Windows

1998 fue el año que comencé en este mundo de la computación. Quiero rememorar un poco aquel tiempo porque para hacerse una idea, solo tuve Windows pocos meses por las razones que desarrollaré más abajo. Por lo tanto no soy el más indicado para hablar con soltura de este sistema operativo. Tan solo puedo contar mi breve experiencia, que se trató de solo dos meses.

Recuerdo que fui con un compañero del trabajo (en esos años vivía en Canarias) a un pueblo de Tenerife, Las Galletas a comprar un PC, que sería el primero y puerta de entrada en este mundo informático. Era un clon con Windows 98 preinstalado con Intel Celeron, no recuerdo el modelo.

Como nunca antes tuve ninguna compu, Windows me pareció genial y eso que traía muy pocos programas. Pero no tenía internet y eso fue otra historia. La toma de red de Telefónica no pasaba por casa y tuve que esperar a que me conectaran bastante tiempo. Mientras, compraba revistas que regalaban CD’s con programas de prueba. No entendía eso, el hecho de que existieran demos que no se servían más que para quedarse con la miel en los labios y para obtener la versión completa había que pagar por el programa con la licencia respectiva. El tiempo, poco más tarde me iba a demostrar cómo había otro sistema operativo sin demos ni licencias caducas y restrictivas.

Lógicamente el PC no lo usaba porque ¿para qué quería tal cosa si no tenía lo que más deseaba que era internet? Así estuve hasta octubre de ese mismo año, fecha en la cual ya vinieron a conectarme la red. Tenía algún juego, como el Solitario pero la verdad es que los juegos nunca me han gustado, ni los antiguos ni mucho menos los sofisticados.

Para navegar usaba Netscape con el buscador, Yahoo. Usaba Netscape porque algunos amigos me dijeron que no usara el Explorer porque era peligroso. No sabía las razones porque era un alma inocente que se creía lo que leía. Por cierto  y lo menciono a hurtadillas, Netscape fue el navegador del cual después se basara Mozilla, antes de llamarse Firefox. De hecho los primeros desarrolladores del navegador Mozilla eran ex-empleados de Netscape.

Todo iba muy lento por los 56 k. de velocidad de la conexión que tenía en aquella época. Cuando con el paso del tiempo subieron a 512 k. nos parecía un milagro.

El equipo tenía un modem de esos que cuando entraba una llamada telefónica se interrumpía la conexión de internet pero a mi no me afectaba porque no tenía teléfono. Advierto que no existían los cables ethernet y la conexión era el mismo cable telefónico que iba enganchado a una toma del módem interno en la parte posterior de la torre e iba ensamblado en la placa base.

Para descomprimir archivos usaba Winrar en versiones de prueba, claro. Cuando caducaba pues iba a buscar Winzip y así me lo pasaba sin gastar ni una peseta en licencias.

Esto quizás sorprenda a los que no conocieron Windows en aquella época pero ya existía un programa de edición fotográfica muy familiar, GIMP. En efecto, este software ya llevaba un par de años rodando por internet. Fue mi primer contacto con el software libre.

Recuerdo una utilidad para comprobar el sistema, hacía un scan para ver si habían cosas modificadas. Molaba pero era lento del diablo. También un detalle que me mataba, donde vivía habían cortes de suministro eléctrico con frecuencia y cuando se me apagaba de golpe el PC me ponía a rezar. Windows ejecutaba un programa para comprobar si se había dañado algo; lo pasaba fatal porque pensaba que no se iba a reiniciar el sistema correctamente y no tenía ni pajolera idea de reintalarlo todo. Cuando compré el equipo venía con un CDrom pero no era un sistema instalable sino algunas aplicaciones demos y un kit de herramientas.

Pero admito que la decisión de abandonar Windows fue por los virus informáticos. Yo creo que venía uno en Winzip, o por lo menos me dio esa impresión porque apenas instalado ese programa las carpetas y el escritorio empezaron a llenarse de archivos, quizás fuesen .dat pero no lo recuerdo. No sabía como detener aquello y apagué el PC de golpe, atacado de nervios. Al día siguiente lo inicié y todo seguía igual (pobre inocencia aquella) y llegó a un punto que se detuvo todo, ni el ratón funcionaba.

La verdad es que ese hecho me afectó mucho y caí en una obsesión.

En aquellos días, un primo se puso en contacto conmigo, le conté lo ocurrido y le pregunté si conocía algún antivirus. Me dijo que sí y me habló de un sistema operativo con el cual no iban a pasar esas cosas que me estaban pasando. Se llamaba Red Hat 5... y fue la primera vez que oi la palabra “Linux”. Le dije que eso era un sistema operativo y lo que necesitaba era un antivirus, a lo que contestó: “Este es el mejor antivirus”.

Llevo 20 años enamorado.

 

Fuente: maslinux

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