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Grive es una alternativa para Linux del cliente oficial de Google Drive, que no tiene soporte dentro del sistema operativo del pingüino. Por si alguien no lo sabe, Google Drive es un servicio online  de almacenamiento muy popular que permite trabajar de forma colaborativa en la edición de documentos. Sin embargo, el uso que más se le da a Google Drive es el de repositorio de almacenamiento en la nube, y en este tutorial vamos a enseñarte cómo instalar Grive y configurarlo.

Vale la pena señalar que Grive, aunque comparte muchas funciones con el cliente oficial, está algo más limitado que las versiones de Windows y OS X. Sin embargo y por alguna extraña razón, a los chicos de la Gran G todavía no se les ha pasado por la cabeza escribir una versión para Linux. En cualquier caso, vamos a entrar ya en materia y vamos a intentar que le saques el máximo partido posible a Grive.

Instalando Grive en Ubuntu

El cliente de Grive se puede descragar como un paquete DEB desde su web oficial o instalar a través de PPA. El PPA que vamos a utilizar en esta guía ha sido creada por los chicos de WebUpd8, y para poder utilizarla abre una terminal y ejecuta estos comandos:

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sudo apt-add-repository ppa:nilarimogard/webupd8
sudo apt-get update
sudo apt-get install grive

Esto instalará el software en nuestro sistema operativo y deberíamos poder ejecutarlo desde la terminal. Si escribimos grive -help deberíamos ver una lista de comandos y modificadores que podemos usar.

Configurando Grive en Ubuntu

En primer lugar navega hasta el directorio que quieras usar para sincronizarlo con Google Drive. Es probable que quieras crear uno nuevo para tal propósito. El siguiente paso es autenticar tu cuenta de Google y permitir al software interactuar con el servicio online. Para ello introduce el siguiente comando en la terminal:

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grive -a

Este comando generará un enlace único en la terminal que podrás presionar y que se abrirá en tu navegador por defecto. Se abrirá una página web con un código de 40 dígitos que tendrás que copiar y pegar en la terminal. Después de introducirlo, Grive empezará a subir a la nube los documentos que se contengan en la localización a la que navegaste antes desde la terminal. Esto creará los directorios con la misma estructura que tienen en tu disco duro.

Ejectuando Grive

En cuanto hayas completado el paso anterior ya no tendrás que volver a autenticarte para sincronizar tus archivos con Google Drive. Lo único que tendrás que hacer es navegar al directorio que contenga los archivos que quieres sincronizar con tu Google Drive y teclear el siguiente comando:

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grive sync

Para evitar errores o largos períodos de espera mientras se suben más archivos de los que esperabas, siempre puedes comprobar qué va a sincronizar Grive usando este comando:

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grive –dry-run

Este comando sólo te mostrará lo que se va a copiar, sin sincronizar nada realmente.

Vale la pena señalar que Grive aún se encuentra en sus primeras fases de desarrollo, pero sin embargo la sincronización funciona bastante bien. Los usuarios, por supuesto, agradecerían más opciones, pero teniendo en cuenta que para Linux no existe un cliente oficial de Google Drive es nuestra mejor baza.

 

Fuente: ubunlog

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