En esta ocasión, vengo a dar mi punto de vista acerca de la atmósfera que se da en el Software Libre y la libertad de albedrío (o decisión) que nos permite.

Si bien nuestro colega nano ha puesto en tela de juicio el respeto que se tiene en los escritorios de los usuarios (y usuarias) de escritorios GNU/Linux, la verdad es que el panorama de GNU/Linux es bastante translúcido en cuanto a paradigmas de la libertad del software y la libertad de decidir, ambos aparentemente incompatibles.

La verdad es que existe una incompatibilidad entre la filosofía del Software Libre y la filosofía de la libertad de albedrío, ya que si nos aferramos demasiado a la libertad del Software Libre sin previo conocimiento, terminaremos siendo unos fanboys y energúmenos.

El concepto del Software Libre está basado principalmente en los principios del Software Libre, el cual debe ser compartido tanto el binario como el código fuente. Además, recomiendan cualquier licencia libre que no involucre el uso del lucro del código fuente ni de los binarios.

En el caso del concepto del código abierto, tiene como base el principio del Software Libre, pero nos permite hacer el uso del lucro de los binarios mas no del código fuente, por lo que se nos puede dar una fuente de dinero para solventar uno que otro menester. Un clarísimo ejemplo de ello es Google Chrome/Chromium.

Ahora, la pregunta es: ¿están de acuerdo los partidarios de cada uno de estos principios? Pues la respuesta es no.

La verdad es que existe una querella interminable entre estos dos principios que la llegado a rozar aspectos tan fríviolos como la personalización de los entornos de escritorio, y esta discusión se vuelve completamente cansina.

Por el otro lado, la dependencia hacia software propietario como los blobs propietarios del Kernel mismo y algunos drivers propietarios nos dificultan más el paso para tener una computadora completamente libre, por lo que tener distros como Trisquel o Parabola nos parece inútiles, ya que tenemos hardware que no funciona bien con controladores libres (mejor dicho, nos dificulta muchísimo la configuración de los drivers libres) y en muchos casos, el kernel Linux-libre no funciona como debería ser gracias a la ausencia de los blobs necesarios.

En mi caso, mi problema no es la privacidad en Internet en sí, ya que hace muchísimo tiempo que la he perdido al registrarme en Hotmail, y paulatinamente me he ido registrando en varios otros sitios hasta hacerme tan público que Google fácilmente me halla. Ahora, el problema que tengo (y muchos otros tendrían) es la comodidad que genera el uso del Software Libre.

Por el momento estoy contento con Debian y Slackware, pero en estos momentos estoy probando Arch Linux, por el cual, gracias al tutorial de nuestro colega @elav para instalarlo con KDE, me está sirviendo de bastante ayuda para no perderme en el camino.

Aunque quizá me tome una que otra metida de mano con ayuda de la Wiki de Arch para poder corregir algunos errores que he cometido por el camino (y por lo pronto, estaré dando mi opinión acerca de esta genial distro pero dentro de unas cuántas semanas para poder gozarlo a plenitud).

Si habrá tiempo para hacer un tutorial de instalación de Parabola GNU/Linux-Libre, lo habrá, pero al menos déjenme respirar por un momento para poder manejar a fondo esa distro (por lo general, me gustan las distros semi-automatizadas, pero veo que hacer una que otra manualidad no hace daño).

Volviendo al grano, la verdad es que este lío que se genera entre el Software Libre y el libre albedrío debería acabar en un acuerdo amistoso, ya que hay tanta polvareda por tan sólo cuestiones teóricas y no prácticas, haciendo la transición del uso del Software Libre y del código abierto cada vez más espinoso y confuso que nunca.

Está bien que exista un montón de distribuciones de GNU/Linux regadas por todo el mundo, pero lo que se pide es que exista una madurez de parte de los que defienden esa postura del Software Libre y una tolerancia (y respeto) por aquellos (as) que aún no pueden desligarse de elementos propietarios por una u otra razón, además que se den cuenta que no todo en este mundo es GNU/Linux, puesto que también existe Solaris, BSD, Hurd, Tron y demás sistemas operativos que no sean ni Windows ni Mac OSX.

Espero que mi “manifiesto” sirva para que reflexionen sobre el tema, y que no se arme un flamewar por algo que se ha malentendido y/o malinterpretado.

 

Fuente: desdelinux

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