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La “jugada” decisión de Canonical de poner a Unity como shell de GNOME en su versión de escritorio es el mayor cambio que se ha planteado para Ubuntu en su historia, sin embargo es un cambio que tenía que llegar. Avanzar e incorporar el próximo GNOME 3 significa para cualquier distribución que use GNOME dejar atrás la tradicional interfaz y recibir la nueva experiencia de usuario llamada GNOME Shell.

Reemplazar el escritorio “de toda la vida” de Ubuntu de por si, es algo bastante difícil, recordemos que solo un cambio de botones significó toda una polémica. Sin embargo GNOME Shell va más allá, cambiando completamente el concepto de manejo de escritorio actual, centrándose en actividades y tareas y ya no tanto en acceso a programas y archivos, un cambio interesante para muchos de nosotros, pero demasiado radical para usuarios promedios que son justamente el mercado objetivo de Canonical.

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'GNOME Shell' es la nueva experiencia de usuario propuesta por GNOME.

Por tanto Canonical tenía tres opciones: usar GNOME Shell, quedarse con una versión 2.XX de GNOME y esperar, o aventurarse con un desarrollo propio, y eso último es justamente lo que están haciendo al integrar Unity.

Para quienes no lo sepan, Unity es una interfaz desarrollada para netbooks enfocada en pantallas pequeñas mediante el ahorro de espacio vertical gracias, entre otras cosas a un muelle lateral para cambiar ventanas y lanzar aplicaciones, el uso de un menú a pantalla completa y un menú global que integra la barra de herramientas de las aplicaciones y los controles de las ventanas en un solo panel superior.

Por otra parte Unity tiene en contra que es un desarrollo nuevo, aun inmaduro o “muy verde” en la experiencia de muchos usuarios y contiene varias limitaciones, una de ellas es el rendimiento del gestor de ventanas Mutter (el gestor de GNOME 3 usado también en GNOME Shell), algo que se solucionaría al reemplazar dicho gestor por compiz, sin embargo aun quedan cosas por ver, como las pocas opciones de personalización a las que están acostumbrados los usuarios de GNOME tradicional y la estabilidad general de la interfaz gráfica de usuario.

De todas maneras el concepto es muy interesante y significaría (esta vez sí) una revolución gráfica importante, algo que se prometía desde hace mucho en Ubuntu y que esta vez será una obligación al pasar a la versión 3 de GNOME, además esta decisión puede atraer otros beneficios asociados a la, siempre bienvenida, “sana competencia” que en este caso habrá entre GNOME y Canonical, y por ultimo también podría beneficiar a varios otros proyectos.

Uno de estos beneficiados es compiz, sus desarrolladores miran con buenos ojos la idea, de hecho uno de ellos expresaba que con el nuevo GNOME Shell y Kwin temía que compiz quedara relegado a ser un gestor de ventanas experimental utilizado por un pequeño grupo de usuarios, pero que ahora gracias a la decisión de Canonical, compiz ya no es “un proyecto sin causa”, y lo cierto es que con compiz las posibilidades son enormes y los resultados pueden ser, por lejos, los mejores de todo el mundo de la computación.

Con todo, lo cierto es que Canonical tiene muchísimo trabajo que hacer, en seis meses deberá demostrar que Unity es una alternativa válida para los escritorios modernos y un digno sucesor del actual escritorio GNOME, destacado siempre como uno de los mas funcionales y con mayor capacidad de personalización, además deben resolver asuntos importantes, como la compatibilidad de hardware, el rendimiento y sobre todo, dotar de estabilidad al entorno gráfico en general, aspectos técnicos que ya comentan los desarrolladores de Unity.

Quienes se preguntan por el soporte de las aplicaciones para el entorno Unity pueden saber, de momento, que Canonical pretende alinearse a los principios de Freedesktop.org, y que seguirán trabajando y cooperando con GNOME, por tanto las cosas no debieran cambiar demasiado para los desarrolladores, aunque esto será un punto crítico para la compatibilidad y aceptación general del escritorio dentro del ecosistema de Linux.

Por supuesto que las críticas no se ha hecho esperar, y es que nuevamente pareciera ser que Canonical se empeña más en establecer una diferenciación como marca que llevar a cabo un trabajo libre y comunitario, una sensación que se notó fuertemente hace algún tiempo durante la polémica decisión de cambiar el lugar de los botones de ventana, polémica que terminó con la recordada frase “esto no es una democracia” de Mark Shuttleworth.

Otras criticas vienen de parte de su “competencia”, donde recalcan lo mucho que Canonical se ha estado alejando de GNOME en los últimos años y señalan esto como un “quiebre” que ocurriría inevitablemente. Jon McCann, desarrollador de GNOME Shell, lo menciona textualmente: “La organización (Canonical) ha estado trabajando “para diferenciarse y convertirse en una empresa rentable” desde hace algún tiempo y la ruptura con GNOME parece encajar en esa ecuación.”

Sin embargo hay que recordar que la mayoría de los proyectos con cuotas altas de innovación (y riesgo), incluidos proyectos de código abierto, se han iniciado y han podido crecer a partir de un grupo pequeño y “cerrado” de personas, más que por un gran comité, tenemos el caso del mismo GNOME, XGL y compiz, X.org y el mismísimo kernel Linux, por lo que no es extraña la actitud de Canonical con su nuevo y arriesgado proyecto “Unity Desktop”, y tomar las decisiones “puertas adentro” no es algo nuevo que solo a ellos se les ocurrió ahora.

Y respecto a los comentarios de la gente de GNOME creo que sí, Ubuntu se separará definitivamente de ellos si utiliza Unity, aun cuando Jono Bacon se apresuró en decir que Ubuntu seguía basado en GNOME, a efectos prácticos será el escritorio Ubuntu (Unity) y el escritorio GNOME de las otras distribuciones, compartirán aplicaciones y gran parte de su base de desarrollo, pero serán caminos distintos. Habrá que esperar para ver cuales pueden ser las reales consecuencias de esto.

Como sea, ya nada será como antes, y a menos que Ubuntu decida quedarse en una versión 2.XX, el cambio a GNOME Shell o Unity será un hecho inevitable dentro de seis meses, por ahora me pregunto ¿será capaz Canonical de minimizar el impacto del cambio de interfaz que se avecina? ¿Podrá Unity convertirse en una opción válida a los actuales escritorios? ¿Logrará Canonical dar una compatibilidad, un rendimiento y una estabilidad aceptable a Unity en sólo 6 meses? creo que de todas maneras, el panorama es muy interesante.

 

Fuente: muylinux

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