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Siempre animo a los usuarios que elijan una distribución GNU/Linux comunitaria, nunca aquellas patrocinadas por una gran empresa y sobre todo que ni se les ocurra usar aquellas que son comerciales.

La explicación es bien sencilla y se mezcla sentido común con la filosofía GNU. Lo pragmático aquí es que una distro patrocinada -o directamente propiedad de una empresa- es que su futuro, sus reglas están sometidas y dependen de los accionistas y pueden libre y legalmente poner sus pautas, añadir y eliminar lo que realmente les venga en ganas sin tener que consultar con sus usuarios.

Las primeras distros GNU/Linux nacieron de manera comunitaria. Después, poco tiempo después, aparecieron empresas que o bien patrocinaban las distros o bien las hacían, como en el caso de Suse Linux, Red Hat y Mandrake. A una empresa le importa más los dividendos, que si Internet Explorer es privativo y Mozilla libre. La plata es la que manda en un mundo capitalista y de feroz consumo.

Pero a veces las decisiones importantes también las toman los desarrolladores de ciertas distros GNU/Linux y les importa un comino el impacto que pueda tener su decisión. Ya no hablo de empresas, sino de creadores, como Clement Lefèvre, quien supuestamente dirige una distro “comunitaria” como Mint. Si Clement dice blanco todo el orbe de su alrededor dirá blanco.

El abandono de Mint KDE es quizás la decisión más trágica que ha ocurrido en el mundo GNU/Linux es los últimos 10 años. Mint KDE era lo más hermoso que había salido hasta entonces. Quítese Cinnamon, XFCE o MATE, Plasma KDE en Mint era PERFECTO. Un escritorio imponentemente sobrio y elegante que desde su desaparición no ha vuelto a verse en ninguna de las caras de Mint. Una lástima y personalmente a Lefèvre lo tengo en la peor estima, comparable al cariño que le tengo a Miguel de Icaza. Aquello me dolió mucho y es algo que no le perdono a Mint.

mintkde
Aspecto de Mint 17 KDE

El caso es que recientemente sabemos que RHEL también acaba de dar de lado a KDE. Mirad, esto sí que es verdad que no me duele en absoluto. Me importa un pedo RHEL y Red Hat, como si se van al infierno con IBM o sin IBM. Ni me ha gustado nunca este tipo de distros ni me importará jamás. La causa parece ser que la versión de KDE, la 4, está desfasada. Como si no existiera Plasma 5. Pero en fin, que les den morcilla a las distros empresariales.

Señores y señoras, parecen malos momentos para Plasma KDE, pareciese el patito feo siendo el escritorio más hermoso. Porque sin duda KDE es la interfaz gráfica más trabajada y no me limito sólo a GNU/Linux sino que supera con creces al escritorio de MacOS y por supuesto, al de Windows en innovación y belleza.

Aquí hay algunos factores que implican el rechazo de Plasma KDE por empresas y desarrolladores. KDE arrastra un pesada cadena desde sus inicios por una maldita licencia privativa de las bibliotecas que usaba y usa, QT. Pero ya no hay ni excusa ni perdón ya que la licencia fue abierta hace casi 20 años y comparte la misma que GNOME, la LGPL.

Resulta curioso que la interfaz más bella, y que tanto ha hecho por el software libre esté como una auténtica apestada y elijan otros entornos que parecen de la Edad de Piedra. Esquilmada y triste, KDE se merece estar entre las grandes distribuciones por derecho propio. Es cierto que KDE 4 era un dinosaurio, un entorno demasiado pesado y un KWIN que caía por doquier. Sin embargo cuando llegaron las librerías QT5 y se desarrolló Plasma KDE 5 todo cambió radicalmente y hoy es un escritorio veloz, con poco consumo RAM y por defecto poco adorno ni nada de pomposidad.

Aparte están los que se encargan de implementar Plasma KDE en las distintas distros. Aquí es como en todo, unos se afanan y se implican más que otros. Tengo que decir que históricamente las distros GNU/Linux que mejor han desplegado KDE han sido Opensuse, Mandrake y Fedora. No obstante Fedora de su versión 25 a la 28 no se esmeraron mucho y daba errores. He estado probando Fedora 29 spin KDE y va de lujo, apenas 700 MB de RAM al inicio y sin errores, un sistema fluido.

La pulcritud se ha vuelto sosa y muchos desarrolladores, puros frikis, eligen crear distros con escritorios terribles visualmente. Esos son los verdaderos feos de la granja. Interfaces que a cualquier usuario de MacOS o de Windows les hará soltar una enorme carcajada y decir: “Vaya mierda que es el Linux“.

Y no, GNU/Linux no es una mierda, aunque parece que hay creadores y desarrolladores que se afanan para que así parezca.

 

Fuente: maslinux

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