Los accidentes responden siempre a imprevistos que suceden a lo largo de la vida y, por supuesto, absolutamente nadie está libre de ellos. La posibilidad de sufrir algún tipo de accidente siempre está sujeta a la cantidad de veces que asumamos un riesgo determinado. Por eso, la frecuencia diaria con la que recurrimos en nuestros días a utilizar el coche hace que los accidentes de auto sean unos de los más comunes a los que estamos expuestos.
El derecho a la indemnización
Lo cierto es que, la mayor parte de las veces que se sufre un accidente es porque una de las partes ha cometido algún tipo de negligencia y tiene, por ello, una responsabilidad. En estos accidentes, por las características del propio vehículo que se maneja, es normal que se produzcan daños materiales y físicos. Ante eso, la persona que los ha sufrido, por negligencia ajena, tiene derecho a compensación, en forma de indemnización.
Aun así, muchas personas desconocen sus verdaderos derechos al respecto. Se lesionan de alguna forma, no solo conductores, sino acompañantes o hasta peatones y no realizan la reclamación que les corresponde, porque así lo establece la ley.
Además, estás reclamaciones están reguladas y cuentan con plazos que hay que respetar estrictamente, para que no prescriban. También pueden resultar procedimientos complejos y las compañías aseguradoras suelen presentar todas las trabas posibles para rebajar la indemnización que tendrían que pagar. Ante eso, la mejor solución es recurrir de manera inmediata a un abogado especializado en esta materia, totalmente independiente de las aseguradoras, que mirará de forma exclusiva por el interés de su cliente.
El esguince o latigazo cervical y otras lesiones
Una de las lesiones más comunes en cualquier accidente de tráfico, por pequeño que pueda parecer en apariencia en los que se conoce como esguince o latigazo cervical. Con un choque frontal o trasero o como consecuencia de algún tipo de frenazo de carácter repentino, se produce un desplazamiento de las vértebras localizadas en el cuello, que pueden acabar en una lesión más o menos grave.
Esta circunstancia da siempre derecho pleno a una indemnización, aunque muchas personas no lo sepan. Incluso están tasados una serie de baremos para valorar el alcance y las posibles secuelas. Una vez más, las empresas aseguradoras tratarán de valorar estos aspectos a la baja, en el momento en el que realizan el cálculo para hacer su propuesta de indemnización al lesionado.
Es importante no firmar nada de forma inmediata, sin haber consultado con un abogado. Hay que tener en cuenta, también, que es muy frecuente que las aseguradoras incluyan en sus propias pólizas la posibilidad de contar con defensa jurídica, que puede y debe ser particular, para obtener los mejores resultados.
En definitiva, en cualquier circunstancia, ante un accidente de tráfico la mejor elección es dirigirse a un equipo independiente y especializado de abogados, que se encargará de tramitar y negociar, consiguiendo siempre la mayor indemnización posible para su representado.
Fuente: somoslibres
