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La semana pasada asistimos al lanzamiento de las primeras Steam Machines y lo cierto es que el recibimiento general fue frío. Más de dos años después de que Valve descubriese su proyecto se esperaba algo más contundente, pero no ha sido así y lejos de hablar de éxito, por el momento lo haremos de incertidumbre. Por varios motivos.

Hay un hecho innegable, y es que de las quince Steam Machines que se adelantaron en marzo, ahora mismo solo quedan diez listadas, de las cuales solo cuatro están a la venta: Alienware, Maingear DRIFT, Scan 3XS ST y Material.net. De las seis restantes una tiene fecha de lanzamiento para el día 20 y otras dos para el 28, mientras que de las otras tres dos tendrían que haber salido el 10 de noviembre, pero como la última, siguen sin fecha de ningún tipo: “próximamente”, pone.

¿Qué ha pasado con las cinco Steam Machines desaparecidas de mazo a noviembre? No está del todo claro. En esta semana se ha sabido, por un lado, que Falcon Northwest se retira por lo pronto hasta 2016, o hasta que SteamOS esté más maduro de acuerdo a sus intereses, entre los que se cuenta el rendimiento; por el otro, Origin ha decidido seguir adelante con su máquina basada en Steam, pero no en SteamOS, sino en Windows debido a su catálogo, por lo que Valve no le dará soporte y no se la considera una Steam Machine.

Da la casualidad de que Alienware fue la primera marca en distanciarse de SteamOS en favor de Windows, y aunque ese proyecto no ha muerto, en este arranque del producto es la que más modelos ha sacado a la venta: cuatro Steam Machines es lo que ofrece la subsidiaria de Dell, con precios base a partir de los 599 euros.

Visto tal cual, a los problemas integrales que presenta una aventura como la introducción de una nueva plataforma lúdica en el mercado, que básicamente se resumen en catálogo y dispositivos competitivos en rendimiento y precio, hay que sumarle otros que no se esperaban: socios a la fuga y, peor, productos finales verdes. Las primeras notas que se están leyendo sobre Steam Controller, Steam Link o el propio SteamOS denotan un amplio margen de mejora, por lo tanto, tampoco se trata de rendimiento puro y duro u optimización de tecnologías, controladores y demás, que también.

Es decir, las Steam Machines son caras, los contenidos de Steam fuera de los juegos son casi inexistentes y en cuanto a los juegos, aunque el engorde del catálogo de Linux ha sido y es muy fuerte, los grandes lanzamientos, salvo excepciones, siguen estando disponibles solo para Windows. Ni siquiera es necesario entrar en cuestiones técnicas para ver lo complicado de la situación.

Como apunte personal, tal vez un ligero cambio de miras le podría sentar bien al proyecto. De consola basada en Linux, a verdadero centro multimedia que integrase, además de Steam, una alianza con terceras partes para la distribución de contenidos -Netflix, Spotify…- con soporte oficial. Algo más redondo.

 

Fuente: muylinux

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