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El software libre tiene todo tipo de beneficios, quienes lo utilizamos esto lo tenemos bien claro y lo disfrutamos. Sin embargo a veces, por la falta de una única autoridad que decida la marcha de todo un proyecto (como puede ser el caso en una compañía como Microsoft o Apple) se producen desajustes que terminan por perjudicar al usuario final, y hemos sido testigos de como a veces se ha debido dejar alguna actualización para una futura versión de una distro debido a que todavía no se habían podido realizar suficientes pruebas al momento de preparar su lanzamiento.

Un caso similar nos ocupa ahora, puesto que en Canonical han decidido cortar por lo sano e incluir una versión antigua de Nautilus en Ubuntu 16.04 LTS. Está claro que al ser LTS se supone que deberá ser sumamente estable y por ello los desarrolladores han preferido utilizar Nautilus 3.14.3, considerada muy confiable por todos quienes la han utilizado, y dejando de lado la más reciente versión 3.18 del explorador de archivos, que era lo inicialmente previsto. Y en este caso hay que decir que así como muchas veces se ha criticado a Canonical por no escuchar a sus usuarios o por decidir sin importar mucho la opinión de ellos, esta vez justamente han decidido en base a las muy malas críticas que Nautilus 3.18 ha venido recibiendo.

Es que por empezar los desarrolladores de GNOME han actualizado al explorador de archivos con algunos cambios de interfaz que han sido bien recibidos, pero a la par de esto han llegado algunos bugs que no son aceptables para los usuarios y que han hecho mermar mucho su rendimiento. Algo demasiado importante si tenemos en cuenta que es una de las aplicaciones que más se utilizan a diario. Por ello Sebastian Bacher, uno de los devs de Canonical, explica que “la nueva versión va a necesitar más trabajo, lo cual no llegará a acontecer en este ciclo”, y explica que aunque algunos problemas están siendo solucionados (como los que trajo el nuevo diálogo de copia de archivos) pero que estos a su vez exigen ciertos cambios en la interfaz y en eso están trabajando ahora los desarrolladores de GNOME (y recién cuando terminen, podrán comenzar a hacer lo propio los de Canonical).

Como vemos, el hecho de depender de software de terceros (en este caso, GNOME) hace que en Canonical tengan que adaptarse a la situación y deban optar por un enfoque más conservador, como inteligentemente han hecho en este caso. Así, los usuarios ganan en tranquilidad y estabilidad, aunque se pierden de las ventajas de tener una aplicación más nueva.

 

Fuente: ubunlog

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