguir algunos de los fantásticos consejos que ofreció un completísimo artículo de WebUpd8 y otro que publicaron en OMG! Ubuntu! para dejar el sistema lo más pulido posible antes de comenzar a trabajar con él. Sin olvidarnos por supuesto de la guía que publicó Metalbyte en MuyLinux, y que también ayuda a pulir esa instalación. Ahora sí, ya estamos preparados para comenzar a conocer una interfaz de usuario… distinta.


Unity (Parte 1): Una revolución llamada Unity

Ubuntu 11.04, el análisis

Aunque muchos probablemente conozcan Unity gracias a la versión inicial que apareció para Ubuntu Netbook Edition -edición que ya no existe- o gracias a las versiones preliminares de Ubuntu 11.04, lo que está claro es que este nuevo gestor, responsable de todo lo que hagamos en la distribución de Canonical, no se parece a nada de lo que hubiéramos visto en el pasado. Si alguien que no conozca Ubuntu u otras distros Linux quiere comenzar a probar con Ubuntu 11.04, desde luego será un punto de partida interesante.

Para empezar, Unity apuesta por el espacio y por la ausencia de distracciones. El lanzador o Launcher es uno de los pilares de este entorno, y adopta el formato de los docks tradicionales, pero situándolo de forma nativa en el lateral izquierdo de la pantalla. La razón parece obvia: las pantallas actuales con sus formatos panorámicos dan anchos de sobra, pero en la vertical, donde tenemos recorrido para la lectura en el navegador web -por ejemplo- es importante ganar espacio, y esa posición lo permite.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ese lanzador ofrece una serie de accesos directos a las aplicaciones destacadas de forma nativa en Ubuntu 11.04, y que van desde algunas opciones muy respetables, como el navegador por defecto -Firefox 4- hasta otras mucho más discutibles, como por ejemplo el acceso a Ubuntu One, un servicio de cierto interés que no obstante no merecería -en mi opinión- una posición tan relevante.

En la parte baja de ese lanzador aparencen los accesos a tres funciones especiales. En primer lugar el gestor de espacios de trabajo -los clásicos escritorios virtuales-, que está justo por encima de los accesos a las aplicaciones y a los ficheros, algo que permite acceder rápidamente también a las llamadas Lenses (antes conocidas como Places) y que se han inaugurado de forma tímida pero que podrían crecer en el futuro con algunas ideas interesantes.

Ubuntu 11.04, el análisis

¿Qué son estos ‘Objetivos’ (traducción literal)? Pues no son más que una forma más de poder acceder a ciertos servicios con esa capa visual que Canonical ha facilitado a los desarrolladores. En el listado de ideas interesantes que acabamos de enlazar podéis comprobar a qué nos referimos, y la idea como decimos aparece de forma tímida en esta versión de Unity porque la idea está aún algo verde en su ejecución.

El nuevo lanzador dispone de una característica llamada Intellihide que hace que este dock se oculte de forma automática cuando maximizamos cualquier aplicación, algo cómodo y que es una adaptación de una característica clásica en Docs como AWN o Docky.

Además cada icono del lanzador dispone de una quicklist asociada. Estas ‘listas rápidas’ se muestran cuando pinchamos con el botón derecho del ratón sobre esos accesos, y de hecho desde hace unos días comienzan a aparecer trucos para sacarle más partido a estas quicklists, que además son muy configurables siempre y cuando nos arriesguemos a tocar en ficheros de configuración. Lo demuestra por ejemplo un artículo de Tech Drive-In en el que podemos ver 6 buenos ejemplos de lo que se puede lograr con las quicklists.

Este lanzador está acompañado de una barra superior que es muy especial por varios motivos. Primero (más adelante detallaremos el resto de motivos), porque desaparece la estructura de menús que conocíamos hasta ahora en los entornos GNOME clásicos que se usaban en Ubuntu. Ya no tendremos esos menús Aplicaciones, Lugares, Sistema con los que nos manejábamos, y en lugar de eso nos encontramos únicamente con un botón con el logo de Ubuntu en la esquina superior izquierda de la interfaz.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ese botón da acceso a otro de los componentes estrella de Unity. El llamado “dash”, una especie de menú de inicio “extendido” en el que encontraremos un gran campo de búsqueda en la parte superior, bajo el cual aparecen por defecto una serie de aplicaciones, ficheros y carpetas que por ser las más frecuentemente accedidas teóricamente tienen especial relevancia para cada usuario. Si queremos salir del dash en cualquier momento tendremos que pulsar la tecla Esc, y si queremos volver acceder a él, podremos hacerlo también en cualquier momento si pulsamos la tecla Super (para la mayoría de nosotros, la tecla Windows de los teclados tradicionales).

Este importante componente servirá como medio fundamental para lanzar aplicaciones -el buscador es en realidad también un lanzador tipo GNOME Do- y para buscar archivos de todo tipo, y recuerda en cierta medida al GNOME Main Menu de openSUSE, pero al ocupar toda la pantalla el concepto se vuelve más curioso, mezclando esos menús más clásicos de distros Linux con los nuevos lanzadores que encontramos en las últimas versiones de iOS y Android para smartphones y tablets.


Unity (Parte 2): Menos es más

Ubuntu 11.04, el análisis

Como decíamos, la barra superior nos va a deparar algunas sorpresas más. Por ejemplo, la integración del llamada Global Menu, que como su propio nombre indica sirve como menú universal para todas las aplicaciones que tengamos abiertas. Mientras que hasta ahora cada aplicación tenía sus menús integrados en la ventana de la aplicación, ahora ese menú aparece en la barra superior. Eso permite ganar espacio en la ventana de la aplicación, pero obliga a mover “demasiado” el puntero para acceder a los menús, así que de nuevo habrá polémica al respecto. No obstante, es posible devolver los menús a las aplicaciones si así lo deseamos, algo que explican en el artículo de WebUpd8 del que hablábamos anteriormente.

Ubuntu 11.04, el análisis

En la parte superior derecha encontraremos los distintos iconos del sistema, que incluyen opciones de apagado,gestión de sesiones, hora/calendario, volumen/control de reproducción, y por supuesto, el famoso Me Menu que integra distintas opciones de mensajería y de redes sociales para tener en todo momento acceso a redes como Twitter o Facebook desde ese pequeño menú.

Ubuntu 11.04, el análisis

Es importante destacar que muchos de los menús importantes del escritorio clásico han desaparecido del nuevo menú superior, y por ejemplo acceder a las opciones de Apariencia o a las preferencias del sistema (tanto personales como las del administrador) no es posible directamente, y para todo ello tendremos que ir al botón de apagado, desde el cual se despliegan las opciones de apagado (reiniciar, suspender, etc) y que al final de la lista muestra el acceso a las Configuración del sistema. No es la mejor forma de ofrecer dicho acceso, pero menos es nada.

Ubuntu 11.04, el análisis

Las ventanas de aplicación se pueden maximizar -de hecho, en Canonical apuestan por escritorios en los que únicamente se muestre una aplicación a pantalla completa salvo casos excepcionales- pero tanto en este estado como en un estado no maximizado nos encontramos con otra sorpresa: las barras de desplazamiento han desaparecido. O casi. Cuando nos acercamos a la parte derecha de la ventana se muestran unos deslizadores que podremos desplazar hacia arriba o abajo, y que cumplen esa función y de nuevo contribuyen al objetivo de Canonical: aprovechar todo el espacio posible para las ventanas de las aplicaciones.

Ubuntu 11.04, el análisis

Esos controles de desplazamiento se mantienen al maximizar las ventanas, y en ese estado -insisto, es el que a Canonical le gusta, que cada ventana ocupe un escritorio virtual a ser posible- veremos otra situación curiosa: los botones de cerrar, minimizar y maximizar ventana se integran con la barra superior del entorno visual, para luego mostrar el menú de la aplicación como parte de la tecnología integrada en el ya citado Global Menu. El efecto es curioso porque la ventana “se integra” con el propio escritorio, y aunque pueda sorprender, de nuevo el objetivo, que era el de ganar espacio, se vuelve a lograr.

 


 

Unity (Parte 3): Ayudas prácticas

Ubuntu 11.04, el análisis

La usabilidad de Unity aún está por demostrar, y encontramos ventajas y desventajas al trabajar con este gestor de ventanas. Por ejemplo, muchas acciones requieren más clics que en el escritorio GNOME clásico. Pero por contra encontramos otras comodidades, como la presencia del “alicatado” de las ventanas, un efecto que copia el Aero Snap de Windows 7 y que permite que si desplazamos una ventana al margen izquierdo o derecho esta ocupe justo la mitad izquierda o derecha de nuestro monitor, y que si la movemos contra el borde superior la ventana ocupe toda la extensión de la pantalla. En Compiz ya se podía lograr algo parecido con el efecto Grilla (Grid), que formaba parte de los extras de Compiz, pero era necesaria la introducción de un atajo de teclado sobre la ventana activa. En esto Unity ha ganado enteros, y quienes trabajen con dos ventanas juntitas pero no revueltas -como es mi caso- verán con muy buenos ojos esta novedad.

Ubuntu 11.04, el análisis

El gestor de espacios de trabajo también tiene relevancia en este apartado de usabilidad, sobre todo teniendo en cuenta que como decíamos en Unity priman las ventanas maximizadas. El gestor de espacios de trabajo recuerda a Spaces, la implementación de Mac OS X, y hace uso de una combinación de efectos Exposé y Expo para que podamos desplazar ventanas de aplicación sin problemas de un espacio virtual a otro una vez nos encontremos con esa vista minimizada de todas las aplicaciones y sus correspondientes espacios virtuales. Aunque por defecto Unity nos limita a 4 espacios virtuales, ya hay formas de ampliar o reducir ese número a nuestro antojo.

Unity también nos da la opción de usar temas, y aunque tendremos que olvidarnos del fantástico tema Elementary -aunque hay progresos en este sentido- sí que es posible descargar y utilizar algunos temas para Unity que poco a poco van permitiendo la diferenciación y personalización en el nuevo gestor de ventanas.

Es importante destacar algunos aspectos adicionales de Unity. En primer lugar, este nuevo desarrollo hace necesaria la aceleración 3D de nuestro sistema, así que si no contamos con unos buenos drivers y una gráfica decente, no podremos exprimir Unity al máximo. Es algo extraño teniendo en cuenta que la tendencia siempre suele ir al revés en el Open Source, pero lo que sí es cierto es que todos aquellos usuarios que no puedan usar aceleración 3D sí podrán acceder a Unity 2D, una versión que hace innecesario ese requisito y que proporciona una experiencia similar.

También es importante destacar la relevancia de los atajos de teclado, compañeros inserparables del usuario de Unity. Ya hablamos en el pasado de un par de fondos de escritorio muy útiles para irnos acostumbrando a Unity, pero por si las moscas es bueno tener a mano algunos recursos más, como este artículo de Tech Drive-in en el que se nos revelan 31 atajos de teclado de interés para Unity. Otra ayuda muy bien resuelta es la que aporta la guía sobre Unity que realizaron los chicos de OMG! Ubuntu!, y que desde luego es un esfuerzo fantástico que permitirá acercar a las prestaciones de Unity a usuarios noveles.

Ubuntu 11.04, el análisis

Todos estos componentes e ideas parecen destinados no solo a PCs y portátiles tradicionales, sino también a tablets, un mercado en plena ebullición en el que Unity podría cobrar sentido. La interfaz invita a ser manejada con gestos táctiles, y de hecho una de las características internas de Ubuntu 11.04 Natty Narwhal es su soporte de X Input 2.1 con multitouch.

Sin embargo, parece que por el momento Ubuntu no está ni mucho menos optimizado para tablets, o al menos eso es lo que se extrae de algunos de los artículos que han realizado los que han probado esta capacidad en sus tablets. Aunque efectivamente hay partes del sistema que sí se pueden utilizar en un tablet, la mayoría de las aplicaciones no están preparadas para una interfaz multitouch, lo que hace que la experiencia de usuarios sea bastante pobre.

 


 

Unity (Parte 4): En la práctica

Ubuntu 11.04, el análisis

Es bueno describir el conjunto de elementos de Unity en detalle, pero en realidad, ¿cómo se comporta Unity? Pues a pesar de su concepción, sorprendentemente bien. Aunque todo está “descolocado” respecto a versiones anteriores, hay que reconocer que uno le va cogiendo el gustillo a la interfaz poco a poco.

Hay por supuesto aspectos de Unity que no convencen. El dock -oficialmente, lanzador- no es visualmente demasiado atractivo, pero las quicklists y pequeñas características como la barra de progreso de descargas integrada en los iconos de Chromium o Firefox demuestra la vocación de usabilidad que persigue este componente.

El Dash tampoco me acaba de convencer, pero voy acostumbrándome a esa lista y disposición de elementos tan singular, y que puede llegar a ocupar toda la pantalla (de hecho, en la parte inferior derecha del Dash hay un botón que precisamente lo maximiza).

La concepción de los espacios de trabajo no es especialmente distinta a lo que conocíamos hasta ahora, pero lo que sí es cierto es que se agradece el espacio que se gana en todas las aplicaciones gracias a temas como el Global Menu o los nuevos botones de desplazamiento en ventanas con recorrido vertical. Los elementos visuales están bastante pulidos y aunque el tema por defecto puede no convencer, como siempre en Linux existen alternativas para aburrir.

La ejecución de aplicaciones es, por lo demás, idéntica a la que podríamos esperar en versiones anteriores de Ubuntu o en otras distribuciones Linux. La integración de algunas de ellas en el sistema -sobre todo de herramientas más sociales, como Gwibber, o de los reproductores multimedia en el menú de audio- se agradecen, y también es interesante comprobar cómo Ubuntu One está acercándose cada vez más al usuario.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Hay que destacar el hecho de que los usuarios que lo prefieran no tienen porqué dar el salto a Unity de forma inmediata: Canonical sigue incluyendo el escritorio clásico a través de la opción “Ubuntu clásico” del menú desplegable al iniciar sesión en gdm. Eso nos llevará a nuestro viejo y querido GNOME 2.32.1 con su gestor de ventanas y sus menús de siempre, así que instalar Ubuntu 11.04 no significa renunciar a todo lo que habíamos conocido en el pasado.

Lo que sí que de momento no está disponible es la integración de GNOME 3 en Ubuntu 11.04, o al menos, no es del todo recomendable su instalación. Los desarrolladores de Canonical han retrasado su inclusión hasta Ubuntu 11.10, y aunque es posible instalar los paquetes de GNOME 3 (incluido GNOME Shell) a través de PPA, hacerlo tendrá como consecuencia que “destrozaremos” la instalación de Unity.

 


 

Unity (Parte 5): La delgada línea entre el amor y el odio

Ubuntu 11.04, el análisis

Tras comenzar el análisis de Ubuntu y completar la importante sección dedicada a Unity, debo aclarar cuál es mi visión de este desarrollo. En pocas palabras, no lo veo del todo claro.

En realidad no lo vi claro desde el principio. Unity nació como un entorno visual para netbooks, y esa vocación se ha mantenido en esta versión teóricamente más pendiente de los usuarios tradicionales de PCs y portátiles. Esta impresión inicial ha condicionado mi propio análisis de Ubuntu 11.04 y de Unity, pero también es importante señalar que aunque mi impresión de Unity es aún agridulce (y mejora a medida que pasan los días), tengo claro que aún es muy pronto para tener un criterio definitivo.

De hecho y como decía, hay muchos detractores de Unity -en MuyLinux unos cuantos habéis expresado vuestras dudas-, pero al mismo tiempo quienes lo defienden lo hacen con mucha firmeza: Unity es para quienes llevan tiempo usándolo el paso más acertado en entornos de usuario en mucho tiempo, así que como ya dije en su día, hay que darle tiempo al tiempo y dejar que Unity madure.

 


 

Las tripas del narval

Ubuntu 11.04, el análisis

Mientras que otras distribuciones suelen dar mucha información sobre los cambios internos realizados en la distribución, en Ubuntu 11.04 es complicado encontrar dicha información, y de hecho las notas de la versión apenas apuntan un puñado de cambios significativos. Hay otros documentos como el que encontramos en Launchpad o el de la lista de correo Natty-changes y que sí proporciona más información sobre los cambios, pero lo cierto es que Canonical no presume demasiado de cambios internos, a pesar de que obviamente los haya, y en buena cantidad.

El primero de ellos afecta lógicamente al kernel, y en Ubuntu 11.04 Natty Narwhal nos encontramos con el kernel Linux 2.6.48.2, que es una variación del núcleo 2.6.38 del que ya hablamos en detalle y que ha sido uno de los más relevantes de los últimos tiempos. En las notas de la versión se nos habla del soporte mejorado de AppArmor, la eliminación del famoso Big Kernel Lock o las mejoras al soporte de sistemas de ficheros, pero como decíamos en el post de MuyLinux podéis encontrar más información sobre este núcleo.

Otras mejoras relevantes son las que afectan a la compilación de todos los programas de la distro, que ahora se compilan con GCC 4.5, y lo mismo ocurre con aquellos que usaban Python, y que ahora hacen uso del nuevo Python 2.7.

En Natty Narwhal también nos encontraremos con X.org 1.10.1, que integra el nuevo X Input 2.1 del que ya hemos hablado y que da más y mejor soporte a la tecnología multitouch. Ese soporte también se ha incluido en el nuevo Qt toolkit de desarrollo, buenas noticias para los desarrolladores que ya pueden empezar a apostar por dicha faceta de las aplicaciones.

Upstart, el sistema que gestiona el inicio de la distribución, se ha actualizado a la versión 0.9.4-1, y se aportan varias características técnicas que podéis consultar si estáis interesados en este documento.

 


 

Todo un mundo de (nuevas) aplicaciones

Ubuntu 11.04, el análisis

En Canonical hace tiemp que tomaron algunas decisiones curiosas respecto a lo que llegaría y no llegaría a Ubuntu 11.04 Natty Narwhal en el apartado software. La más destacada sigue siendo para muchos la ausencia en el conjunto de soluciones instaladas por defecto de GIMP, una aplicación que se puede seguir instalando -como otras muchas- desde el Centro de software de Ubuntu.

La decisión que tomaron respecto a GIMP pudo no ser tan descabellada: el porcentaje de usuarios que aprovechan la aplicación no es tan alto y la aplicación ocupa bastante espacio en la instalación base. Hoy en día ya no se oyen tantas voces en contra -parece que nos hemos acostumbrado- pero sin duda sigue siendo uno de los temas candentes entre los que cuestionan las decisiones de Canonical.

Ubuntu 11.04, el análisis

Esas decisiones se han repetido en Ubuntu 11.04 con mayor o menor fortuna. Uno de los grandes cambios es la inclusión de LibreOffice 3.3.2 en lugar de OpenOffice.org, una medida que surgió a raíz de la situación entre Oracle y OpenOffice.org. Ahora en Oracle han cambiado de opinión y han dejado la suite en manos de la comunidad, pero LibreOffice está muy moda y no parece que a corto plazo esto vaya a significar que la apuesta vuelve a OpenOffice.org. Aún así hoy por hoy las diferencias entre una y otra suite no son significativas, y el flujo de trabajo y prestaciones son básicamente equivalentes.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

La segunda novedad es la inclusión de Banshee como reproductor de música en lugar de Rythmbox. Ambos reproductores y gestores de música son también muy parecidos, pero en Canonical consideraron conveniente optar por Banshee desde Ubuntu 11.04.

Este reproductor multimedia ya ha sido motivo de un buen reportaje en dos partes de Metalbyte (primera parte, segunda parte) por la polémica que surgió respecto a las tiendas de música, pero si queréis conocer más sobre sus ventajas, podéis echarle un vistazo a nuestras recomendaciones, pero además también podéis enriquecer sus prestaciones con las extensiones que es posible añadir al reproductor. Como sucedía con Rythmbox, es posible conectar todo tipo de dispositivos -incluidos los iPod touch, por ejemplo, y además el soporte de Banshee en el menú de audio -para un mejor control de la aplicación desde la barra superior- es completo.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ubuntu 11.04, el análisis

Shotwell, el gestor de fotos, ya debutó en Maverick Meerkat y confirma esa decisión en Natty Narwhal,  mientras que en la reproducción de vídeo no hay sorpresas, y Totem sigue manteniéndose como la opción por defecto de Ubuntu 11.04. Personalmente no es un reproductor que me convenza demasiado, pero VLC está a un par de clics de distancia, como otros muchos reproductores en este sentido. Pitivi, al igual que Shotwell, vuelve a ser incluido por defecto en la distribución, así que si queréis editar vídeos podréis hacerlo desde el primer momento con esta solución.

En todas estas aplicaciones multimedia sigue faltando el soporte de códecs multimedia por defecto, algo que se soluciona en cuanto intentamos reproducir el primer fichero no soportado. Como ya era tradicional en Ubuntu, basta con intentar reproducir un MP3 para que aparezca un cuadro de diálogo que nos sugiere buscar e instalar los complementos (paquetes) necesarios para dar soporte a esta función.

Otra de las aplicaciones destacadas en Natty Narwhall es Firefox 4, un navegador que trata de ganar enteros con esta última versión aparecida el 22 de marzo de 2011 y que presenta una serie de novedades importantes en todos los frentes.

 


 

Un centro de software para gestionarlos a todos

Ubuntu 11.04, el análisis

Para gestionar estas aplicaciones y todas aquellas que queramos instalar o desinstalar sigue teniendo máximo protagonismo el Centro de software de Ubuntu, que se ha ganado sus galones en las últimas revisiones de Ubuntu y que en Natty Narwhal llega con algunas mejoras singulares.

Ubuntu 11.04, el análisis

La más importante, la de poder calificar las aplicaciones para que nuestra valoración sirva para otros usuarios, que además se complementa con la posibilidad de publicar pequeñas reseñas sobre cada aplicación junto a la valoración, y de compartir esas valoraciones en redes sociales a través de Gwibber. Hay algún pequeño defectillo, como el hecho de que las valoraciones de estrella no aparecen en el listado de aplicaciones general hasta que buscamos la información sobre la aplicación, pero lo cierto es que esta herramienta sigue sumando puntos.

El Centro de software de Ubuntu pone a nuestra disposición más de 30.000 aplicaciones Open Source (a día de hoy, 33.590) que cubren todos los ámbitos, y aunque el fantástico apt-get o herramientas como Synaptic siguen disponibles para los usuarios avanzados, el Centro de software Ubuntu se confirma como una excelente forma de gestionar nuestras aplicaciones, sobre todo en el caso de los usuarios noveles o menos expertos en el manejo de Ubuntu.

Ubuntu 11.04, el análisis

Ya es posible también comprar aplicaciones comerciales a través del Centro de software de Ubuntu, una alternativa que ya conocíamos y que va tomando fuerza en Natty Narwhal, con la inclusión de 13 aplicaciones y juegos que encontraremos a distintos precios y que podremos adquirir a través de una cuenta de Ubuntu One.

Ubuntu 11.04, el análisis

Es interesante destacar la presencia de una nueva característica aún limitada pero que promete. Se trata de la posibilidad de evaluar paquetes antes de instalarlos, algo que no está disponible de serie pero que podemos conseguir con la instalación de un simple metapaquete (sudo apt-get install qtnx). Solo las 30 aplicaciones más populares habilitan dicha opción, y aunque la instalación y desinstalación en Ubuntu es muy rápida, la opción de probar las aplicaciones de forma “virtual” es curiosa.

 


 

Cada vez más en la nube

Ubuntu 11.04, el análisis

Los esfuerzos de Canonical también van dirigidos desde hace algún tiempo a la nube. Ubuntu One es la propuesta de la empresa en este sentido, y aunque sus características base no han variado demasiado en los últimos tiempo, sí lo ha hecho la forma de interactuar con el servicio.

Así, en Ubuntu 11.04 Natty Narwhal nos encontramos con un nuevo cliente para la conexión a Ubuntu One -el llamado panel de control de Ubuntu One- y la sincronización de nuestros datos locales con nuestra cuenta en el servicio. El acabado visual de Ubuntu One es cada vez mejor, pero además la integración de este servicio en el sistema ha aumentado, con una opción del menú contextual de cada archivo que permite sincronizarlo con Ubuntu One.

Ubuntu 11.04, el análisis

La selección selectiva (qué sincronizar y qué no) es una de las mejoras destacadas de este servicio, que ahora permite controlar con más detalle precisamente lo que queremos mantener tanto en local como en la nube, pero además ha mejorado la velocidad de sincronización, lo que permite que a la hora de mantener ficheros de tamaño “respetable” sincronizados las operaciones lleven menos tiempo.

El servicio también se ha trasladado a los smartphones, y existen clientes para Android e iOS que permiten sincronizar por ejemplo contactos del móvil con la cuenta en la nube para tenerlos siempre disponibles -y restaurarlos a otro móvil en caso de desastre-. La gestión de contactos es uno de los apartados que ha mejorado en la gestión web, como cuentan los responsables del servicio en un post reciente del blog oficial, en donde revelan también que es posible incorporar nuestros contactos de Facebook a la agenda de contactos que mantenemos en Ubuntu One.

También es interesante la función de streaming de música que permite reproducir música que tenemos en nuestra cuenta de Ubuntu One a un móvil Android o iOS. Eso sí, para aceder tendremos que haber instalado la aplicación Ubuntu One Mobile, que tiene un coste de 4 dólares al mes o 40 dólares al año, y que aunque nos dejará realizar algunas acciones gratuitamente (sincronizar contactos) no dará acceso al streaming musical hasta que tengamos acceso al servicio “Premium”.

El cliente para Windows que apareció hace algún tiempo ha mejorado en cierta medida la situación de Ubuntu One, que no obstante sigue sin estar disponible para otras distribuciones -y no parece que haya planes de lograr esto a corto plazo-, pero es evidente que la mayoría de usuarios siguen optando por servicios ya muy maduros en este segmento, como Dropbox o SugarSync.

 


 

Conclusiones: Ubuntu 11.04 apunta maneras

Ubuntu 11.04, el análisis

Debo reconocer que comencé a analizar Ubuntu 11.04 -y por extensión, Unity- con expectativas negativas. Las primeras semanas con Unity, cuando este desarrollo comenzó a verse al fin disponible en las versiones preliminares de Natty Narwhal, fueron algo decepcionantes, pero de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado.

En primer lugar, porque Unity, sin ser perfecto, ha sido pulido en gran medida. Pero también hay que tener en cuenta el hecho de que Unity no es KDE 4.0, ni tampoco GNOME 3.0. Son conceptos distintos, tanto en sus objetivos -aunque GNOME 3.0 y su GNOME Shell se acercan bastante a Unity- pero sobre todo también ciclos de vida y desarrollo distintos.

Y Unity funciona razonablemente bien. No he encontrado fallos garrafales, y en realidad las pegas se pueden achacar a la forma de trabajar que teníamos antes todos los usuarios de GNOME. Las cosas cambian de sitio, y la usabilidad pierde en algunos apartados -más clics de los necesarios- pero también gana en otros -más espacio para todo-.

Si obviamos la crítica (sea favorable o desfavorable) a Unity, lo que nos queda es una buena Ubuntu: las mejoras no son espectaculares, pero el centro de software sigue ganando enteros, la integración de las redes sociales también es sólida, y la inclusión de más y mejores versiones de aplicaciones y de componentes internos no hace sino consolidar una distribución que mantiene su objetivo incial: tratar de facilitar las cosas a los usuarios.

Que lo consiga o no, me temo, depende de la paciencia de unos usuarios que, como digo, deben darle una oportunidad a ese polémico componente llamado Unity.

 

Fuente: muylinux

¿Quién está en línea?

Hay 21119 invitados y ningún miembro en línea