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En el otoño de 2011, yo estaba recién casado con 19 años que estaba empezando a descubrir la profundidad y la amplitud del mundo amplio y a veces salvaje de la tecnología. Creciendo en los años 90 con las variantes de Nintendo 64, Gameboy y PlayStation, siempre me atraía la tecnología. Recuerdo haber visto a mi padre reemplazar una CPU dañada en el escritorio de Gateway de nuestra familia y estar fascinado por todas las “pequeñas ciudades” de la placa base.

A los 19 años, finalmente hice el salto desde mi antiguo escritorio de eMachines con Windows XP a una nueva Lenovo ThinkPad X220T con Windows 7, que compré para la escuela de postgrado. Fue durante la investigación y la compra de este portátil donde por primera vez leí sobre Linux. Habiendo usado sólo Windows hasta ese momento, era naturalmente inquisitivo, y así comenzó mi viaje a través del sistema operativo Windows.

El primer encuentro

Mi primer encuentro con Linux ocurrió en el sitio web de Dell, mientras estaba comprando computadoras portátiles. Me encontré con un portátil con una opción de compra preconfigurado con Linux. Me pregunté qué era este Linux, salté a Google y empecé mi búsqueda. Fortuitamente, mi primera parada fue DistroWatch.com.
Experimenté una sobrecarga tratando de vadear a través de la plétora de opciones. Después de un tiempo, reduje mis opciones a Ubuntu, Fedora y Arch. Rápidamente despedí a Arch porque era abrumador para un novato. No estoy seguro de por qué, pero lo que me ganó más fue la demostración en línea-que era realmente nada más que una visita guiada de Ubuntu. Me gustaba su apariencia, así como la extraña idea de tener una barra de tareas en el lado del escritorio.

La vida pasó, y no fue sino hasta el otoño de 2013 -dos años completos más tarde- que tomé la zambullida y limpié el viejo ordenador portátil de mi esposa para instalar Ubuntu 13.10. ¡Qué emoción de aventura! Descubrí LibreOffice, GIMP, Inkscape y Blender (mi favorito personal). Seguí jugando en Linux en el portátil de repuesto, ya que todavía tenía que ejecutar Windows 7 en mi ThinkPad mientras estaba asistiendo a la escuela de postgrado. En la primavera de 2015, mi abuelo me dio un regalo monetario, por lo que estaba agradecido. Por fin, pude comprar mi primer ordenador portátil Linux. Inmediatamente fui al sitio web de System76, que casi había memorizado de la visualización repetida, para configurar y ordenar mi Bonobo Extreme.

Linux para la vida

Cuando mi nuevo Bonobo llegó, yo estaba enseñando ciencias de la escuela secundaria en una escuela cristiana privada. Muchos de mis estudiantes estaban emocionados de ver la nueva computadora (o al menos fingieron), así que lo enseñé en clase para mostrarles lo que era una “computadora real”. A partir de ese día, y durante los próximos dos años y medio, enseñé y defendí el uso de software de código abierto. En mis clases de computación, los estudiantes usarían Linux Mint o Kubuntu mientras yo tuviera una voz en el asunto. No es sorprendente que mis estudiantes no tuvieran problemas para aprender a navegar por el escritorio de Linux; era completamente intuitivo y suave de usar. Debido a mi introducción de software de código abierto, algunos de mis estudiantes han pasado a utilizar algunos de estos proyectos en su vida cotidiana, como Blender, Open Broadcaster Software (OBS), GIMP, Inkscape y Krita.

Descubrir Linux y el software de código abierto fue sin duda una de las mejores cosas que han ocurrido en mi vida, aparte de mi esposa y mi fe, por supuesto. Ahora uso fielmente Neón de KDE en todos mis sistemas, a excepción de uno que funcione Kali. Utilizo casi todos los proyectos mencionados anteriormente. Algunos otros proyectos que utilizo incluyen Ardor, Kdenlive, Scribus, Vim (para la victoria), y Firefox (también para la victoria).

Linux ha abierto mis ojos al vasto mundo de opciones de software que no restringen mi libertad.

 

Fuente: Levi Mooremaslinux

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