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Tux no lo quiera, pero mañana un bus podría pasarle por encima a Mark Shuttleworth y Ubuntu seguiría estando en nuestras vidas. Es uno de los titulares que nos deja una breve entrevista que ha realizado el patrón de Canonical, con la gente de Eweek. En ella se habla del futuro de la compañía, así como de su apuesta fallida por Unity.

Planes que a corto plazo pasan por cotizar en los mercados bursátiles, mediante una oferta pública de venta de acciones, que ponga en valor a Canonical y le ayude a crecer. Uno de los primeros pasos será realizar diversas rondas de financiación, y empezar a gestionar esa transición.

Según Mark una de las cosas bonitas de Ubuntu y de las que siente más orgulloso, es que consiguieron crear una plataforma libre de uso, con servicios comerciales alrededor de ella y a estas alturas ya sostenible.

Eso no es algo que se pretenda cambiar, pero si señala que el paso de una compañía privada a otra de tipo pública, implicará una mayor apuesta por los ambientes comerciales, donde ya tiene una presencia importante.

Es decir: la nube, el segmento corporativo de los servidores y el internet de las cosas (por ahora con menor peso en el negocio, pero IoT es la gran apuesta de futuro de Canonical).

De esa manera se entiende también la decisión de soltar lastre respecto de Unity y Mir. O lo que es lo mismo: el abandono de los planes de convergencia entre escritorio y móvil, la vuelta de GNOME como entorno de escritorio y el establecimiento de Wayland como servidor de protocolo gráfico.

Un Unity que Shuttleworth “realmente adoraba”, aunque reconoce que hubo un error de cálculo, al pensar que la industria iba a adoptar esa idea de una plataforma independiente. Aún así no se arrepiente del intento y reivindica su papel de innovador:

Un montón de gente se queja de las posibilidades que tienen, y no van y crean otras opciones. Hace falta valor y –como al final sucedió– bastante dinero para crear dichas opciones.

Un proyecto –el de Unity–, que ahora tras siete años con presencia en el escritorio mucha gente echa de menos, pero que implicaba un desembolso económico que Canonical no estaba dispuesta a seguir afrontando. Y menos ahora, que trata de mostrar su mejor cara a los inversores.

Habrá que estar atento a futuros movimientos de la compañía y sobre todo a cuales pueden ser esos inversores, interesados en comprar algún tipo de participación.

En el peor de los casos que preferís: ¿Satán, Oracle o Microsoft?

 

Imagen:  O’Reilly Internal (CC BY-NC 2.0)

Fuente: lamiradadelreplicante

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