Un mal chiste para dar entrada a este comentario… Paradójicamente, el ‘hackeo’ de Kinect ha proporcionado al producto de Microsoft la mejor campaña publicitaria que podía imaginar Ballmer mientras firmaba cheques a empresas de marketing. Los experimentos para explorar la versatilidad del aparato de control remoto se suceden uno tras otro. El último que he visto: un usuario controlando un “sable jedi” gracias a Kinect. ¿Cuál es el límite?
¿Tiene la versatilidad de Kinect algún límite? ¿Cuántos juegos pueden imaginar los desarrolladores gracias a las posibilidades que tienen ahora con Kinect? Y, desde otro punto de vista más alejado, muchos se realizarán también la pregunta ¿habrá aprendido algo Microsoft a raíz del hackeo de su accesorio para la Xbox?
Fuente: linuxzone
