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Nací de un matrimonio de jornaleros acabando los años 60. Más exactamente vine a este oscuro mundo un 17 de abril de 1967, cuando los hippies descubrieron que un mundo mejor era posible. Posible, pero no por ello dejaba de ser un sueño.

Transcurrieron los 70, la muerte del sanguinario Francisco Franco trajo una esperanza de libertad a la sociedad y yo, aún un niño, ya conocía muchas cosas y una de ellas era que se había muerto alguien que jamás debió haber nacido. Él y tanta gente..

Aprendí a escuchar a los mayores. Mi abuela, quien tuvo diez hijos, de los cuales tres murieron, porque a principios del siglo XX una simple gripe podía ser una condena, contaba que a su hermano se lo llevaron los falangistas y lo mataron en algún lugar de Sierra Morena pero de cuyo lugar de la tragedia nadie supo. También me contó como vinieron los franquistas en la oscuridad de la noche y sacaron al alcalde republicano de mi pueblo de la cama y se lo llevaron a un paredón. Así son las dictaduras.

Sí, tengo ya muchos años y he vivido muchas experiencias. Todas esas vivencias, muchas de dolor, me han forjado como soy en la actualidad; ni más ni menos, como fui ayer y seré mañana.

Tal y como mi abuela vivió la etapa de la cruel dictadura y la tiranía de la miseria, deseosa de libertad, justicia y reparación vivo yo mi vida.

Este quien cada día publica noticias, que algunas veces escribe, graba podcasts y se aleja de inútiles combates dialécticos tiene mucho que decirte y contarte para que te alejes de lo que huela a poder, banco o gobierno. Este quien cada mañana te acerca el mundo del software libre y GNU/Linux está interesado porque seas independiente a la vez que solidario, sabio al mismo tiempo que inocente pero que primordialmente seas libre. Sin embargo no seas soberbio, ni egoísta, participa para que los demás sean solidarios, sabios y libres como tú.

Muchas grandes empresas, aka compañías de software, no te quieren independiente, ni sabio y mucho menos, libre. En realidad te quieren despojado de derechos y que jamás seas dueño más allá de tus sueños. Dicho de otro modo, te quieren necio. Tú compra y compra. Compra por tu hardware, por tu software y pasado un tiempo, vuelve a comprar pero por mucho que compres seguirá sin ser tuyo ese producto. La idea es hacerte dependiente de ellos, alienado. Y lo más triste es cuando los necios extienden sus muñecas para que les pongan los grilletes porque peor que el colmo es el síndrome de Estocolmo.

Vivimos en un mundo abocado a la destrucción, es frustrante pero el consumo, junto al dinero y la religión es parte de la divina trinidad capitalista, que no tiene nada de redentora, donde la demanda es superior a la producción y en el tema de la informática no es diferente. Una licencia de software privativo es una vuelta de tuerca a una dictadura elitista. Ya quizás no nos sacan de la cama para pegarnos un tiro pero igualmente intentan atentar contra tu libertad y te atan de por vida a sus intereses. El ser necio y entenderlo está en ti. El ser sabio está a un paso, basta con formatear el rancio, cruel y dictatorial pasado para abrazar la libertad y solidaridad que deben ser el futuro.

 

Fuente: maslinux

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