ROSA Desktop

Principalmente, el “escritorio ROSA” es lo que los usuarios de la distribución van a tomar como Mandriva 2011. Un KDE ligeramente modificado a nivel práctico y estético que se presenta al mismo tiempo como nueva seña de identidad y valentía y, desgraciadamente, como principal fallo en toda la experiencia de usuario.

Es un acto de valentía a tener en cuenta el esfuerzo que han hecho en ROSA Lab para modificar KDE, porque nadie se había atrevido a ir tan lejos, pero el resultado, al menos según mi opinión -y ya se sabe que para gustos, los colores-, no es del todo satisfactorio.

Mandriva 2011: el análisis
Así se presenta el escritorio

El apartado visual se ha basado en el conocido tema Elementary, del que muchas distribuciones GTK disfrutan desde hace bastante, con especial mención al proyecto de mismo nombre. No es original, aunque en un esfuerzo por diferenciarse se han creado nuevas imágenes de animación del arranque de la máquina, pantalla de identificación, de carga del escritorio, un nuevo tema de Plasma, de cursor, de iconos e incluso de los botones de las ventanas.

Básicamente son, a excepción del tema de iconos, modificaciones artísticas ya existentes o fuertemente influenciadas en el mismo. El resultado es una elegante pero un tanto impersonal mezcla de Mac OS X (Elementary) con algo más.

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Dolphin modificado

El mismo tema de Plasma es una mezcla de varios existentes, como Slim Glow o Sabre-Toothed Tiger, que incluyó un panel al estilo Mac OS X del que ROSA Lab se han servido para crear el suyo propio, que curiosamente viene maximizado por defecto (minimizarlo un poco crea un efecto mucho más adecuado).

Los retoques del escritorio no se han quedado en lo visual, y por ejemplo Dolphin, el navegador de archivos, viene con una configuración que ha causado debates en las listas de correo de Mandriva, por “capar” lo que no se debe (la barra de menú entre otras cosas), en un intento por presentar una sencillez “elemental”.

Mandriva 2011: el análisis
Capado y a medio traducir…

Uno de los errores más feos de Mandriva 2011 es el que se puede observar en la imagen anterior: muchos pequeños retazos de texto en las opciones del escritorio no vienen traducidos. Sin tener una importancia vital, sí desmorona un poco esa apariencia profesional. Por el contrario, el usuario disfrutará desde el primer momento de un espectacular suavizado de fuentes tipográficas.

Dejando aparte la traducción del escritorio, de todo lo anterior surgen inconvenientes y contradicciones.

Por ejemplo, el cambio a Dekorator como decorador de las ventanas en lugar del predeterminado de KDE, Oxygen, hace perder funcionalidades tan interesantes como añadir botones para mantener la ventana sobre el resto o habilitarla para estar en todos los escritorios virtuales, todo de una manera rápida (se puede seguir haciendo con el menú contextual).

Y, definitivamente, el hack del equipo ROSA a Dolphin es algo en lo que se tienen que echar atrás, porque debe ser el usuario quien elija cómo usar sus herramientas, aunque una primera presentación invite a hacerlo de la manera que crean adecuada los desarrolladores y diseñadores del sistema.

En cuanto a las contradicciones, la presentación del panel del escritorio dista mucho de ser elemental; más bien es confusa y, más extraño aún, por defecto hay cuatro escritorios virtuales en funcionamiento, pero ningún applet paginador que indique nada.

La nueva experiencia de escritorio de Mandriva 2011 se completa con los añadidos propios de ROSA Lab, comenzando por el mismo panel, llamado RocketBar, la mejor adición de todas y no por su estética. La razón es que se trata del un panel modificado que capta cualquier icono de aplicación y lo iconiza como lanzador (esta es la genial novedad), al más puro estilo de Windows 7. Además su funcionamiento es muy fiable, aunque desgraciadamente tiene un pero: la configuración de plasmoides en el panel al gusto del usuario está también capada, se pueden poner pero mover…

Por contra, el nuevo lanzador de aplicaciones, menú principal, dash o como se le quiera llamar (‘Simple Welcome‘ es su nombre oficial), está muy verde. A pesar de lo molesto de que se inicie a pantalla completa sin posibilidad de redimensión u otras opciones a configurar, es algo que por el momento se le puede perdonar. Lo que no está tan claro es su rendimiento, pesado y no demasiado fluido.

Las opciones de Simple Welcome incluyen una vista principal desde la que acceder a las opciones de apagado de la máquina, las últimas aplicaciones utilizadas, archivos y lugares recientes y un cuadro de búsqueda.

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¡Bienvenido!

Su segunda vista es la de aplicaciones, mostradas todas en conjunto pero separadas por categorías.

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Aplicaciones

Su tercera y última vista es la más interesante de todas y la de mejor proyección de futuro: la mejor integración visual con Nepomuk, el motor semántico del escritorio, hecha hasta la fecha. Siempre que Nepomuk y Strigi, su indexador, estén activos, la vista de Línea de tiempo se presenta como una forma comodísima de encontrar archivos por tipo en el escritorio, algo muy similar a lo que se está integrando para el lanzamiento de Ubuntu 11.10 con sus lenses (lentes).

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Conviene activar Nepomuk,el resultado es muy vistoso

Otro añadido, fallido, cabe añadir, de ROSA Lab, son los llamados Stackfolders, unos plasmoides cuya principal y única virtud frente a propuestas bastantes asentadas como Quick Access se reducen a redimensionar su tamaño automáticamente y ser navegables si se posicionan en el escritorio. Dos características realmente interesantes de no ser por lo incompleto de su puesta en funcionamiento: se redimensionan sin tener en cuenta los elementos que ya hay en el escritorio, creando un poco de confusión, y carecen de opciones de configuración o menú contextual, todo un engorro. Su rendimiento, además, no es óptimo. En el siguiente vídeo se muestra su funcionamiento:

Click sobre la imagen para ver el video

Antes de pasar a las aplicaciones del escritorio, es posible que ese pequeño icono rojo en forma de nube haya llamado la atención de alguien. Es el nuevo cliente del servicio de almacenamiento y sincronización de archivos en la nube de Mandriva, con hasta 2 GB de espacio gratuitos por usuario. Por lo poco que lo hemos podido probar, se muestra fiable y razonablemente completo de opciones, aunque siempre se le puede pedir más. Un extra muy de agradecer.

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Mandriva Sync, y sincroniza tu escritorio

Y aquí concluye la “experiencia ROSA”. No hay duda de que se ha puesto toda la carne en el asador, pero se ha quedado cruda. Toca esperar, pues, a la siguiente versión de la distribución, porque si todos los añadidos mencionados se mejoran al nivel que merece Mandriva, la cosa promete mucho.

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